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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

2° domingo de Pentecostés, 26.06.2011

Sermón sobre Mateo 7:15-27, por Stella Maris Frizs

Cuando Jesús quería dejar una enseñanza, no lo hacía como catedrático, académico o intelectual. Partía de la vida misma, de la experiencia diaria, de la realidad cotidiana.

Era común en Palestina encontrar un lugar apacible, ideal para construir. Pero podía tratarse de un lecho seco de verano que suele transformarse en arrollador en tiempo de invierno por el deshielo. (Barclay) Sería un alud de los que conocemos por ej. en la provincia de San Juan.

Y si no se había cavado lo suficiente, podía ser fatal, un desastre.

El texto apunta a tener una base sólida, un buen cimiento, una base firme. De eso depende la estabilidad o la ruina de la construcción. (casa)

Así también nuestra vida de fe. Lo que determina que nuestra vida se derrumbe o se mantenga en pie es la base. Nadie está libre de tormentas, sacudones, embates, aluviones. Y desdichados seremos si no estamos bien afirmados.

Algunas veces constatamos que estamos sólidamente cimentados. Que nuestra fe no es una sarta de afirmaciones vacías y que podemos decir junto con el apóstol Pablo: "Yo sé en quien he puesto mi confianza".

Otras veces constatamos que la aparente firmeza se viene abajo ante cualquier movimiento. Que no necesita ser grado 8 en la escala de Richter. Un pequeño temblor y se nos mueve la estantería.

Por eso Jesús insiste en la base. Exteriormente muchas vidas parecen realizadas, estables, seguras...pero no nos engañemos. En todas las situaciones de la vida pueden venir tempestades. Y más aún si somos cristianos.

Debemos tener cuidado pues esta sociedad consumista y materialista nos hace creer que teniendo determinadas cosas estaremos seguros. Pero nada material tiene consistencia ni nos brinda felicidad.

Por eso el texto quiere librarnos de una seguridad falsa y alertarnos para que nuestra vida esté cimentada en la Fe y la fe nace por el oír. O sea, cimentada en la Palabra.

El texto también nos advierte sobre lobos feroces disfrazados de ovejas que muchas veces nos garantizan que cumpliendo con determinadas costumbres o ritos o prácticas podremos salvarnos. La Biblia deja claro que lo único que nos salva es la FE

Por eso se hace necesario hablar sobre la fe, esa fe que nos hace justos. (Rom3)

. No una fe que solo es sentimiento

. No una fe de los Domingos cuando vamos al culto.

. No una fe descarnada de la realidad,....

....sino de la fe como adhesión incondicional a Jesús y a su proyecto de vida abundante.

Una fe que es compromiso total. Que es acción. Porque la fe sin obras es inútil.

Dice Santiago: "¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe si sus hechos no lo demuestran?" Una fe descarnada de la realidad no es auténtica,

"Por sus acciones (frutos) los conocerán" Haz lo que digo y también lo que hago.

De nada sirve decir "Señor, Señor", si no estamos dispuestos a construir una sociedad mejor, más justa, más humana y más fraterna. Una comunidad mejor, más solidaria y comprometida. Y una vida mejor, más íntegra y más plena. De nada sirve decir "Señor, Señor" si no estamos dispuestos a construir una comunidad de piedras vivas, que procure hacer la voluntad de Dios y que viva de acuerdo a los criterios de Cristo.

Por eso el texto llama a la coherencia. Entre el oír y el actuar. No alcanza solo con escuchar. Hay que llevar las enseñanzas a la vida diaria.

"No se engañen. Lo que el hombre siembra, eso cosecha. Pues no se cosechan uvas de los espinos, ni higos de los cardos" (Gal 6) Seremos reconocidos por nuestras acciones.

Si bien el texto contiene un mensaje amenazador (el árbol que se quema en el fuego, el agua que todo lo destruye...)

Por otro lado, contiene un mensaje de esperanza. Es posible mantenerse en pie. Hay casas (templos) y vidas que son sacudidas, pero no derribadas.

Creo que la Iglesia tiene un buen cimiento. Sobre todo si la ROCA es Cristo. Si nuestra Iglesia tiene más de 100 años es porque varias generaciones cultivaron la fe.

Y si se ha mantenido en pie a pesar de tantas divisiones, deserciones, migraciones, es porque la fe de los que quedan es aún lo suficientemente fuerte....como para seguir.

Si siempre de nuevo hay confirmaciones, gente dispuesta a comprometerse y trabajar es porque la fe, al igual que el amor, no tiene fin.

Al contrario, se renueva en cada amanecer...

Amén.



P. Stella Maris Frizs
Basavilbaso – Entre Ríos

E-Mail: stellafrizs(at)hotmail.com

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