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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

6º domingo después de Pentecostés, 04.07.2010

Sermón sobre Lucas 9:51-62, por Germán López-Cortacans

 Estimados hermanos y hermanas

En el principio del capítulo 9 Lucas subraya de forma contundente cual era la misión de Jesús: "iba predicando el evangelio y sanando a la gente". En efecto, Jesús entiende su ministerio como dignificación del ser humano aliviando su sufrimiento y dolor, este es el núcleo de la proclamación del reino de Dios: romper las cadenas que deshumanizan y denigran a la persona causándole tristeza, soledad y dolor. Es por ello que la proclamación del reino está unida a las prácticas del reino, el vivir y el hacer de Jesús configuran su misión. Es desde este contexto que Lucas, en este capítulo 9, nos describe la alimentación de los 5000, la sanación de un muchacho endemoniado y la transfiguración de Jesús en la montaña.

Nuestro texto nos sitúa a Jesús y sus discípulos de camino a Jerusalén, pasan por tierra samaritana y Jesús manda a algunos de sus discípulos a buscar alojamiento en este pueblo, pero la respuesta de los samaritanos es de rechazo. La enemistad entre judíos y samaritanos era antigua y bien conocida por todos. Es necesario recordar que nunca hubo una delimitación geográfica estricta para estos pueblos hermanos en conflicto. Quizás el hecho de que los mensajeros hayan entrado en una aldea samaritana puede ser tomado como una provocación de su parte, debido a que simplemente podrían haberla eludido y elegir otra donde habitaran judíos. Y es en este contexto de exclusión y rechazo donde se formula la respuesta, en forma de petición a Jesús, de Jacobo y Juan: "Señor, permítenos orar para que caiga fuego del cielo y destruya a todos los que viven aquí".

Os propongo en esta mañana que reflexionemos en la petición de Juan y Jacobo, recordando que ellos estuvieron presentes en los milagros de Jesús y fueron testigos privilegiados en la transfiguración de Jesús. Dicho esto, la pregunta que surge con fuerza es ¿Por qué tuvieron esta reacción tan visceral y violenta Juan y Jacobo? La respuesta viene dada por la imagen de Dios que ellos tenían, un Dios que castiga al impío y que no soporta al pecador. Es por ello que ellos quieren pedir a Dios que fulminase y destruyese a todos los habitantes de aquella aldea. Reflexionemos por un momento en lo dicho, para darnos cuenta de la enorme desproporción de la petición de Juan y Jacobo y todo ello en nombre de Dios. Estos discípulos no han entendido el evangelio del reino ni han conocido al Dios de Jesús que es percibido como ternura y misericordia, a pesar de ser testigos directos de los milagros y acciones sanadoras de Jesús. Para ellos Dios es un vengador intransigente que no perdona que sólo condena. Por ello las palabras de Jesús hacia Jacobo y Juan son duras: "Pero El, volviéndose, los reprendió, y dijo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois, porque el Hijo del Hombre no ha venido para destruir las almas de los hombres, sino para salvarlas". Es decir, la vida de Jesús fue servicio ante un Dios experimentado como Misericordia y reconciliación. Este servicio nace de unas entrañas compasivas que se conmueven desde la experiencia del Padre, y del acercamiento al sufrimiento de sus criaturas. La imágen

Esta mañana el evangelio nos confronta con nuestras imágenes de Dios. El tema es complejo y difícil porque viene coloreado por interpretaciones y lecturas que condicionan nuestra manera de percibir a Dios y a su vez configuran espiritualidades que muchas veces están arraigadas en el miedo y en la ansiedad ante un Dios lejano y punitivo. Pero es urgente depurar todas estas imágenes que deforman al Padre de Misericordia para encontrarnos con el Dios que es percibido por Jesús como abba, es decir posibilidad de reconciliación y posibilidad de vida con los afligidos, angustiados y desesperados. Este es el núcleo de la Buena Noticia, es posible abrazarnos con el Dios de la Vida para sentirnos perdonados y amados para ser incorporados en una comunidad que celebra y comparte el don de la Vida y la salvación. Amén.

 



Germán López-Cortacans
Iglesia evangélica Sants EEC-IEE
Katalonien
E-Mail: germancortacans@hotmail.com

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