Göttinger Predigten im Internet
ed. by U. Nembach, J. Neukirch, C. Dinkel, I. Karle

Predicación para el 5° domingo de Cuaresma, 2 de abril de 2006
Texto según LET serie B: Jn 12, 20 – 33, Sergio Schmidt
(-> A las predicaciones actuales: www.predigten.uni-goettingen.de)


Titulo: ¡Que desilusión!

Apreciada comunidad:

Jesús esta a las puertas de Jerusalén. La multitud le sale al encuentro. Hasta unos griegos –judíos de la diáspora- le buscan para conocerlo, pero Jesús logra des-ubicar a todos. De la alegría a la sorpresa o, tal vez, la desilusión.

Toda la multitud esperaba que Jesús sea el Mesías, pero el habla de muerte. Las personas esperaban que Él se siente en el trono de David, pero Él habla de cruz y que esta hora era, justamente, el camino de su glorificación, muy diferente de los reyes terrenales.

Jesús des-ilusiona a la multitud al mostrarles que, tal como ya la escritura lo había dicho, los caminos de Dios no son los nuestros. El camino de la salvación pasaba muy por otros carriles.

Esto es importante para nosotros hoy, en pleno tiempo de cuaresma (que es el tiempo cuando nos preparamos espiritualmente para todo lo que es la llamada Semana Santa, corazón de la fe) que meditemos un poco más al respecto. En este sentido, este texto nos ayuda a ello.

1º) Nos muestra que el camino que toma Jesús es la voluntad de un Dios de amor que toma la iniciativa para buscarnos, porque somos suyos. Dios siempre toma la iniciativa. Nunca es tu iniciativa, ni la mía. Es la de Él.

Se cuenta que una vez un adolescente se peleó con sus padres y, sin más decir, se fue lejos, sin informar dónde. El tiempo pasó y, si por un lado, al joven la rabia se le había pasado, sus padres hacían todo lo posible por encontrarlo. El muchacho cambió de parecer y decidió volver a su casa. Cuando estaba cerca de la casa de los padres, los llama por teléfono y les dice: “Para estar seguro que realmente seguro que me aceptan y quieren que vuelva, quisiera ver una señal. Si en verdad quieren volverme a ver quiero que en el árbol enorme de casa coloquen un poco de tela blanca en dicho árbol. Si veo algo blanco en la copa de ese árbol sabré que me están esperando.” Y, sin decir más, colgó.

A la mañana siguiente el muchacho vió que los padres habían tapado a todo el árbol con una tela blanca…

Exactamente así veo al tiempo de cuaresma. Es el tiempo en que nos detenemos a pensar en el camino que tuvo que tomar Jesús. Este camino que el tomó es el “sí” más grande que Dios nos podría dar. Profundizar en el tiempo que cuaresma es profundizar en el amor de Dios. Todo esto es el trasfondo de este texto de Juan cuando él habla de la glorificación. La glorificación pasa por la cruz. Dios glorificará a su Hijo, cuando él mismo haga fecunda esta muerte en la cruz: será para que podamos tener vida.

2º) Se escucha una voz del cielo y la multitud no comprende quién es el que habla. Si es que ha hablado alguien, algunos pensaron que era un trueno.

Lo que Jesús está haciendo al decir estas palabras –fundamentalmente el vs. 30- es tomar posición frente a la incomprensión que reina en la multitud y sus oyentes. Es más, podríamos decir que es una exhortación a la fe. Deben reconocer que Dios mismo ha hablado en testimonio suyo, tal como ya lo hubo hecho en las obras/señales de Jesús.

En tiempo de cuaresma es el tiempo que acercarnos a la cruz y a la resurrección de Jesús para reconocer que allí se ha querido revelar y mostrar Dios. Debemos prepararnos en este tiempo de cuaresma para adentrarnos en el conocimiento de Dios. El Evangelio nos habla de gracia, pero también de seguimiento. Nos habla de la llamada de Dios y la respuesta humana, respuesta que nunca jamás puede ser neutra, Dios nos sale al encuentro y se muestra. Dios en la cruz muestra sus credenciales: en verdad Dios es un Dios digno de ver alabado y que tu y yo hagamos de nuestra única vida cortita y chiquita que tenemos en este mundo, una ofrenda para él. Si lo hacemos ganaremos, nosotros, la vida, y no sólo la eterna. Y, quién quiera retener a su vida la perderá…

3º) Desde esta perspectiva es bastante claro entender la idea de juicio que aparece en el vs.31. Los oyentes que, ahora y a pesar de todo, siguen en la incredulidad y en la no-inteligencia frente a la revelación, en ese mismo momento -“ipso facto” si lo quieren- caen el en juicio.

¿pero no se habla que Dios es amor? ¡¿cómo mezclamos amor y juicio?! Con una historia vamos más rápido.

Se cuenta que en una oportunidad un hombre visita por primera vez a una importante galería de arte muy famosa. Luego de recorrerla de punta a punta y antes de irse este hombre comenta al director de la galería: “En verdad estos cuadros no me han dicho nada”. El Director, un poco asombrado le responde: “Discúlpeme, Señor, pero la calidad de estos cuadros, a nivel mundial, no están en tela de juicio, lo que si lo están son los que lo miran…”

Dios no se aleja, nosotros los seres humanos nos alejamos de Él.

El tiempo de cuaresma es el tiempo para acercarnos al corazón de la fe cristiana y descubrir allí al amor de Dios. Cuando comenzamos a entender el amor de Dios vamos descubriendo que, en realidad, siempre actuamos por reacción. La iniciativa Dios ya la tomó una vez y para siempre. Ahora es nuestra responsabilidad cual será la respuesta que demos. Porque, cómo será que Dios nos ama y nos respeta, que siempre Dios se propone, nunca se impone. Dios nos invita –cómo lo vemos en tantas parábolas que contó Jesús- pero nosotros debemos decir si queremos aceptar dicha invitación.

Si le decimos “no”, ¿es la culpa de Dios? Nosotros, solitos nomás, elegimos apararnos de Él

“Libres nos hizo sobre el basto mundo, para aceptarle o responderle ‘no’. Como la playa como el pasto verde, viento y refugio es el amor de Dios”.

Del Cancionero Abierto, himno nº 22.

Sergio Schmidt,
IERP, Buenos Aires,
Breschischmidt@telecentro.com.ar


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