Göttinger Predigten im Internet
hg. von U. Nembach

Predicación para el 3 ° domingo después de Epifanía, 22 de enero de 2006
Texto según Marcos 1:14-20 por Edgar Moros Ruano
(-> A las predicaciones actuales: www.predigten.uni-goettingen.de)


LLAMAMIENTO Y DISCIPULADO

1. Jesús principia su ministerio

Este pasaje de Marcos nos presenta a Jesús iniciando su ministerio. Se supone que esta es su primera aparición en público, después del bautismo a manos de Juan el Bautista y después de las tentaciones que ha sufrido en el desierto. Marcos también agrega como parte del contexto de la aparición pública de Jesús, el que ésta ocurre después de que Juan fuera encarcelado por Herodes. Pero no sólo nos señala Marcos el tiempo y momento en el cual se da el inicio del ministerio de Jesús, sino que nos indica también el lugar: Galilea, lugar geográfico de Palestina que tendrá una gran importancia en el ministerio de Jesús; Galilea y su mar o lago, serán testigos de muchos de los eventos importantes en la vida y obra del divino Maestro.

Tiempo y espacio son dos dimensiones concretas para Marcos, que nos ubican al ministerio terrestre de nuestro Señor Jesucristo, ministerio histórico, encarnado y no el de algún espíritu desencarnado que dejara sublimes y elevadas enseñanzas filosóficas o éticas.

1.1 Jesús predicaba el evangelio del reino de Dios, diciendo: “el tiempo se ha cumplido”. En la Biblia el concepto del tiempo incluye un sentido que es diferente al concepto cronológico. Es el llamado kairós o tiempo escatológico, que es el cumplimiento del tiempo de Dios. Se trata de la irrupción en la vida humana de eventos especiales y significativos en los cuales Dios irrumpe en la historia humana. Jesús señala que el tiempo se ha cumplido, que con él está irrumpiendo este cumplimiento del tiempo. Se trata del inicio de una nueva era, de un nuevo aeon, “las cosas viejas pasaron, he aquí que todas son hechas nuevas” (2 Cor. 5.17). Y añade Jesús que “el reino de Dios se ha acercado”; este es el mensaje central del anuncio de Jesús, el reino de Dios se ha acercado, el reino está en medio de vosotros. ¿Qué significa “el reino de Dios se ha acercado?

Para los judíos, el reino de Dios era su mayor anhelo, su mayor esperanza: la implantación del derecho y de la justicia, de la paz, la igualdad, la libertad y la abundancia—del estado de bienestar para todos, diríamos hoy—la intervención salvífica de Yahvé, Rey. El rey era quien socorría y hacía justicia a los débiles, a las viudas, pobres y desheredados, el baluarte y defensor de los oprimidos. El reino de Dios se ha acercado es un anuncio que recoge y expresa toda la esperanza de los profetas y del pueblo.
(Florentino Ulibarri)

1.2 Junto con el anuncio de que el tiempo se cumplido y que el reino de Dios se ha acercado, Jesús llama a sus oyentes a arrepentirse y creer en el evangelio. Arrepentíos: esta es una palabra (en griego, amartía ) llena de significado, que no es un simple condolerse por alguna mala acción, sino que implica un cambio radical en el corazón y mente de la persona, una transformación radical de la conducta, de las palabras y acciones, de los sentimientos, de las voliciones, de los pensamientos e intenciones. Es un vuelco total en la dirección en que marcha nuestra vida. Ycreed en el evangelio. “Creer”, no es mero emocionalismo, ni un mero asentir a lo que ni siquiera se entiende. No se trata de la fe del carbonero que decía Unamuno, había encontrado en algunos sencillos fieles de su tierra. Nos pone el siguiente diálogo:

P: ¿Qué crees tú, buen hombre?
R: Pues lo que cree la Santa Madre Iglesia.
P: ¿Y qué cree la Santa Madre Iglesia?
R: Pues lo que yo creo.

Se trata en cambio de una creencia que es auténtica fe, confianza, aceptación plena, tanto intelectual como emocional. Creed en elEvangelio . “Evangelio” es una palabra griega que quiere decir las buenas nuevas, las buenas noticias del reino de Dios que se ha acercado.

