Göttinger Predigten

Choose your language:
deutsch English español
português dansk

Startseite

Aktuelle Predigten

Archiv

Besondere Gelegenheiten

Suche

Links

Konzeption

Unsere Autoren weltweit

Kontakt
ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

Penúltimo domingo del año litúrgico, 14.11.2010

Sermón sobre Lucas 21:5-19, por Jonathan Navarro

 

"Y mientras algunos estaban hablando del templo, de cómo estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, [Jesús] dijo: [En cuanto a] estas cosas que estáis mirando, vendrán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada. Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo sucederá esto, y qué señal [habrá] cuando estas cosas vayan a suceder? Y Él dijo: Mirad que no seáis engañados; porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: "Yo soy [el Cristo]," y: "El tiempo está cerca". No los sigáis. Y cuando oigáis de guerras y disturbios, no os aterroricéis; porque estas cosas tienen que suceder primero, pero el fin no [sucederá] inmediatamente.

Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación y reino contra reino; [habrá] grandes terremotos, y plagas y hambres en diversos lugares; y habrá terrores y grandes señales del cielo. Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles, llevándoos ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre. Esto os dará oportunidad de testificar. Por tanto, proponed en vuestros corazones no preparar de antemano vuestra defensa; porque yo os daré palabras y sabiduría que ninguno de vuestros adversarios podrá resistir ni refutar. Pero seréis entregados aun por padres, hermanos, parientes y amigos; y matarán [a algunos] de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Sin embargo, ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas.

Pasado, presente, futuro.

Pasado.

Hace pocos días celebrábamos el día de la reforma. Un acontecimiento que convulsionó Europa y culminó en una de las guerras más crueles y sangrientas de nuestra historia.

Martín Lutero, monje católico, descubre un nuevo paradigma, nuevas preguntas y nuevas respuestas, que le posibilitarán para vivir un nuevo cristianismo, nuevo, al menos, a los ojos de sus coetáneos.

Pero como sabemos, el monje católico fue finalmente excomulgado. La institución Romana no podía digerir la transformación que exigía la puesta en práctica de la teología de la gracia luterana. La gracia llegó a Europa.

Presente

Ya han pasado cerca de 500 años de aquellos acontecimientos. Después de Lutero, Calvino, Wesley y tantos otros..., estamos en nuestro "ya", en nuestro "ahora".

Algunos, lo viven con cierta sensación de triunfo: gracias a la reforma el mundo puede oír la verdadera predicación de la Palabra, el evangelio de Jesucristo. Otros cuando miran a su alrededor no pueden más que vivirlo como el "todavía no", todavía no hemos llegado a la meta.

Quizá tú vivas el "ya" con cierta ambivalencia, entre la seguridad y la inconformidad.

Pero es cierto que tampoco nuestro tiempo es fácil, los paradigmas vuelven a cambiar: ecumenismo, laicismo, ecumenismo, modernidad y post-modernidad...cambian las preguntas y por lo tanto cambian las respuestas y luchamos con la necesidad de continuar siendo relevantes.

Entre tanto vemos como hoy somos pocos, muchos menos que ayer.

Pero, Igual miras al futuro con esperanza.

Futuro

¿Qué nos espera? ¿Conseguiremos un re-avivamiento de la fe? ¿Vamos por el camino correcto? ¿Acabaremos desapareciendo? ¿Cuándo sucederán estas cosas?

El futuro está lleno de preguntas, dudas, pero sobre todo, visto con los ojos de la fe, el futuro está lleno de esperanza.

La obra es del Señor, descansamos en esta máxima y esperamos que sea Él quien culmine la obra.

Esto nos llena de cierta seguridad, aunque quizá no sea aquí y ahora, el Señor entrará en nuestra casa a compartir con nosotros un gran banquete y habitará entre nosotros hasta la eternidad.

¿Dónde está nuestra seguridad? ¿En nuestro pasado reformado? Somos los predicadores de la gracia de Dios, del nuevo pacto.

¿En nuestro presente? o ¿está en lo que ha de venir?

¿En un futuro re-avivamiento? ¿en una posible re-fundación que nos permita comunicarnos con nuestra sociedad volviendo a ser relevantes en nuestro ministerio?

