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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

1º Domingo de Adviento, 29.11.2009

Sermón sobre ucas 21:25-36, por Jorge Weishein

 

"...mis palabras no dejarán de cumplirse" (Lc 21,33)

Estimados hermanos, Estimadas hermanas,

llegará el día, dice el Señor, que la especie humana especulará con vivir en otros astros de la galaxia, pero aún así no cuidarán del propio planeta, sino que serán víctimas de su propia contaminación. La evolución de la especie será su propia condena. Sin embargo, dice el Señor, mi amor por mis criaturas nunca tendrá fin. Ese día la especie humana podrá conocer hasta el más mínimo detalle la cadena de ADN pero, aún llegando a conocer tan profundamente a los seres vivos, no tendrá contemplación por la vida, muriendo de enfermedades ya extinguidas hace siglos. En esos días mi compasión por la humanidad no cesará ni estaré ausente en medio de ella, sino que voy a intervenir en medio de sus contradicciones y conflictos con amor y verdad.

En ese día aún no habrán descubierto la lógica de "la teoría de la gravedad" como tampoco "el sentido de la vida" que excede los razonamientos físicos tan complejos de las ciencias duras. Aunque la nanotecnología y la biotecnología reproducen funciones humanas y naturales que, en algunos casos, superan las posibilidades de los seres vivos, en esos días, aún así, el ser humano no será capaz de amar más a su prójimo ni rendirle culto un culto más sincero a Dios, con total piedad y absoluta devoción.

El ego del ser humano será su reflejo eterno sea que se mire en un lago cristalino, una pantalla LCD, una vidriera de un shopping o un espejo rayado. La medida eterna de sus deseos será siempre su propio bienestar y satisfacción. Ese día el ser humano se enfrentará con toda crudeza a sus más crudos instintos, a su más bruta naturaleza, y aún enamorado de sus propios logros, aturdido por sus propios halagos, sólo en mi amor podrá encontrar todo lo que necesita, pues sus propias fuerzas jamás podrán otra cosa que alimentar la violencia y la muerte, por derecha, centro o izquierda. Mi sabiduría supera toda capacidad humana de comprensión, mi misericordia no tiene fin.

Equipos satelitales girarán alrededor del planeta, sondas espaciales llegarán hasta lo más desconocido del universo, pero jamás llegarán a reconocer mi presencia que surge y vuelve sobre si misma siempre de nuevo en una extensión infinita. Armas biológicas amenazan la humanidad, armamento nuclear sofisticado y teledirigido desde todos los confines del planeta presionan gobiernos y fuerzas de seguridad, pero nada ni nadie podrá separar al mundo de mi misericordia porque desde los quarcs hasta los asteroides más lejanos, desde las galaxias apenas distinguibles hasta el meteorito más pequeño incrustado en la superficie de la tierra, y llegando incluso al centro candente de la tierra, nadie podrá esconderse de mi justicia ni de mi abrazo protector, pues aquí está tu Dios.

Así como cada ser vivo se nutre de su suelo y se forma en su contexto, así integro y transformo la vida de cada una de mis criaturas. Pasarán las eras de la historia y la prehistoria pero mi vida eterna no pasará jamás. Llega el día en que Dios, el Señor de la vida, reinará sobre todo cuanto afirme tener conciencia, fuerza, poder y potencia sobre cuanto ser y entidad tenga existencia. El dominio de este Dios compasivo y humilde no tiene fin ni tiene límite. Llega la hora en que estarán sometidas a este Dios cada una de las voluntades, dimensiones y existencias. El mundo que vivimos está llegando a su fin.

La cultura se diversifica, complejiza y combina en millones de expresiones y formas pero ninguna puede agotar la idea de Dios en el mundo. Los seres humanos pueden descifrar hasta la más minima molécula de los lirios del campo, ¿pero quién puede superar la belleza de su constitución y el misterio de su origen y existencia?

