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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

18º Domingo después de Pentecostés, 23.09.2018

Sermón sobre Marcos 9:30-37, por Luis Hidalgo Ruiz

Marcos 9,30-37 (NUEVA TRADUCCIÓN VIVIENTE)

 

Jesús predice otra vez su muerte

30 Saliendo de esa región, viajaron por Galilea. Jesús no quería que nadie supiera que él estaba allí, 31 porque deseaba pasar más tiempo con sus discípulos y enseñarles. Les dijo: «El Hijo del Hombre será traicionado y entregado en manos de sus enemigos. Lo matarán, pero tres días después se levantará de los muertos». 32 Ellos no entendieron lo que quería decir, sin embargo, tenían miedo de preguntarle.

El más importante en el reino

33 Después de llegar a Capernaúm e instalarse en una casa, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué venían conversando en el camino?». 34 Pero no le contestaron porque venían discutiendo sobre quién de ellos era el más importante. 35 Jesús se sentó y llamó a los doce discípulos y dijo: «Quien quiera ser el primero debe tomar el último lugar y ser el sirviente de todos los demás».

36 Entonces puso a un niño pequeño en medio de ellos. Y, tomándolo en sus brazos, les dijo: 37 «Todo el que recibe de mi parte[i] a un niño pequeño como este me recibe a mí, y todo el que me recibe, no solo me recibe a mí, sino también a mi Padre, quien me envió».

 

Introducción

Yo nací en un pueblo que se llama Fresia, al sur de Chile. Cuando era un adolescente (cerca de 35 años atrás), todos los fines de semana nos reuníamos en el estadio del pueblo para ver jugar a nuestros equipos de fútbol. Yo también jugaba por la liga de adolescentes de un equipo llamado Alberto Edwards. Recuerdo que cuando jugábamos, había dos momentos muy importantes para nosotros. Primero que el director técnico nos ponga como titulares en el partido; segundo que además nos ponga como capitán. Recuerdo que una vez yo fui de capitán, con la franja de líder en mi brazo izquierdo, fui el primero en entrar a la cancha, delante de los demás. La verdad que todos nosotros queríamos ser capitanes, pues creíamos que al ponernos esa franja elástica en el brazo izquierdo, el director técnico nos estaba poniendo por encima de los demás, como jefes de los demás.

 

CUERPO

En el evangelio de hoy se nos relata algo parecido. Jesús como director técnico descubre que sus jugadores están discutiendo sobre quién de ellos debía ser el capitán, sobre quién de ellos “…era el más importante” (v.34).

 

A partir de la vida de Jesús y sus enseñanzas contenidas en el evangelio de hoy, hay por lo menos cuatro orientaciones para responder la pregunta que estaban discutiendo los discípulos de Jesús:

 

  1. EL MÁS IMPORTANTE ES EL QUE ANTES DE TRIUNFAR, ENFRENTA LAS TORMENTAS Y LA DERROTA: (V.31).

Muchas personas, erradamente, creen que el que manda, el jefe, el capitán es aquel que nunca se equivoca y que siempre gana. En los primeros versos del evangelio de hoy vemos a Jesús quien:

  1. Enfrenta tormentas: El verso 31 comienza diciendo que ). El relato nos entrega dos datos importantes en las tormentas que vivió Jesús: 1. Fue traicionado; 2. Fue entregado en manos de sus enemigos. Jesús, siendo el primero, experimentó muchas tormentas, dificultades, problemas.
  2. Enfrenta la derrota: El mismo verso 31 sigue diciendo que además, a Jesús, “... Lo matarán…”. ¿No es completamente opuesto el liderazgo de Jesús al de otros hoy?.Jesús experimentó, humanamente hablando, el peor fracaso de su vida, la peor derrota al ser muerto.

 

  1. EL MÁS IMPORTANTE ES EL QUE SE UBICA EN LOS ÚLTIMOS LUGARES: El verso 35a dice que “Jesús se sentó y llamó a los doce discípulos y dijo: ”. Indudablemente que esto es exactamente lo que no hacemos. Nosotros buscamos los primeros lugares, los puestos de autoridad y reclamamos si alguien nos ocupa ese lugar.

 

  1. EL MÁS IMPORTANTE ES EL QUE SIRVE A LOS DEMÁS (V.35b). El Evangelio de San Juan nos narra de una ocasión donde Jesús amarró una toalla a su cintura y comenzó a lavar los pies de sus discípulos. Ellos se negaban ser atendidos, ser servidos por Jesús. Aquí señala lo mismo. Si alguien quiere ser el más importante lo será en la medida de su servicio a otros.

 

  1. EL MÁS IMPORTANTE ES EL QUE SE PARECE A UN NIÑO (v.36-37). En tiempos de Jesús las mujeres y los niños no tenían valor como un hombre adulto. Podríamos recordar cuando Jesús alimentó a muchas personas, milagrosamente. El texto añade que eran como cinco mil “Sin contar las mujeres y los niños” (Mt. 14:21; ver también 15:15:38). A estos despreciados, desvalorizados toma Jesús como maestros y como modelos a seguir. ¿Qué debemos aprender de ellos? Al no tener valor humano, comenzar a aprender a depender de Aquel que no nos abandona: Dios.

 

CONCLUSIÓN:

Terminemos haciéndonos algunas preguntas en relación al texto meditado:

 

  1. ¿Soy importante para las personas?
  2. ¿Soy importante para Dios?
  3. ¿Estoy sirviendo a otros?
  4. ¿Estoy buscando los lugares de los excluidos y aprendo de sus enseñanzas?

 

Pidamos a Dios que estemos haciendo, en todo, su voluntad, amén.



Rev. Luis Hidalgo Ruiz
Chile
E-Mail: reverendoluis65@gmail.com

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