Algunos admiraban el templo.

Era un templo digno de admirar. Verdaderamente una de las maravillas de su tiempo. Sus medidas y sus adornos no tenían igual. El templo de Herodes estaba a la altura de las pirámides de Egipto. Algunos admiraban la belleza de sus piedras.

Mientras que los romanos eran grandes admiradores del pasado, de su pasado, el pueblo judío era el pueblo del presente, del ya, del ahora.

El futuro no tenía ningún sentido para nadie.

Al romano le interesa lo que es antiguo, esto es lo importante: las raíces, la religión antigua, la casta familiar.

El judío tiene claro que lo importa es dónde está Dios ahora, qué vamos a comer hoy, cuál acontecimiento será relevante para nuestra era.

Por eso cuando leemos estos textos es vital que los ubiquemos en clave de presente. Lo que ha pasado ya no es y cuando en cualquier momento una mala cosecha, una epidemia o una guerra nos va a matar a todos, el futuro tampoco es.

Es el presente lo que estamos viviendo con estas personas que admiraban el templo.

¿cuándo van a pasar estas cosas? Sí, pero es un cuando que se pregunta por el "ya", por lo que nos afecta "ahora.

Y el templo, el que tenemos ahora, es un templo un tanto polémico.

Por su patrocinador, Herodes.

Por su estilo, helenístico.

Por sus sacerdotes, impuros a los ojos de muchos.

Pero a la vez, este templo que tenemos ahora es la Gloria de Dios, majestuoso, imponente, divino.

La presencia de este templo nos asegura ahora la presencia de Dios entre nosotros.

Seguro que alguna vez os ha pasado que vuestra pareja está criticando algo de sus padres, o de alguno de sus hermanos o hermanas. Entonces te animas también a meter la cuchara y te metes con la suegra o con el cuñado y ya tenemos montada la de san Quintín. ¡¡¡Que lo diga yo vale pero para ti mi madre es una santa!!!

Nosotros podemos criticar a los nuestros, auto-criticarnos incluso, pero que no venga alguien de fuera a hacer lo mismo porque se va a enterar!!!

Así es la relación de los judíos con su templo, yo puedo criticar mucho de lo que pasa pero que nadie me lo toque, porque sigue siendo la casa de Dios.

Los judíos confían entonces en que en la magnificiencia de su templo tienen asegurada la presencia de Dios.

Pero Jesús tiene claro que el templo caerá. No sólo eso, sino que habrá guerra, terremotos, hambre y persecución. ¿cuándo? No importa cuando, este es nuestro presente.

haré con la casa que es llamada por mi nombre, en la cual confiáis, y al lugar que di a vosotros y a vuestros padres, como hice con Silo.

Y os echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de Efraín. Jeremías 7:14-15.

Jesús estaba en el templo y enseñaba

"Cuidaos de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y son amantes de los saludos respetuosos en las plazas, y de [ocupar] los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes; que devoran las casas de las viudas, y por las apariencias hacen largas oraciones; ellos recibirán mayor condenación."

(Luke 20:46-47 LBLA)

Y seguidamente tenemos el episodio en el que la viuda pone todo lo que tiene en la ofrenda del templo.

El templo una institución que se ha levantado y se sustenta con la ofrenda de la viuda, incumpliendo así la ley de Dios que dicta que es el templo el que debe de alimentar a la viuda y no a la inversa. La casa de Dios ha sido hecha casa de ladrones, por lo tanto no quedará piedra sobre piedra.

Y no debe de quedar. La institución no es mala en sí misma, eso lo podemos ver en la cantidad de textos que alaban el templo de Jerusalén. Pero cuando el fin de la institución es la propia supervivencia, por encima de las personas, ha llegado su fin.

Y más aún en el caso del templo, al templo que supone la presencia de Dios en la tierra se le exige que sea el refugio del débil, la casa de la viuda y del huérfano, el hospital de los que sufren.

Cuando el templo olvida que su razón de ser es para hacer llegar la bendición de Dios a los hombres y a las mujeres, ya ha dejado de existir como tal.

