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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

1º Domingo después de Navidad, 28.12.2008

Sermón sobre Mateo 2:13-23, por Eugenio Albrech

 

Hay un escrito de Rubem Alves, un teólogo brasileño, en el cual reflexiona sobre su vida. Inicia haciendo un comentario sobre un famoso texto, que probablemente ustedes conozcan. Se trata de una especie de carta, en la cual un hombre a punto de cumplir 85 años hace un balance de su vida, mirando los errores y los aciertos que tuvo. Ese autor de 85 años, concluía diciendo que si pudiera vivir nuevamente su vida "cometería menos errores, correría más riesgos, contemplaría más atardeceres..." y así, frase tras frase va haciendo un listado de cosas que, observándolas desde su actual condición (de hombre de 85 años), debería haberlas hecho de un modo diferente. Según él, hubo cosas que tendría que haber hecho y no las hizo, mientras que otras que sí hizo, debería haberlas hecho de otra manera. Es una especie de advertencia a los más jóvenes, para que no cometan los mismos errores que él.

A punto de cumplir 70 años, Rubem Alves se planteó hacer algo parecido, pero no le salió de ningún modo. Buscaba la razón por la cual suponía que a pesar de ser poeta, no podía escribir algo así. Entonces intentó explicárselo para sí mismo, diciendo que quizás era porque a sus casi setenta años él comprendía que vivía realmente feliz. Dice además que si en su vida no hubiese habido sufrimientos en el camino, quizás hoy en día no podría disfrutar con tanto gusto de las cosas que le suceden. Estoy donde estoy, por consecuencia de los caminos y descaminos que tuve que andar. Muchos de los planes que tuve, dieron mal, entonces debí acomodarme a las circunstancias, enriqueciéndome de los errores y aprendiendo de los dolores y desavenencias. Dice Alves: "Si pudiera vivir de nuevo mi vida, la viviría del mismo modo, porque a pesar de todas las contramarchas soy una persona feliz".

La vida de José y María en parte refleja bastante esto: las circunstancias se le van presentando contrarias a su voluntad. Ellos tenían todo planificado, sin embargo Dios les pide otra cosa; se acomodaban a la nueva situación y surgía otra desavenencia más. Una tras otra.

Repasemos: Ambos vivían en la tranquilidad del pueblito, en Nazareth y Dios le hace saber a José que el hijo de María ha sido engendrado por Dios. Le pide entonces que la cuide y la ayude, que la acepte como su mujer. Después tienen que ir a Belén por una orden política y allí nace ese hijo prometido.

Después de esto era de esperar su regreso al pueblo, pero esto no pudo ser. Tuvieron que escapar de la ira de Herodes, marchando al forzado exilio hacia Egipto. Una cosa es cuando uno se quiere ir y otra es cuando "debes marcharte, porque sino corres el riesgo de morir". Tuvieron que recorrer cerca de 300 kilómetros, entre amenazas de todo tipo.

Después de un tiempo intentaron regresar a Belén, pero estando cerca se dieron cuenta que quien gobernaba era el hijo de Herodes. Eso los llevó a regresar definitivamente a Nazareth, lejos de todo, (del centro político y religioso). Allí se crió el niño Dios. Quizás porque se dieron cuenta que ese era en definitiva su lugar en el mundo.

Al re pensar un poco toda esta historia, llena de ir y venir, con altibajos, amenazas de todo tipo, marchas y contramarchas, sorpresas en la noche, caminos y descaminos... quizás nos ayude  a repasar nuestra propia vida, con sus vueltas y sus cruces.

Como buen judío, seguramente José le habrá contado a Jesús toda su historia. Quizás viene de ahí su predilección y su preferencia por los más débiles y sufridos.

Los caminos y descaminos de nuestra vida nos marcan como personas. Estaría bueno que no sólo no vivamos pensando solo en lo que tendríamos que haber hecho, sino asumiendo lo que hicimos y lo que ocurrió en consecuencia, dando gracias a Dios por todo lo que nos ha enriquecido y todo lo que hemos aprendido. Si estamos donde estamos es porque hemos pasado por un camino que nos ha llevado a hacer y deshacer cosas todo el tiempo, acomodándonos a las circunstancias. Estaría bueno poder vivir agradecidos por lo que tenemos, en la confianza de que todo lo que Dios nos ha presentado en la vida, nos ha servido para estar donde nos toca estar hoy, del modo que lo estamos. En una de esas también podemos mirar hacia atrás de un modo tan positivo como Rubem Alves, agradeciendo a Dios porque a pesar de todo, podemos estar hoy en el lugar donde estamos.

Amén

 



Eugenio Albrech
Villa Gral. Belgrano - Cordoba
IERP

E-Mail: eugenio@compartirdesafios.org.ar

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