2. Jesús llama sus primeros cuatro discípulos

2.1. Nos dice Marcos que Jesús estaba andando, paseando, por el lago de Galilea y allí ve a cuatro pescadores, a los cuales va a llamar para que le sigan . Se trata de dos pares de hermanos, Simón y su hermano Andrés; Jacobo o Santiago y Juan su hermano, hijos de Zebedeo. Es interesante que estos primeros discípulos hayan sido hombres sencillos, trabajadores, pescadores, gente del pueblo y no personas de las clases privilegiadas, ni grandes intelectuales—rabinos, escribas, doctores de la ley; al menos entre los doce discípulos no los hay. Claro está que para otro tipo de discipulado y más adelante, Jesús llamará también a otros, como el fariseo Nicodemo, que era persona importante y que se convertirá en seguidor suyo, a numerosas mujeres que estarán también siguiendo a Jesús y, posteriormente, de manera extraordinaria, el Cristo resucitado llamará a Sáulo de Tarso, quien llegará a ser el apóstol Pablo, pero los primeros discípulos que llegarán a ser un círculo íntimo de seguidores, estará constituido por hombres humildes y sencillos.

2.2 Jesús se dirige a estos pescadores en el lago de Galilea y les hace un llamamiento directo, “seguidme”. A estos cuatro pescadores Jesús ya los había visto antes, según el evangelio de Juan y el relato paralelo de Lucas, pero ahora les hace un llamado específico: “seguidme” o “venid en pos de mí” como dice en un bello castellano antiguo Reina Valera. Y Jesús agrega a su llamado al seguimiento la frase: “os haré pescadores de hombres”. Esta es la tarea a la cual los llama, la misión, el discipulado. Esto no quiere decir un “pescar” en el sentido de atrapar o casi secuestrar, sino un ser agentes del reino que Jesús anuncia y que ha inaugurado. Jesús incorpora a estos hombres a la tarea que él mismo ha comenzado de dar inicio al reino de Dios entre los seres humanos.

2.3. De estos cuatro pescadores, los dos primeros echaban la red, los segundos remendaban las redes. Estaban en plena faena, y allí Jesús les llama, en medio de las tareas y quehaceres de la vida. No necesariamente en alejamiento del mundo, ni en actitud mística, sino en medio de las ocupaciones de la vida cotidiana. Santa Teresa de Ávila, ella misma mística y contemplativa, señalaba a sus novicias que “entre los pucheros anda el Señor”, queriendo decir que en medio de sus ocupaciones aparentemente prosaicas y ordinarias de las labores de la cocina, esto es en medio de la vida, se hace presente el Señor y nos llama a seguirle.

2.4 La respuesta de los cuatro pescadores es inmediata. Dejan lo que están haciendo y siguen a Jesús, sin demoras ni excusas, inclusive, en el caso de los hijos de Zebedeo, dejando a su padre en la barca con unos jornaleros.

3. Jesús nos llama hoy a seguirle y ser sus discípulos

3.1. Jesús llama—toma la iniciativa. El llamamiento es a seguirle y unirse a la tarea de anunciar y vivir el reino de Dios, convirtiéndose en “pescadores” de hombres. En este sentido, el ministerio que Jesús inicia es un ministerio compartido con sus seguidores, con sus discípulos. Marcos nos invita hoy a prestar atención al llamamiento que Jesús nos hace a cada uno de nosotros. Llamamiento a que le sigamos, a que dejemos nuestras redes, para centrar nuestras vidas en las tareas del reino de Dios. También hoy Dios sigue llamando a un discipulado fiel y gozoso, sigue queriendo hombres y mujeres portadores de la Buena Nueva, “pescadores de hombres”, en función del Reino de Dios.

3.2. ¿Responderemos también nosotros con la misma radicalidad que los primeros cuatro discípulos? ¿qué “redes” hemos abandonado o tendremos que abandonar nosotros para seguir a Cristo en la vocación que cada uno haya sentido?

TÚ ME ESTÁS LLAMANDO
Señor, Tú me estás llamando
y yo tengo miedo a decirte sí.
Me buscas y yo trato de esquivarte;
insistes, y guardo silencio;
te acercas, e intento soslayarte;
quieres apoderarte de mí, y me resisto;
y así no acabo de entender qué es lo que deseas de mí.
Tú esperas de mí una entrega sin reservas,
llena de ilusión y generosidad.
Y yo a veces, es cierto, estoy dispuesto a realizarla
en la medida de mis fuerzas, sin hurtarte nada.
Tu gracia me empuja por dentro
y, en esos momentos, todo me parece fácil.
Tu invitación es como un horizonte abierto
que alegra y da sentido a mi vida.
Pero bien pronto,
apenas me doy cuenta de lo que tengo que sacrificar
ante una dolorosa ruptura definitiva,
si tengo que renunciar a mis seguridades,
si tengo que nadar contracorriente,
vacilo, desconfío, me planto.
Señor, sufro en ansia, combato en la noche.
A veces dudo; otras quiero.
Soy así, Tú lo sabes.
Dame fuerzas para no rehusarte.
Ilumíname en la elección de lo que Tú deseas.
Estoy dispuesto, Señor.
Oriéntame.
(Florentino Ulibarri)

Dr. Edgar Moros Ruano
edgar.moros@centroseut.org


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