Göttinger Predigten
Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach
1º Domingo de Adviento, 29.11.2009
Sermón sobre Lucas 21:25-36, por Marcos Abbott
¿Qué haces mientras esperas?
Verán al Hijo del Hombre,
que vendrá en una nube con poder y gran gloria (v.27).
Para los cristianos hoy que esperan el retorno de Cristo, ¿qué esperan realmente? Según la literatura popular que se encuentra en las librerías evangélicas, el retorno de Cristo significa el fin de la historia humana, el arrebatamiento de los creyentes (de verdad) al cielo y el juicio final, que termina con el castigo eterno de los no creyentes.
Sé que esto es una caricatura, pero la visión centra en un reino celestial y no terrenal. El retorno de Cristo marca una desconexión profunda entre la existencia terrenal e histórica de la humanidad.
Esta visión de la venida del Hijo del Hombre en las nubes es el opuesto de la expectativa de los primeros cristianos, y del autor y los primeros lectores del evangelio de Lucas. Para ellos también la venida del Hijo del Hombre marca una intervención cataclísmica de Dios, el día del Señor. Será un día de salvación y juicio. Pero la diferencia esencial es que no ven una desconexión sino una continuidad entre la existencia terrenal e histórica de la humanidad. El reinado de Dios se establece dentro de la historia humana y no en un mundo cósmico, celestial.
La lectura popular cristiana actual hace una violencia al texto de Lucas 21. Sólo se puede leerlo en clave cósmica y celestial si uno tiene una cosmovisión espiritualizada que sirve como la lente de lectura.
Lucas está usando Marcos 13 como su fuente, que es conocido como el pequeño apocalipsis. Lucas modifica su fuente en varias maneras, pero el cambio principal es una bajada notable del sentido de la inminencia del retorno de Cristo.
Lucas coloca la venida del Hijo del Hombre como el último de una serie de eventos que tienen que ocurrir cronológicamente. El primer evento es la persecución de los cristianos y su testimonio bajo presión.
Antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre. Y esto os será ocasión para dar testimonio (21,12.13).
Esta fase es seguida por la caída de Jerusalén.
Cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado.... Y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan (21,20.24)
El tiempo de los gentiles es lo que viene tras la destrucción de Jerusalén. Puesto que para los primeros lectores de Lucas el templo ya se ha destruido y los judíos dispersados, consideran que están viviendo en el tiempo de los gentiles.
Nuestra lectura hoy comienza con la siguiente fase, los portentos celestiales.
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas...porque las potencias de os cielos serán conmovidas (21,25.26).
Lucas está siguiendo su fuente Marcos, pero este lenguaje viene de los profetas. Encontramos lo mismo en Isaías, Ezequiel y Joel (Isa 13,11.13; Eze 32.7.8; Joel 2.10.30.31; Isa 8,22; 13,4). Estas imágenes son precursores para la venida del Hijo del Hombre como una teofanía, o una revelación de Dios.
Espera un momento, me dices. Todo esto de portentos celestiales y la venida de Cristo como una teofanía me suena como algo cósmico y celestial. Tienes razón. Lo es, pero la dimensión celestial se revela dentro de la vida terrenal. Dios interviene no para terminar con todo sino para poner todo en orden. Es decir, Dios viene en Cristo para establecer su reinado y no para destruir su creación.
Quizás algunas preguntas nos ayudan a clarificar el asunto. ¿Por qué son perseguidos los cristianos, o más concretamente la comunidad lucana? ¿Quiénes están amenazados por el reinado de Dios y por qué?
Los creyentes en la comunidad a que escribe Lucas no sufren a manos de las sinagogas y los gobernadores simplemente porque su doctrina es diferente. Sufren porque su vida comunitaria es diferente y su ejemplo cuestiona la legitimidad de las estructuras del estatus quo. En la comunidad lucana comen juntos personas de elevada estatus social y los pobres y los esclavos. En una sociedad donde la sangre, la etnicidad, el nivel social de los padres marca uno de por vida, no se puede permitir una comunidad de personas que predican una unidad en Cristo y que no respecta el estatus, la clase y los niveles sociales. Todo el sistema en el imperio romano está deslegitimado desde la divinidad del emperador hasta la superioridad religiosa de los judíos.
Además, la venida del reinado de Dios es buena nueva para uno que ya está viviendo conforme a su cosmovisión, que encontramos en el ejemplo de Cristo. Pero para los que están deslegitimados por la venida del reinado de Dios en la persona de Jesucristo, desde los líderes religiosos, hasta los ricos hasta los gobernadores, el día del Señor es una amenaza.
Vivir en el reinado de Dios es vivir conforme a la voluntad de Dios y manifestar su carácter. Jesucristo nos muestra la voluntad de Dios y su carácter, y nosotros seguimos a él en su ejemplo y enseñanza. Él es la base de nuestra legitimidad. Seguir a Jesús no implica una desconexión con la sociedad sino una involucración profunda. Es vivir un testimonio en comunidad del reinado de Dios. Invitamos a gente a seguir a Jesús y a construir el reinado de Dios en comunidad.
Cuando interpretamos el reino de Dios y la venida del Hijo del Hombre en términos cósmicos y celestiales de una manera desconectado de la vida e historia humanas, no estamos siguiendo a Jesús. Estamos vendiendo pasajes a un viaje extraterrestre, y la vida actual es básicamente una sala de espera.
¿Qué hacemos mientras esperamos la venida del Hijo del Hombre? Escuchamos al texto.
Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y de embriaguez y de las preocupaciones de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día, 35 porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de la tierra. 36 Velad, pues, orando en todo tiempo que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del hombre" (21,34-36).
¿Qué les hace dignos de escapar estas cosas y de estar en pie delante del Hijo del Hombre? Seguir fielmente a Jesús, vivir en el reinado de Dios ahora como testimonio al mundo. Este ejemplo atraerá persecución porque deslegitima las estructuras justificadoras de la sociedad actual, pero prepara la venida del reinado de Dios en su plenitud.
Hermanas y hermanos, el mundo de hoy no es tan diferente de los tiempos de Jesús y de la comunidad lucana. Hay desigualdades enormes en este mundo. El nacionalismo, la etnicidad y la religión siguen siendo legitimadores del estatus quo. Los ricos se sienten justificados con sus riquezas, y de alguna manera los pobres no ven salida. Hay más sacerdotes y pastores tranquilizando la consciencia de los ricos y justificando las decisiones de los gobernadores que hay sacerdotes y pastores sirviendo a los pobres y luchando por la paz. Para los primeros la venida del Hijo del Hombre no será un día de alegría. Pero para los que luchan por la paz, que construyen el reinado de Dios siguiendo el ejemplo de Jesús, su venida será gloriosa. Y habrá cierta continuidad entre el día antes de la venida, la venida y el día después, porque han estado viviendo el reinado de Dios en la presencia de Cristo día a día.