No quedan dudas de los límites de los seres humanos. Las dudas de los seres humanos son evidentes y visibles en la precariedad de su forma de vida sin visión de futuro ni amparo por su hábitat en el que se desarrolla, el desprecio por cualquier opción y condición de vida ajena a los parámetros dominantes, la fragilidad de su memoria, su cultura, su historia, reducidas a bytes, megas y gigas de energía volátil e infectable.

Ese día el Señor habrá de resetear el código madre de su creación transformando la vida completamente de raíz, cambiando para siempre y de una forma totalmente nueva, cuanto criterio de visión, comprensión y expresión exista en medio nuestro. ¿Dónde quedará entonces el lujo y el éxito de los famosos? ¿Qué habrán de hacer los multimillonarios que utilizan cientos de cuentas bancarias en el mundo entero, incluso en países que jamás podrían nombrar ni ubicar en un mapa del globo terráqueo?

Llegará el día en que Dios hará de este gran caos, este gran tohu wa bohu -como dice el Génesis-, un mundo donde la vida sea posible y tenga sentido para toda la creación. No te aferres a las ideas de este mundo. No te aferres a las cosas de este mundo. Este mundo no tiene futuro. La vida en este mundo no tiene futuro. Solamente la palabra de Dios tiene futuro. Todo lo demás apenas tiene su tiempo. Tiempo de vivir. Tiempo de morir. Tiempo de gozar. Tiempo de sufrir. Todo tiene su tiempo. Tiempo al tiempo.

Va a llegar el día en que Dios hará nuevas todas las cosas. No tengas miedo. No hace falta. El Señor es nuestro pastor. No nos va a faltar nada. El va a guiarnos de la mano a través de este tiempo para llevarnos a ese reino de satisfacción y alegría. Así que estemos atentos. No nos dejemos llevar por la corriente. No creamos en todo lo que vemos, sea en los medios masivos de comunicación o en los medios de comunicación sin medios para comunicarse masivamente. Juzguemos con criterio, tomemos lo bueno y desechemos lo malo. Cada cosa en su justa medida. Nadie es dueño de la verdad por ser mucho o poco lo que tenga que decir, ni por decírselo a muchos o a pocos. Cuanto más profundamente revele las contradicciones de la vida humana más cerca estará de la verdad, pero el único que es la verdad, el camino y la vida no es una institución masiva, ni mediática, sino apenas un hombre, un profeta, que Dios concibió y creó específicamente al servicio de su voluntad, y vivió sólo para la gloria de Dios.

No dejemos que nos duerman y nos arrullen con los más diversos arrorrós (o canciones de cuna) con los que nos endulzan los oídos porque este mundo no va a salvarse ni asegurarse con palabras, elogios y méritos, sino solamente en tanto reconozca sus límites, su pecado, su injusticia, su corrupción, que atraviesan la vida de toda la humanidad y afecta a toda la creación. Equipos enteros de publicistas trabajan cada día para detectar la más mínima ansiedad o angustia humana para ponerla al servicio del último producto del mercado. No llenemos nuestras casas con cosas, ni hagamos caso a tanta baratija para pobres, ricos y cuanto paladar y bolsillo la pueda pagar. Estemos atentos a lo que estamos viviendo, a lo que nos está pasando, al mundo que está muriendo, vestido, calzado y maquillado para matar y morir. Todo esto pasará. Esto es pan para hoy y hambre para mañana. No tiene sentido. El que tenga hambre y sed de vida vaya a la fuente: al Dios de la vida, al Señor de la historia, al principio y razón de la existencia.

Estimados hermanos, Estimadas hermanas, viene el día en que seremos nuevas criaturas en un nuevo tiempo y en un nuevo lugar donde ya no estemos presos del paso del tiempo ni de la fragilidad del espacio, sino que seremos una experiencia inédita de Dios con nosotros de una forma y en un lugar que jamás podríamos imaginar. Tengan esperanza. Esos días están cerca. Dios está en medio nuestro hasta el fin del mundo. Estén atentos. Estén en paz. Dios los bendiga. Amén.

 

 



Pastor Jorge Weishein
Iglesia Evangélica del Río de la Plata
E-Mail: parroquiaballester@yahoo.com.ar

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