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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

3º domingo después de Epifanías, 24.01.2010

Sermón sobre Lucas 4:14-30, por Marcos Abbott

"Programa Electoral" de Jesús

Al inicio de una campaña política los partidos políticos y sus candidatos presentan su programa electoral. Dan las líneas principales de sus planes para gobernar en el caso de ser elegido. Colocan su programa en su página web y organizan eventos electorales donde lo exponen.

Ahora bien, todo el mundo reconoce que el programa electoral es una cosa y el programa de gobernación otra. El producto entregado tiene poco que ver con el marketing. ¡Qué desilusión! Esto explica algo del cinismo con la política.

La visita a la sinagoga de Nazaret, tal como la presenta Lucas, es el inicio de campaña para Jesús como el agente del reinado de Dios. Comenzando desde su pueblo natal Jesús viajará por toda Galilea y hasta Jerusalén para anunciar el reinado de Dios. A lo largo del evangelio de Lucas observamos que Jesús pone en marcha su programa, que hay una coherencia entre el anuncio y el producto entregado. Debido a esta coherencia, merece la pena prestar atención a su discurso en Nazaret.

Primero tenemos que hacer una clarificación. El reinado de Dios no es una democracia, y el Mesías no es elegido por mayoría del pueblo; es seleccionado por Dios. Jesús es el agente divino del reinado de Dios, es el Hijo de Dios (3:21-22, 23-38; 4:1-13). Por eso Jesús no está pidiendo el voto en Nazaret sino anunciando el programa que Dios le ha encargado.

Jesús elige dos textos que expresan su programa (Isaías 61:1,2; 58:6) y los combina en uno.

El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos 19 y a predicar el año agradable del Señor. (4:18-19)

El castellano no comunica una sutileza que se ve en el texto griego. Las primeras tres frases terminan en el pronombre "mí" en una forma enfática. Por tanto el énfasis va así.

El Espíritu del Señor está sobre ,

Por cuanto me ha ungido a mí,

Para proclamar las buenas nuevas a los pobres me ha enviado a mí.

Jesús como agente divino es ungido por el Espíritu Santo. Tiene el beneplácito, la autoridad y el poder otorgado por Dios mismo para cumplir el programa que se da a continuación. Como Jesús estaba en su pueblo natal, y este anuncio aparentemente no cuadra con el carpintero que todos conocían, era necesario presentar sus credenciales.

El programa de Jesús tiene tres características. Primero, se enfoca en los pobres. Ellos son los destinatarios de las buenas nuevas (el evangelio). La versión Reina Valera añade una frase que no está en los mejores manuscritos griegos: a los quebrantados de corazón. Esta versión está citando la versión de Isaías 61,1. De todos modos, ¿quiénes son los pobres?

Para casi todos nosotros la pobreza es una categoría económica. Son personas que no tienen dinero y viven en la miseria. Ciertamente estos son pobres. Algunos comentaristas lo han interpretado como pobreza espiritual. De esta manera aumenta bastante el alcance de la referencia. Una persona acomodada puede ser pobre espiritualmente, por tanto puede ser destinatario de las buenas nuevas de Jesús.

El estudio sociológico nos ayuda identificar la referencia a los pobres en Lucas. Aunque la pobreza incluye la categoría económica, el enfoque de la referencia es otra. En la sociedad mediterránea en la época de Jesús la pobreza era una función tanto de estatus como de dinero. El estatus que uno tiene en la comunidad no era una función de factores económicos tanto como de su familia o clan, su género, el nivel de educación, la vocación, etc. Dependía más de cómo naciste que de qué has logrado. Es decir, los factores que componían su identidad en la comunidad más amplia determinaban su estatus. Uno de poco estatus era "pobre", es decir, marginado. La pérdida de estatus y honor en la sociedad equivale a la marginación y la pobreza social, y esta pobreza social puede resultar en la pobreza económica.1

Con esta lente de lectura social algunos textos cogen más sentido. En Lucas 7,1-10 Jesús sana el siervo de un centurión. Jesús es maravillado de este gentil. Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe (7,9). El centurión era excluido del reinado de Dios según la mayoría de los judíos, pero Jesús lo incluye por su fe. No era un pobre económicamente, pero sí era marginado de la comunidad del pueblo de Dios a los ojos de la mayoría en Israel.

Zaqueo (Lucas 19) es otro ejemplo de alguien marginado. Aunque era judío, como agente del imperio como cobrador de impuestos, era considerado casi peor que el centurión. Pero cuando se convierte, y Jesús acepta ir a su casa, Jesús dice de él: Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham (19,9), La última frase, "es hijo de Abraham", indica que para Jesús está reincorporado al pueblo de Dios. Uno marginado entra en el reino.

