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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

Cuarto domingo de Adviento, 21.12.2014

Sermón sobre 2ª Samuel 7:1-11 y Lucas 1: 26-38 , por Luis Alberto García Marín

 

"...ahora el SEÑOR te hace saber que será él quien te construya una casa"


A manera de introducción

Todos aquellos que en algún momento nos hayamos dado a la tarea de construir algo (ya sea en el ámbito material, familiar, empresarial, etc.) sabemos por experiencia propia que no siempre resulta darse en la forma y los tiempos previstos para ello.

Algunas veces lo proyectado no llega a concretarse o construirse, pero en muchas otras ocasiones se lleva a cabo la tarea aunque esta haya pasado por algunas modificaciones.

Veamos un poco más de cerca, guiados por el pasaje seleccionado para el día de hoy, el proyecto de Dios respecto de la construcción de la Casa de David (Dinastía).


El mensaje bíblico

En primer lugar, recordemos de manera general aquello de lo que nos habla el texto bíblico.

Una vez que David ha encontrado el establecimiento de su reinado y el descanso dado por Dios acerca de sus enemigos, dice la Escritura que se propuso construir una casa donde morase el arca de Dios, pues hacía tiempo que se encontraba "bajo el toldo de una tienda de campaña" (v.2).

En primera instancia, el profeta Natán (voz autorizada de Dios entre su pueblo), da el visto bueno a David para que haga lo que "su corazón le dicte", pues el Señor está con él (v.3). Sin embargo, la intervención de Dios no se hace esperar y da un mensaje a su profeta para que lo haga conocer a David (v.5-11,16).

He aquí algunos puntos importantes del mensaje:

Pregunta crucial: "¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella?" (v. 5).

Pregunta a reflexionar: "¿encargué acaso a algún juez de Israel, a los que mandé pastorear a mi pueblo, Israel, que me construyese una casa de cedro?" (v. 7).

Recordatorio del propósito del llamado de David: "Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para ser jefe de mi pueblo, Israel." (v. 8).

Evidencias de la presencia divina: "Yo he estado contigo en todas tus empresas; he aniquilado a todos tus enemigos" (v.9a).

Revelación del proyecto divino para con David, sus descendientes, el pueblo y los pueblos de la tierra:

"...te haré famoso como a los más famosos de la tierra; 10 daré un puesto a mi pueblo, Israel: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, sin que los malvados vuelvan a humillarlo como lo hacían antes,11 cuando nombré jueces en mi pueblo, Israel. Te daré paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. 12 Y cuando hayas llegado al término de tu vida y descanses con tus antepasados, estableceré después de ti a un descendiente tuyo, nacido de tus entrañas, y consolidaré su reino.13 Él edificará un templo en mi honor y yo consolidaré su trono real para siempre.14 Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo; si se tuerce, lo corregiré con varas y golpes, como lo hacen los hombres;15 pero no le retiraré mi lealtad como se la retiré a Saúl, al que aparté de mi presencia.16 Tu casa y tu reino durarán para siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre. (vv. 9-16)


El mensaje teológico

El término casa que aparece en numerosos textos de la Biblia tiene diferentes connotaciones pero en este caso nos encontramos con la acepción de casa como dinastía.

Vemos que mientras que David piensa en una morada material para el arca de Dios, la cual, simbolizaba la presencia de Dios entre su pueblo, el Señor está pensando en algo de mucho más alcance para bendecir no solo a la familia de David y a su pueblo, sino también a todas las naciones de la tierra.

Dios es el que construye sueños y los hace realidad.

Porque es un Dios que no se deja aprisionar entre cuatro paredes (sean las de una casa de campaña o un templo), o en ciertos limites religiosos o algún sistema de creencias, y porque no decirlo, en ningún sistema de doctrinas denominacionales.

Porque es

Dios es el que revela sus propósitos a sus siervos.
Dios es el que está por detrás de los logros de sus siervos y de su pueblo.
Dios en un Dios en movimiento...acompaña a su pueblo en la jornada cotidiana.
Dios es el que suscita el llamado de sus siervos.
Dios es el que provee la tarea a realizar por sus siervos.
Dios es un Dios que pastorea a su pueblo por medio de aquellos que le sirven.
Dios es el que todo lo puede, excepto obligarle a que le adoren y sirvan.
Dios es el que establece y da paz.
Dios en el que construye casa-dinastía para siempre.


El mensaje pastoral

Al comienzo dijimos que muchas veces las construcciones se frustran, algunas otras se detienen, otras veces se tardan en realizar, y algunas más necesitan ser un tanto modificadas de lo que era el plan original.

La construcción de la dinastía de David ha sido un proceso largo y que sigue en construcción.

Ciertamente a través de la manifestación gloriosa del Hijo de Dios Jesucristo, la promesa hecha a David ha encontrado su cumplimiento, sin embargo, no podemos decir que el establecimiento de la Casa de David ya se ha realizado plenamente.

Aun esperamos la manifestación gloriosa del "Hijo de David" para que el establecimiento de un reino de justicia, paz y verdad sea una realidad completa para toda la humanidad.

Hemos por tanto de seguir afirmando la fe de la comunidad desde la perspectiva de la teología del Reino de Dios (Buenas Nuevas). Es decir, que el establecimiento del reinado eternal de la casa de David se proyecta hacia la eternidad donde Jesucristo como simiente de David hará realidad el Reino de Dios en plenitud, pero que a partir de su manifestación y proclamación de su mensaje da adelantos del Reino de Dios entre nosotros.

Esto nos incentiva a procurar y desarrollar el aprendizaje comunitario que posibilita el sacerdocio de todos los creyentes (Cuerpo de Cristo). Cada uno de los miembros de la comunidad tiene mucho para aportar en la construcción de la Casa de David con los dones y talentos otorgados por el Padre para la construcción de un Reino donde more la justicia, la paz y verdad.

Hemos de valorar la riqueza de la práctica comunitaria con respecto del discernimiento espiritual que como comunidad de fe hagamos sobre los temas que afectan a la sociedad en la que vivimos y practicamos la fe ("...buscad el Reino de Dios y su justicia..."), a fin de compartir las Buenas Nuevas de manera contextual y pertinente.

Gracias a Dios que hemos entendido que la construcción de la Casa de David trasciende los muros familiares, institucionales, nacionales, pues su alcance es a nivel de toda la creación.

Porque el género humano así como todo lo creado queda alcanzado por la misericordia y gracia divina en Jesucristo.


A manera de conclusión

El proyecto divino expresado en la promesa hecha a David ("...el Señor te comunica que te dará una dinastía. 12Tu casa y tu reino durarán para siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre.") y que tiene como antecedente la promesa hecha a Abraham, sigue en construcción y cumplimiento.

Recordar que somos parte de la construcción y levantamiento de la Casa de David nos llena de esperanza pues en cada jornada difícil y llena de zozobras y temores, podemos también escuchar la voz del ángel de Dios el cual como a María la elegida nos dice:

"No tengas miedo...; Dios te ha concedido su favor...

A Jesús...el Hijo del Altísimo...Dios el Señor le dará el trono de su padre David, y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre.


Porque para Dios no hay nada imposible.

Dios nos ayude a confiar y responder personal y comunitariamente como lo hizo María:


"Que él haga conmigo como me has dicho".



Pastor Luis Alberto García Marín
Distrito Federal, México
E-Mail: lagmarin@yahoo.com.mx

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