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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

5º Domingo después de Pentecostés, 01.07.2012

Sermón sobre Marcos 5:21-43, por Pablo Münter


21 Cuando Jesús Había cruzado de nuevo en la barca a la otra orilla, se Congregó alrededor de él una gran multitud. Y él estaba junto al mar.
22 Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo. Cuando le vio, se Postró a sus pies
23 y le Imploró mucho diciendo: --Mi hijita Està agonizando. ¡Ven! Pon las manos sobre ella para que sea salva, y viva.
24 Jesús fue con él. Y le Seguía una gran multitud, y le apretujaban.
25 Había una mujer que Sufría de hemorragia desde Hacía doce años.
26 Había sufrido mucho de muchos médicos y Había gastado todo lo que Tenía, y de nada le Había aprovechado; Màs bien, iba de mal en peor.
27 Cuando Oyó hablar de Jesús, vino por Detràs de él entre la multitud y Tocó su manto,
28 porque ella pensaba: "Si Sólo toco su manto, seré sanada."
29 Al instante, se Secó la fuente de su sangre y Sintió en su cuerpo que ya estaba sana de aquel azote.
30 De pronto Jesús, reconociendo dentro de Sí que Había salido poder de él, volviéndose a la multitud dijo: --¿Quién me ha tocado el manto?
31 Sus Discípulos le dijeron: --Ves la multitud que te apretuja, y
preguntas: "¿Quién me Tocó?"
32 El miraba alrededor para ver a la que Había hecho esto.
33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella Había sido hecho, fue y se Postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
34 El le dijo: --Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda sanada de tu azote.
35 Mientras él Aún hablaba, vinieron de la casa del principal de la sinagoga, diciendo: --Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestas Màs al Maestro?
36 Pero Jesús, sin hacer caso a esta palabra que se Decía, dijo al principal de la sinagoga: --No temas; Sólo cree.
37 Y no Permitió que nadie le acompañara, sino Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo.
38 Llegaron a la casa del principal de la sinagoga, y él vio el alboroto y los que lloraban y lamentaban mucho.
39 Y al entrar, les dijo: --¿Por qué hacéis alboroto y Lloràis? La niña no ha muerto, sino que duerme.
40 Ellos se burlaban de él. Pero él los Sacó a todos y Tomó al padre y a la madre de la niña y a los que estaban con él, y Entró a donde estaba la niña.
41 Tomó la mano de la niña y le dijo: --Talita, cumi--que traducido es:
Niña, a ti te digo, Levàntate--.
42 Y en seguida la niña se Levantó y andaba, pues Tenía doce años. Y quedaron Atónitos.
43 El les Mandó estrictamente que nadie lo supiese y Ordenó que le diesen a ella de comer.



Doce años. Doce años sufriendo. Doce años muriendo.

Doce años sangrando, sintiéndome impura. Doce años que vengo sintiendo que Dios me castiga.

Doce años que estoy yendo de médico en médico. y nada mejora. Doce años de tratamientos. gastos. manipulaciones. Doce años que me tienen de acá para allá, siempre con la sensación de que todos me quieren sacar plata y sintiéndome un "objeto de laboratorio". manoseada por todos. Estudios aquí y estudios allá y nada. Ya me conozco de memoria a todas las enfermeras, doctoras y doctores, enfermos.

Doce años. tanto habré probado y desaprobado. Médicos. medicinas alternativas. curanderos.

Y es así, cuando después de doce años nada te cura, nada te mejora, cualquier cosa que te dicen es buena:

Unos me dicen: - anda a lo de la virgen tal. anda a lo de tal o cual predicador. a este que te impone las manos.o a lo de fulanito, que es el mejor curandero.

Otros me aconsejan: -proba de tomar tal vinagre, tal aceite o tal yuyito que este seguro te va a curar.

Y. perdido por perdido, ¿Qué puedo perder?

Probé de todo. hice de todo. le rece a cuanta estatua veía.

Y todo sigue igual.


Durante estos doce años iba acumulando otra enfermedad. el desánimo, la marginalidad. el desprecio de los demás. Ya no salgo a ver a nadie, no tengo ánimo, no tengo fuerzas, además, ¿a donde voy a ir? A donde aparezco, enseguida dejan de hablar de sus temas y me miran con esa cara como si tuviera lepra. teniéndome lástima, pero nadie me ayuda. Se ríen de mí, se burlan.

