Göttinger Predigten

Choose your language:
deutsch English español
português dansk

Startseite

Aktuelle Predigten

Archiv

Besondere Gelegenheiten

Suche

Links

Konzeption

Unsere Autoren weltweit

Kontakt
ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

Trinitatis, 19.06.2011

Sermón sobre Mateo 28:16-20, por Julio Strauch

 

El texto de Mateo nos relata que Jesús partiría junto al Padre pero, les dejaría a sus discípulos, la importante tarea y responsabilidad de compartir la Buena Nueva. Pero para esta tarea, Jesús promete no dejarlos solos y acompañarlos para siempre.

Ese grupo que se había formado, que trabaja tan bien junto a su maestro, que se sentía tan bien acompañado y confiado, ahora debería encarar una tarea pero de otra forma. Con una ausencia física fundamental, pero con una promesa de acompañamiento.

¿Cuántas promesas hemos escuchado en nuestra vida?

¿Cuántas promesas hemos realizado en nuestra vida?

¡Te prometo que siempre te voy a querer!

¡Te prometo que nunca más lo voy a hacer!

¡Te prometo que voy a cambiar!

¡Les prometo que si gano las elecciones voy a cumplir con todas las promesas!

En fin podríamos hacer una larga lista de promesas... Te prometo... te prometo...

De todas ellas cuantas nos han cumplido y cuantas hemos cumplido.

Fácil es prometer, difícil es realizar.

¿Qué sucede cuando las promesas que nos hacen o que hacemos no se cumplen? Seguramente perdemos la confianza y los que confiaban en nosotros dudan de nuestra palabra y de nuestra honestidad. Nos vamos desanimando y perdiendo el entusiasmo.

A pesar de que hay algunos discípulos que dudan, Jesús les dice: vayan, enseñen, bauticen, a todos y todas, no se desanimen que yo estaré con ustedes. Les hace un encargo, pero fundamentalmente una promesa. Una promesa que se cumple hasta hoy, en Jesús y que confiamos es eterna: ¡Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempos!

Ese mandato y esa promesa son para nosotros también hoy.

No es una promesa más, es una promesa de Dios, una promesa que sí se cumple. Por eso ante tantas falsas promesas o promesas incumplidas tenemos la certeza de una promesa divina, una promesa en la cual podemos confiar. Si podemos confiar podemos sentirnos seguros en nuestra tarea, podemos sentir la certeza de su presencia, de su sostén y acompañamiento. La tarea y la carga se vuelven más livianas sobre todo en estos tiempos tan difíciles y complicados.

Se creemos en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, si sentimos su presencia, si sentimos la buena nueva en nuestra vida, si sentimos la transformación, si sentimos el amor de Dios entonces, tenemos algo para compartir y la certeza de que no estamos solos. No es algo solamente para nosotros, sino algo que podemos y debemos compartir. No es una tarea solitaria sino una tarea compartida, con una ayuda y una presencia especial. Él nos invita a compartirla con quienes quieran aceptarlo y nos promete que estará siempre junto a nosotros para apoyarnos, acompañarnos y fortalecernos si nos caemos. Ya no hay soledad, ya no hay desesperanza, ya no hay egoísmo, ya no hay individualismo, ya no hay miedo, ya no hay excusas. Ahora solo hay comunidad, confianza, esperanza, respeto mutuo. A eso nos invita y nos acompaña Jesús. ¡ Él cumple sus promesas! Amén!



Pastor Julio Strauch
Uruguay
E-Mail: Julio.strauch@gmail.com

(zurück zum Seitenanfang)