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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

Pascua de resurrección, 04.04.2010

Sermón sobre Lucas 24:1-12, por Dieter Kunz

 

"Las que llevaron la noticia a los apóstoles fueron María Magdalena, Juana, María madre de Santiago, y las otras mujeres. Pero a los apóstoles les pareció una locura lo que ellas decían, y no querían creerles.

Los discípulos no pueden creer esa noticia que les traen las mujeres.

Porque es increíble, inexplicable.

Mucha gente hoy tampoco lo puede creer. A pesar de que en el Credo solemos decir "Creo que Jesús ... al tercer día resucitó de los muertos".

¿Qué objetivo, qué finalidad tiene, pues, este relato de la resurrección?

¿Es solamente una historia increíble?, una historia novedosa, llamativa?

Los evangelios nos la relatan para que la creamos.

Pero ¿por qué hemos de creer algo tan increíble?

¿Para tener un consuelo ante la muerte?, para que nos hagamos de la idea de que la muerte no es tan grave, porque después, de alguna manera, está la "vida eterna"?

¿Qué pasó con las mujeres en la mañana de la Pascua, y con los discípulos?

¿Se fueron tranquilos pensando que ahora sólo hay que pensar en la vida eterna? ¿Se conformaron asumiendo que la noticia de la resurrección significaba que ya la vida de aquí no importa porque de todos modos no es más que una etapa hacia la muerte?

Para los seguidores de Jesús lo importante fue que Jesús vive. Que el Jesús que les había enseñado, que los había acompañado, que les había ayudado en tantos sentidos, - que ese Jesús estaba vivo.

Es el Jesús que les prometió "yo estoy con ustedes siempre, hasta que esta vida termina".

Tan vivo está Jesús que ellos mismos sintieron que él estaba con ellos:

- caminando con ellos y explicándoles las escrituras,

- compartiendo la comida con ellos,

- ayudándoles en las tareas cotidianas como la pesca,

- dándoles su bendición y su paz.

Y a partir de ahí ellos sabían que él seguiría estando con ellos siempre. Acompañándolos, animándolos, dándoles fuerza / coraje para afrontar las diferentes situaciones de peligro, de angustia, de sufrimiento.

Precisamente ese es el mensaje de la Pascua también para nosotros:

que no nos refugiemos en ilusiones futuristas, escapando de la realidad presente.

Porque Jesús vive: vive para estar con nosotros ahora, en esta vida.

Jesús vive para que nuestra vida de aquí sea vida; no un vegetar hacia la inevitable muerte.

Jesús vive para estar con nosotros.

 

Ese es el testimonio de los discípulos que en un primer momento no podían creer lo increíble.

Pero que sintieron la presencia de Jesús con ellos.

En nuestras angustias, en nuestro sufrimiento, en todas las dificultades, - en todo momento sintamos que Jesús está aquí, con nosotros, que vive y está a nuestro lado.

Así la resurrección de Jesús tendrá sentido para nosotros, nos será de real sostén, y no una mera historia pasada, hermosa tal vez, pero increíble.

Tampoco quedará siendo una dilatoria mediante una anhelada vida futura, o "eterna".

La vida con Jesús es presente. La vivimos ahora.

Y seguramente, también tiene futuro. Tenemos motivos de sobra para esperar aquello que San Pablo anhela: estar definitivamente, plenamente con Jesús.

Pero creo que sólo podremos tener esa esperanza si vivimos nuestros días aquí con el Jesús resucitado.

Cambiando el orden de los términos de la expresión de Pablo podríamos decir que "el morir nos será ganancia si para nosotros el vivir es Cristo".

¡Que el evangelio, la buena noticia de la resurrección del Señor Jesucristo sea motivo de alegría para nosotros hoy, para que vivamos este día y los que vendrán en la seguridad de que el Jesús que resucitó y vive está aquí con nosotros!



Pastor Dieter Kunz
Baradero, Argentina
E-Mail: kunzdieter@yahoo.com

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