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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

3° domingo después de Pentecostés, 13.06.2010

Sermón sobre Lucas 7:11 – 17, por Alma Hernandez

Hay una película que me gusta mucho por sus paisajes y también porque enfoca la vida a través de la metáfora de un viaje; la protagonista es una mujer que entra en una crisis vital y una amiga le comenta que cuando ve a personas que han acabado viviendo en las calles o en circunstancia muy terribles, siempre se pregunta que como acabaron así, y la respuesta es que hubo un punto crítico en que debieron haber hecho algo o dejado de hacer algo y no lo hicieron, y eso les llevo a la ruina personal.

Nuestros textos de hoy nos hablan de viajes, de itinerarios, de recorridos; probablemente porque la realidad que asoma es que la vida se trata de un viaje, de lo que nos ocurre durante ese viaje y a quién conocemos durante el camino.

I. NUESTRO PRIMER DESTINO

- Elías: Sarepta, un itinerario corto

(1 Reyes 17:8-24)

Sabemos que el viaje que emprendió Elías a lo largo de su vida, fue un viaje largo con muchas paradas en el camino, sin embargo hoy queremos ocuparnos de un solo segmento del camino. Su encuentro con el hambre y con la muerte, y su encuentro con una mujer, con la vida, con una viuda. El caso de Elías es muy singular, porque aparece en un momento en que el culto a Yahvé se encuentra destronado y en su lugar el culto a Baal se ha erigido. Todo el proyecto de Elías será restaurar lo que su propio nombre significa "Yahvé es Dios" y no hay otro Dios en Israel sino Yahvé. Elías es conocido respecto de otros profetas por su programa religioso social, por su lucha contra el sincretismo y la opresión social. Es probable que pasajes como el de la viuda de Sarepta, que hoy nos ocupa hayan reforzado su fama de luchador social. Volviendo a nuestro esquema anterior, dónde nos hemos preguntado sobre los itinerarios, debemos aplicarlo a Elías:

¿En que consiste su viaje? ¿Qué le ocurre durante el viaje?

¿A quienes conoce durante el camino?

Ya hemos dicho que el viaje de su vida fue un viaje vocacional, dónde su vocación era ser profeta de Yahvé, levantado para luchar contra la desintegración de la fe yahvista en una religión sincrética, idéntica a la de los pueblos vecinos de Israel, sirviendo también a Baal. Su lucha contra Acab, le hizo recorrer caminos inesperados, como el encuentro en medio de la hambruna con la viuda de Sarepta de Sidón, sitio al que había huido por que le perseguían para matarle. Muchas cosas suceden en los relatos bíblicos a las puertas de las ciudades, y esta ocasión también, a las puertas, Elías encuentra a una mujer, que

por aviso de Jehová sabe que va a sustentarle durante la hambruna; sabemos que Elías sabía que papel tendría esta mujer en su vida, pero no sabemos si la mujer sabía lo que se esperaba de ella. Sin embargo, sin la menor oposición, se da a la relación con el profeta, digamos que hasta le complace, aunque se encuentra en la faena recogiendo leña. Empieza el ir y venir, que si tráeme un vaso de agua, que si aprovechando el viaje tráeme de paso un trozo de pan en tu mano, y que si no tienes, no te preocupes, entra y hazme a mi primero una pieza de pan, pero porfa, que esté cocida bajo la ceniza y tráemela; y luego ya harás para ti y para tu hijo. Probablemente la mujer a punto de llamarle cansino, sospecha que este hombre de extraña apariencia es un profeta que ha venido traído por Dios para que ella le sustentara a él, pero también para que él de parte de Dios la sustente a ella y a su hijo. Al final, se da una colaboración entre ellos que da como resultado la supervivencia por muchos días. Hasta que, no sabemos por que

motivo, el hijo pequeño de la mujer enferma gravemente y muere. Su esperanza de futuro desaparece.

Aquí podemos preguntarnos, si ha muerto porque esto daría lugar a una gran revelación de Dios o simplemente ha muerto y habría muerto de cualquier manera aunque el profeta no hubiera estado ahí.

La mujer ahora si no puede más, ha aguantado al profeta con todas sus exigencias, con todas su extravagancias, con lo cansino que ha sido, pero esto ya es demasiado; mira que venir a tentarla y probarla, ella no entiende, ¿Por qué después de hacer todo lo que se le ha pedido, porque después de servir sin reparos y dar de lo suyo, lo malo le ha acontecido? Su hijo ha muerto y esto debe ser cosa del profeta y de su Dios. En medio de la rabia por la injusticia, en medio del dolor y de la frustración reclama al profeta por su abuso. Parece que los compañeros del camino a ratos hacen bien, pero a ratos también hacen "pupa", o por lo menos así lo ve ella.

