Göttinger Predigten
Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach
Domingo Sexagesimae, 27.02.2011
Sermón sobre Mateo 6:24-34, por Germán López-Cortacans
¿En quién confiamos?
El texto de Mateo esta insertado en el llamado sermón de la montaña donde Jesús habla del reino de Dios. Este reino no hace referencia a ideas o conceptos abstractos ni a unos conocimientos reservados a unos pocos. Por el contrario, el reino del que nos habla Jesús está íntimamente ligado a la vida, y más concretamente hace referencia al establecimiento de nuevas relaciones con Dios y con nuestro prójimo. En efecto, Jesús habla por primera vez de la posibilidad real de establecer una relación nueva con Dios basada en la confianza y la cercanía, de tal modo que Jesús nunca llamó a Dios rey o señor sino padre y más concretamente abba, papa. Y este reino anunciado por Jesús también nos habla de relaciones personales transformadas donde el resentimiento y la desconfianza entre las personas dan paso a relaciones fraternas presididas por el amor y la confianza.
Este desde este contexto de realidades transformadas, que Jesús nos recuerda de forma radical que no podemos servir a dos señores: a Dios o a las riquezas. No hay cabida para la ambigüedad o las medias tintas, nuestra opción de seguimiento debe seguir un camino u otro. Dicho con otras palabras: ¿Dónde depositamos nuestra confianza? Esta es la pregunta que debemos responder con franqueza, porque el seguimiento a Jesús está íntimamente enraizado en "dejarlo todo" y depositar toda nuestra confianza en Él. Al depositar la confianza en las riquezas implica vivir vidas que llevan a una espiral de afán de lucro desmedido que nos separa del otro y de sus necesidades.
En estos últimos años hemos contemplado con profunda tristeza e impotencia como este afán desmedido de ganar más y más de unos pocos ha eclosionado en una crisis de enorme magnitud, abocando a millones de personas en todo el mundo a unos elevados niveles de paro, precariedad laboral y situaciones de injusticia como embargos de casas y bienes personales. Es decir el egoísmo enfermizo de unos pocos por ganara cada vez más dinero ha llevado a la miseria a millones de familias abocándolas a situaciones límites como el desahucio y la pobreza.
Jesús nos propone vivir de una forma totalmente diferente, viviendo confiadamente en el Padre sabiendo que El conoce cuáles son nuestras necesidades. Esta confianza en el Señor de la Vida no se experimenta y vive a nivel íntimo e individual; sino que vivir el Reino implica abrir nuestro corazón y tender nuestras manos a aquellos que son más débiles: los pobres, los enfermos y los necesitados. Somos llamados a compartir la justicia de Dios que implica traer dignidad y un impulso nuevo que consiste en darles la certeza de que, a los ojos de Dios, poseen una dignidad que les posibilita levantarse. Este es el mensaje de la buena noticia, es posible vivir y relacionarnos de otra forma totalmente diferente con Dios y con el prójimo.