La mujer con el flujo de sangre en Lucas 8 (8,43-48) era una marginada porque nunca podría ser limpio para estar en la congregación. Cuando Jesús le cura, abre el camino para ser reconciliada con la comunidad en el culto.

Vemos que la pobreza en Lucas era una categoría social de marginación que incluía la pobreza económica, pero que tenía más que ver con su marginación en relación al pueblo de Dios. Un elemento importante del escándalo que provoca Jesús es la inclusión de los marginados en el reinado de Dios.

La segunda parte del programa de Jesús es lo que va a hacer con "los pobres".

...a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos,

a poner en libertad a los oprimidos (4,18).

La palabra griega que aquí se traduce "libertad" es afesis. A veces en Lucas-Hechos se traduce mejor como "perdón" en el sentido del perdón de pecados. El término viene del mundo del comercio de esclavos y puede referir a la liberación de la esclavitud. En Lucas tiene sentido tanto espiritual como social. Cuando uno es perdonado de sus pecados o liberado, es restaurado a la comunidad. De esta manera podemos ver el vínculo entre la pobreza entendida como la marginación y la liberación con su reconciliación resultante.

La tercera parte del programa tiene una dimensión escatológica. Los textos que Jesús usa de Isaías están llenos de temas del jubileo. La legislación del jubileo en Levítico 25 incluye la liberación de los esclavos, el perdón de las deudas, y la devolución de la tierra a su distribución original bajo Moisés. Es lenguaje escatológico que en la proclamación de Jesús incluye la dimensión del famoso ya pero todavía no. Jesús anuncia la hora del favor de Dios y la liberación, que luego se manifiestan en las grandes obras de sanidad y liberación de demonios en el ministerio de Jesús.

Con un programa tan ambicioso uno podría pensar que sería bien recibido por los oyentes, pero el rechazo que sufre Jesús en Nazaret anticipa un rechazo más generalizado a lo largo de su ministerio. En general la gente estaba contenta con las fronteras que distinguían entre los que están "dentro" y los que están "fuera" del reinado de Dios. Con sus criterios de estatus social, de etnicidad y religiosidad judías, no querían que entraran personas como el centurión o Zaqueo, y veían la exclusión de la mujer con el flujo de sangre como legítimo debido a la Ley misma. Cuando Jesús da entrada a los marginados, los con estatus se ven amenazados y sus argumentos a favor del estatus quo deslegitimados. Así que los de su pueblo natal...

Lo echaron fuera de la ciudad y lo llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarlo; 30 pero él pasó por en medio de ellos y se fue (4,29.30).

¿Cómo se comparan el anuncio de Jesús al inicio de su campaña y el anuncio que hacemos desde nuestros púlpitos sobre las buenas nuevas de Jesús? ¿Quiénes son los destinatarios principales de nuestro anuncio? ¿Incluimos a los pobres o no..., o espiritualizamos el concepto para que quepa más gente?

¿Es la acción principal de la promesa en nuestro anuncio una liberación, no sólo de la culpa o el poder del pecado sino del cautiverio, la ceguera, la deuda y la opresión?

Sospecho que no hemos omitido una buena referencia escatológica. Sin embargo, cuando hablamos de la escatología en las iglesias solemos hablar de las cosas relacionadas con el retorno de Jesús, que viene al final de la historia humana tal como la conocemos. Pero Jesús inaugura el reinado de Dios, y Dios ofrece su gracia a través de él para los fines mencionados en el programa de Jesús: es decir, dar buenas nuevas a los pobres, liberar a los cautivos, dar vista a los ciegos, etc.

Finalmente, ¿con quién te identificas en el público que escuchaba a Jesús? ¿Te identificas con los vecinos de toda la vida que se escandalizaron con el mensaje de Jesús, o te identificas con el centurión, el leproso, Zaqueo, la mujer con el flujo de sangre, el publicano.....?

Si tú eres como yo, y te encuentras identificándote más con los vecinos que con los "pobres", puedes hacerte la misma pregunta que tengo que hacerme a mí mismo. ¿Están mis intereses en conflicto con los intereses de Jesús? ¿Soy demasiado "espiritual" para ser pobre?

 

 

 

1 He encontrado este análisis en Joel B. Green, The Gospel of Luke (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1997), p. 211.



Marcos Abbott
El Escorial
E-Mail: marcos.abbott@centroseut.org

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