El profeta no sabe que hacer, solo clama y reclama: "Ahora si nos hemos pasado" - parece decir-. Después de la hospitalidad y el buen trato recibido el niño ha muerto y nos hacen responsables de ello, y ahora ¿Que voy a hacer? ¿Que le digo yo a esta mujer que ha sido tan generosa? Ante dos clamores que se juntan, ahora es el turno del Dios de Elías que impulsado a responder a los gritos del abismo; a responder a esta compañera de viaje de Elías, por tanto a esta compañera de viaje suya.

En este lamento se articula la fe, y la compañera de viaje de Jehová y de Elías encuentra la vida. Recibe a su hijo vivo y nosotros somos testigos del milagro de una novedad radical, es decir, una novedad que ninguno de los compañeros puede obrar por sí mismo. Esta novedad trasciende la imaginación de los que se hayan afligidos. La respuesta de Dios toma forma de creatio ex nihilo, por eso es una novedad radical. El viaje ha dado frutos aún sin proponérselo. Elías conoce a la mujer, la mujer conoce a Elías y descubre su labor profética y en ese encuentro los dos conocen la cara de Dios, conocen quién es Él y una nueva realidad ha hecho su aparición.

Continuemos nuestro viaje, y vayamos a

II. NUESTRO SEGUNDO DESTINO

- Pablo: un relato corto para un itinerario largo (Gálatas 1,11-24 al 2,1)

Como un contraste se nos ofrece el itinerario de Pablo, un relato corto que abarca un itinerario largo. Son muchos los enfoques que podríamos hacer a través de este pasaje.

Analizar el llamamiento de Pablo, su relación con los otros discípulos, su condición como judío, etc. Sin embargo, me gustaría llamar la atención sobre el largo viaje que representan estos 15 versículos.

En este pasaje, encontramos a Pablo relatando en primera persona como pasó de ser un apasionado judío a ser un fiel discípulo de Jesús el Cristo, y como llegó a ser considerado como tal en medio de las comunidades y centros de predicación. Tal vez en medio de la divagación de mis pensamientos, después de la sensación de cansancio que me produjo leer estos versículos por la intensa actividad que describen, mi mente se quedó pillada con el versículo 2,1: "Después, pasados 14 años..."; para después reconocer lo largos que son los itinerarios. El tiempo tan largo que lleva el desarrollo de vidas, de proyectos, lo agotador que puede parecer mirar al futuro, lo mucho que falta para que los niños pequeños crezcan, lo mucho que falta por terminar unos estudios, lo lejos que se ve el poder llevar a cabo sueños que acariciamos desde siempre, que se acabe la crisis, que nuestras familias vengan, que nosotros podamos ir, que nuestro equipo gane las competiciones, etc.

En este momento del camino nos es bueno recordar que hay tramos que son muy largos, que en los caminos a veces hay conflictos (y esto Pablo lo sabía muy bien), que hay proyectos que llevan toda una vida, que algunos no sabemos si los alcanzaremos; pero vuelve a ser importante recordar que el camino es vida, es ahí donde nos encontramos cara a cara con nosotros mismos y cara a cara con Dios, conocemos a otros(as) en  el camino y a unos(as) ayudaremos y otros(as) nos ayudarán. La invitación del Dios que siempre convoca, esta delante. Invitación de Dios a emprender y a continuar el camino, aunque a veces haya que hacer un alto en Arabia... el camino sigue.

Nos acercamos ya a nuestro último y

III. TERCER DESTINO

- Jesús en Naín: un itinerario breve (Lucas 7:11-17)

Por último, nos encontramos con el "iba pasando por ahí" de Jesús que va de camino a otro destino, pero mientras va pasando algo ocurre. Jesús se encuentra con una procesión fúnebre, el muerto es "el hijo único de una mujer viuda" sin esperanza humana posible. Parece que no puede haber una expresión más terrible de desamparo que esta; para entonces, y seguro que para hoy también.

Jesús reacciona como muchas otras veces le hemos visto en ocasiones similares. Aquí como en el relato de Elías, presenciamos de nuevo un clamor desde el abismo del dolor, y a Jesús se le conmueven las entrañas.

Resulta muy interesante que el narrador no registra que la mujer hablará, sin embargo, las palabras de Jesús dan constancia de sus sentimientos; se acerca a la mujer y le dice:

No llores, pero este es un no llores, no para reprimir sus emociones, sino un no llores esperanzador porque él sabe que puede hacer una intervención definitiva y erradicar la causa del sufrimiento. Enseguida interviene definitivamente, trans-grediendo las normas (cfr. Nm. 19, 11-16). Toca el ataúd y devuelve la vida a su hijo, y en medio del gran sobrecogimiento que todos los presentes  eperimentamos, toma al chico y lo da a su madre que es toda felicidad y alegría.

