Göttinger Predigten
Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach
3º Domingo después de Pentecostés, 03.07.2011
Sermón sobre Mateo 11:16-19, 25-30, por Germán Lopez Contacans
Queridas hermanas y hermanos:
El contexto donde Mateo encuadra las palabras de Jesús es de rechazo e indiferencia a su mensaje por parte de ciudades enteras. Podríamos decir que la predicación de Jesús ha caído en saco roto o dicho de otra forma, ha sido un total fracaso. Pero Jesús sorprendentemente no se desanima, sino que responde con una alabanza de gratitud al Padre porque el mensaje de salvación esta escondido para los sabios y revelado a los niños. Los sabios son los expertos en la ley. Su conocimiento de Dios les daba derecho a sentirse seguros, poseían la verdad. Ellos no tenían nada que aprender, al contrario, sólo ellos podían enseñar las normas y preceptos, lo que era justo e injusto, lo buenos y malo.
Los otros interlocutores a los que se dirige Jesús son los sencillos. La palabra griega "nepios" es muy rica en significados: infantil, niño, menor de edad, incapaz de hablar; y también: ingenuo, débil. En la persona sencilla descubrimos la ausencia de cálculo, la falta de doblez o segundas intenciones. Eran los "sin voz", "la gente de la tierra" a quienes los rabinos despreciaban. En tiempo de Jesús, sólo los dirigentes podían hablar, los demás sólo tenían la obligación de escuchar y obedecer. Y es precisamente esta situación de vulnerabilidad y dependencia que le permite a la gente sencilla escuchar el mensaje de la Buena Noticia.
Jesús invita a todos los cansados y agobiados porque él les dará alivio. La imagen de yugo se aplicaba a la Ley, que tal como la imponían los fariseos, era insoportable, así el hombre desaparecía bajo el peso de más de 600 preceptos y 5.000 prescripciones. Para ellos la Ley era lo único absoluto. Como oposición a esta carga opresiva, Jesús propone llevar su "yugo" que es ligero porque va a favor del ser humano. Toda la vida y el mensaje de Jesús tenían como objetivo liberar a hombres y mujeres de estructuras sociales y religiosas que los relegaban a la marginalidad. Es por ello que el Reino de Dios que es anunciado por Jesús, proporcionaba espacios de dignidad y respiro a las multitudes que eran oprimidas por una ley que les esclavizaba y les dejaba sin voz.
El relato de Mateo nos interpela a reflexionar acerca de nuestras propias seguridades que nos impiden acercarnos al Jesús que anduvo por la tierra de Galilea predicando el Reino y haciendo el bien. Estas seguridades son muy sutiles y muchas veces son imperceptibles por la propia persona. Son seguridades revestidas de doctrina, de esquemas doctrinales, de tradiciones que se han ido sedimentando en el fondo de nuestro ser y nos impiden captar el mensaje profundo de la Buena Noticia. La doctrina sólo es válida si esta al servicio del ser humano y nos ayuda a construir puentes de fraternidad y ayuda. Si por el contrario, nuestros esquemas doctrinales sólo nos sirven para juzgar el comportamiento de los demás y distanciarnos de nuestro prójimo tenemos el mismo problema que aquellos fariseos a los que Jesús recrimina su actitud.
Es por ello que es necesario y urgente pedir la ayuda del Espíritu para que seamos sensibles a su guía. Porque sólo podemos acercarnos a Jesús y a su mensaje de Vida si asumimos nuestra vulnerabilidad y dependencia. Amén