Para mal de peores, la obra social no me cubre nada porque dicen que hasta que no se sepa bien lo que tengo, no saben que código ponerle a mi enfermedad. ¡Como si lo que yo tengo se solucionara con un número de código!

Doce años. Ni el Estado me ayuda. Estoy fundida.


Intenté de todo. fracasé en todo. nunca voy a sanar.tengo un nudo en la garganta y a causa del llanto mis ojos quedaron secos. ¡No puedo cambiar!
¡No puedo ser diferente!


Para qué sigo buscando sanar si ya sé que no podré; para qué ir atrás de ese Jesús, ya fui a tantos de esos que parece que tienen la solución milagrosa y al final, nada.


Me hablaron tanto de ese Jesús. Hace poco había hecho un exorcismo.
También, así me contó mi vecina, la chusma, dicen que había ayudado a los pescadores que se estaban ahogan en el mar.

Y habla tan lindo. tanta gente lo sigue a todos lados.


Dice que hoy va a pasar por esta cuadra ese Jesús. ¿Será? ¿Y si voy?
Algunos dicen que tan solo tocarlo ya es suficiente, uno se sana. ¿Cobrará muy caro? Porque ya estoy cansada que me cobren y no me ayuden en nada.
¿Habrá que sacar turno? ¿Con quién tendré que hablar?


No, igual no va a valer la pena. Habrá tantos haciendo cola que seguramente ni se va a fijar en mí. Pero. si hice ya tantas cosas, ¿Qué puedo perder?
Ya debe estar por pasar, mejor me cambio y me voy a la calle, a ver que pasa.


¡Ahí está! ¡Ahí viene! Uh. pero ¡cuanta gente! Esto es peor que ir al hospital.


Parece que Jesús esta hablando con alguien importante. Le esta pidiendo que vaya a su casa que su hijita de 12 años esta enferma. ¡12 años! El mismo tiempo que yo estoy con este problema. tan joven.


Ahí se van, ¡tengo que hacer algo! Sino, se va a ir. ¿Qué hago? ¡Ya se! Voy a tratar de acercarme a él, y tocarlo, capaz que, con eso alcanza. Dicen que tiene tanto poder que si yo lo toco, aunque sea un poquito, capaz que me ayuda.


-permiso, permiso.. ¡Jesús!... ¡ay! ¡No te enojes! Yo solo quería tocarte.
Dicen que con solo tocarte. me puedo sanar.


Solo recuerdo que Jesús me miró con esa cara. le brillaba. Me puso sus manos en la cabeza y me dijo, con una sonrisa, - vete en paz que tú estas curada porque tuviste en mi.


No se cuanto tiempo pasó, pero me quedé de rodillas, ahí, en medio de la calle, dándole gracias a Dios, a Jesús.. Cuando me di cuenta ya no había nadie en la calle y los pocos que estaban dando vueltas por ahí no entendían porque yo estaba tan feliz.


No sé que pasó después. Un tiempo después escuche que Jesús había ido a la casa de este hombre importante y que parece que había llegado tarde porque su hijita había muerto. Pero que él le dijo a la gente que solo dormía.
Parece que era así porque se levantó de la camilla y empezó a comer. Para mí que fue un milagro lo que hizo ese Jesús. Para mí que si, estaba muerta la nenita y Jesús la resucitó.


Yo experimenté el poder de Jesús, sentí que era el único que me entendía en mi sufrimiento. Con solo ver su mirada compasiva sentí mucha paz. una paz como nunca antes la había sentido.


Hoy después de tanto tiempo quiero contarte algo. Si a vos que quizás estés enfermo o enferma, quizá estés muerto, hayas perdido la esperanza, o hayas enterrado tu fe. Quizás estas cansado de buscar acá y allá soluciones a tus angustias, enfermedades, dolencias. Quizá ya hayas dejado de tener fe.


A ti te digo, podes acercarte a Jesús de entre tanta gente y tocarlo. Él puede sanarte de cualquier dolencia. Él puede hacer que recobres la fe y la esperanza.


Quizá haya algunos que en el camino, en esa búsqueda de Jesús, te digan:
-para que vas a molestar a Jesús, déjalo en paz. El no puede cambiar tu situación. No los escuches. Escucha a Jesús que te dice: - No tengas miedo, cree solamente. Acércate a él y el sanará tu vida.

Que a si sea, amén.



Pastor Pablo Münter
Santo Domingo, provincia de Santa Fe, Argentina
E-Mail: munterpablo@gmail.com

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