Este relato puede ser visto como un metarrelato, porque nos da una perspectiva desde la cuál contemplar la vida: Jesús, el Dios hombre se acerca y está atento ante quienes se hayan en medio del abismo, cuyos lamentos le impulsan a actuar;. Vemos entonces su cara más tierna, y ante el dolor, le vemos comprometerse y exponerse por el bien de aquellos que de pronto se han vuelto sus nuevos compañeros del camino. Y es en ese encuentro en medio del dolor y de la fractura en el que el nuevo compañero del camino, encuentra la vida. Y presenciamos de nuevo el milagro de una novedad radical del que ya hemos hablado. Las conclusiones que hacen los testigos son: Un gran profeta ha surgido entre nosotros y Dios nos ha visitado, por tanto el lamento y el cilicio pueden quitarse.

CONCLUSIÓN

Hoy en día son muchos los programas sobre viajeros que ofrece la TV: Madrileños por el mundo, Españoles por el mundo, callejeros viajeros por el mundo, erasmus españoles por el mundo (mamá tu no mires) y un largo etc. Esto puede responder a la gran inquietud que tienen las personas por tener experiencias. Esto contrasta con la lucha que el cristianismo ha mantenido desde  sus albores, de no dejarse reducir a conocimiento de verdades absolutas, metafísicas o filosóficas; sino preservar la experiencia que tuvo la primera iglesia de haber sido salvada por el resucitado. Tal vez sea por eso que muchos relatos están construidos en torno a viajes, caminos, itinerarios. Por que es en este itinerario que es la vida, donde hacemos nuestras búsquedas y descubrimientos, donde tenemos encuentros, encuentros que producen

comprensiones de la vida, y en ese sentido, revelaciones, cosas que en un momento del camino no sabíamos pero que después descubrimos.

Por el contrario, las sociedades que hemos construido en su afán de seguridad han exaltado una ideología de la escasez, por no decir de la mezquindad, a la que se suma una total desesperanza y desilusión que le llevan a una negación de la realidad del sufrimiento. ¿Como puede la fe en el resucitado no confabularse con una ideología que raya en el nihilismo? ¿Como denunciar el sistema de la muerte?

Estos tres relatos a los que nos hemos acercado hoy, nos dan algunas ideas como

alternativas en el camino:

1. Ante la mezquindad, la enorme generosidad de Dios que sorprende con creces a las y los del camino, con una creatio ex nihilo en medio de la tragedia y el

desamparo.

2. Ante la desesperación que tiñe de muerte todo lo que toca, la esperanza resistente del resucitado, que nos sale al encuentro siempre como compañero de viaje, dispuesto a implicarse con todo aquel que ha sufrido una pérdida.

3. Ante la negación que impide la cura, franqueza en reconocer la necesidad, y por tanto, reconocer al Dios que sale a nuestro encuentro y se acerca solidariamente.

4. Estos tres metarrelatos, quieren ayudarnos a contemplar nuestra realidad desde otra perspectiva, ayudarnos a valorar el camino, las relaciones -porque no hay persona pequeña, la que nos parezca más sencilla puede sustentarnos un día-, contra el individualismo desmesurado, la colaboración es importante.

Jesús: el camino y caminante; se implica, se compromete, se expone por el bien de sus compañeras y compañeros de camino, para que todos y cada uno encuentre la vida.

Jesús se implica con...

• La mujer viuda y madre que habla y se queja.

• El hombre que argumenta ante los caminos largos y difíciles.

• La mujer viuda y madre que sólo llora y calla.

Por último, una pregunta a la que quizá somos invitados a responder es:

Si el evangelio puede seguir diciendo: no llores; si puede ver el sufrimiento de los que lloran, si puede conmoverse hasta las entrañas. Si podemos responder que si, entonces seguro encontraremos la manera de ser nosotros y nosotras, compañeros(as) de otros y testigos del caminar de Dios al lado de muchos.

Salmo 146, 5-9a

Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob,

Cuya esperanza está en Jehová su Dios,

El cual hizo los cielos y la tierra, El mar, y todo lo que en ellos hay

Que guarda verdad para siempre,

Que hace justicia a los agraviados,

Que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos;

El Señor abre los ojos a los ciegos;

El Señor levanta a los caídos;

El Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los extranjeros;

Al huérfano y a la viuda sostiene,

Oración

Señor, a veces nos dan miedo los caminos, no sabemos a quién o a qué nos podemos encontrar en ellos. Con todo, ayúdanos a no negarnos a transitarlos, porque a lo mejor en medio de las multitudes, te encuentro a ti.

Amén



Alma Hernandez
Madrid
E-Mail: aasfh@hotmail.com

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