Göttinger Predigten
Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach
11° Domingo de Pentecostés, 27.07.2008
Sermón sobre Mateo 14:13-21, por Germán López-Cortacans
En el relato evangélico nunca se separa la proclamación del Reino y la acción sanadora de Jesús. Al contrario, son dos componentes que integran el contenido de su única acción evangelizadora. El anuncio del Reino y la sanación aparecen siempre en estrecha e íntima conexión en los evangelios donde se resume la actuación de Jesús: «Recorría toda Galilea... proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando toda enfermedad y dolencia en el pueblo» (Mt 4,23; 9,35, Lc 6,18,). Desde esta perspectiva debemos entender el significado de los milagros, que son señal y modelo de la actuación de Jesús en medio de una sociedad dividida en clases antagónicas (judíos y paganos), que ha creado y propiciado un mundo de marginación, dolor, enfermedad y soledad dentro del sistema que ha dejado fuera del alcance de la salvación a los paganos que están excluidos del sistema religioso de Israel. Es por ello que los milagros de Jesús anuncian una nueva sociedad en la que ya no hay judíos ni paganos y se pone fin a toda clase de enfermedad y marginación.
El relato de la alimentación de los cinco mil, se inicia con una descripción sobrecogedora, donde las multitudes provenientes de diferentes poblados se unen para seguir a Jesús. Son personas que pertenecen a esa parte de la sociedad dividida que no poseen nada, que están marginadas, desposeídas y enfermas. Jesús al ver la multitud tuvo compasión de ella, sintió como propio el dolor, la marginación y la soledad de aquellas gentes. La respuesta de Jesús nace de la identificación con ese sufrimiento y tiene como respuesta la sanación de las enfermedades y la eliminación del sufrimiento y el dolor. Pero la sanidad efectuada por Jesús no es un acto puntual y aislado de su ministerio, todo lo contrario, el ministerio de sanación de Jesús tiene su significación dentro de la misión global de proclamar el Reino de Dios, siendo la preocupación central de éste la afirmación, promoción y defensa de la vida. Jesús se opone a la desgracia y al sufrimiento porque son contrarios a la voluntad de Dios. El relato prosigue con el milagro de la multiplicación de los cinco panes y de los dos pescados que sirvió para alimentar a una multitud hambrienta.
El relato de la alimentación de los cinco mil nos interpela como iglesia a vivir y proclamar el reino de Dios, siendo testigos de la misericordia y bondad de nuestro Dios con toda la humanidad, en especial de aquellos que sufren situaciones de marginación, pobreza, enfermedad y soledad. Desde esta perspectiva la iglesia esta llamada a hacer milagros, entendiendo que el milagro es la señal visible de la posibilidad real de vivir de otra forma la vida. En efecto, por la gracia de Dios, la iglesia debe ser lugar de acogida, de respeto profundo por los derechos de las personas, espacio de encuentro fraternal donde las divisiones sociales, políticas y económicas son eliminadas y donde poder vivir los valores del reino de Dios. Este es el gran milagro que debemos anunciar y vivir, quizás desde la limitación de nuestros recursos materiales y humanos, "solamente tenemos cinco panes y dos peces", pero desde la convicción profunda que somos llamados a construir puentes de esperanza en nuestra sociedad. Amén