Y claro, llegarán aquellos que dirán ¡esto lo arreglo yo! ¡yo tengo la solución! ¡cojamos las armas!¡luchemos por el templo contra el mundo! ¡El Señor me lo ha mostrado!

Jesús dice: No les sigáis. No es vuestra misión luchar ni por, ni en contra del templo. Jesús no va a poner sus energías ni la de sus discípulos ni en destruir ni en salvar ese templo.

Jesús nos ha llamado a poner las energías en cosas que van a dar mucho más fruto.

Podemos ver que todos los acontecimientos que relata Lucas en su evangelio fueron presentes.

En cualquier libro de historia referente a los años 60 y 70 del primer siglo encontrará no sólo la destrucción del templo por los romanos, sino también las guerras, las revueltas, los terremotos y las señales. Y por supuesto las persecuciones de los seguidores de Jesús, como podemos ver en el libro de los Hechos.

Todo fue presente pero a la vez todo sigue siendo presente.

 

  1. Las instituciones que maltratan y se aprovechan de los débiles son presente.

Son aquellas que se olvidan de su función de servicio a las personas y ponen su esfuerzo en su propia existencia como fin.

  1. Los falsos salvadores que se levantan para llevarnos a la ruina, son presente. Se enfrascan en guerras fratricidas y finalmente sólo cambian ciertas formas, pero no el fondo.

  2. Las guerras, las revueltas, los desastres naturales, son presente.

  3. Las persecuciones son presente.

Aunque en Europa vivamos muy cómodos y no incomodemos a nadie, lo cual debería preocuparnos mucho, el mundo está lleno de perseguidos, muchísimos de ellos cristianos.

Nuestra forma de pensar suele mirar desde la seguridad de nuestro presente, hacia proyectos de futuro. Proyectos personales y proyectos de iglesia, proyectos de renovación y proyectos de actuación, la iglesia en Europa es la iglesia de los proyectos.

Porque aún en tiempos de crisis, vivimos una seguridad que no comparten 4/5 partes del planeta, por eso el presente no es tan importante.

No es tan importante como el progreso, lo que conseguiremos, lo que cambiaremos, las reformas posibles, los nuevos cambios de paradigmas.

Pero os quiero invitar hoy a meditar el evangelio con cierta perspectiva judía, desde el presente, desde el "ya", desde el "ahora".

En este "ya" encontramos en el centro de la narración dónde, como discípulos de Jesús, hemos de poner las energías.

Pues "ahora" el evangelio nos llama al testimonio, este es el punto clave del pasaje, dice Jesús: "Todo esto os servirá para dar testimonio".

 

  1. Frente a los sistemas opresores, testimonio.

  2. Frente a los falsos salvadores, testimonio.

  3. Frente a la guerra y a los desastres, testimonio.

  4. Frente a la persecución, testimonio.

¿Pero qué testimonio puedo dar? ¿Cuál es le testimonio que puedo dar frente a esto?

Éste es nuestro testimonio.

Que Jesús de Nazaret es presente y está presente.

Él ya ha vencido por ti y por mi. Por tanto la comunidad de discípulos no necesita ir a ninguna revuelta mesiánica, porque Jesús está presente y ya ha vencido.

Tenemos la posibilidad de tener un testimonio no contra la sociedad, sino en favor de ella. Aún si esta nos persiguiese, tenemos la posibilidad de vivir el reino de Dios no para condenación sino para llevar la salvación a todos.

Jesús abre la posibilidad no ya de anunciar la nueva creación, sino de empezar a vivirla ya aquí y ahora.

Y eso implica vivir el reino que se preocupa no por sí mismo, sino por el prójimo, por el amor al ser humano, un amor que se da, un amor fraternal, hospitalario, hospedador, un amor que pone la necesidad del otro a la misma altura que la propia, un amor que no entiende de raza, género o estatus social.

Éste es nuestro testimonio.

Pero que nadie se agobie pensando en el presente, dice Jesús NO OS ATERRORICÉIS, Jesús nos ha liberado y nos da el testimonio, también nos da el poder de su palabra para realizarlo.

Sólo empieza a vivirlo aquí y ahora.



Jonathan Navarro
El Escorial, Madrid
E-Mail: jonatan.navarro@gmail.com

(zurück zum Seitenanfang)