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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

15. Domingo después de Pentecostes, 25.09.2011

Sermón sobre Mt 16:21-26, por Xavier Artigas

La Biblia Catalana Interconfesional titula los capítulos del 16, 13 al 20, 34: "Subida de Jesús a Jerusalén". Es curioso que la traducción bíblica interconfesional en castellano, hace una aclaración esencial de lo que significa esa subida a la ciudad santa: "El destino sufriente del Mesías" En efecto, cuando se habla de la subida de Jesús a Jerusalén, el evangelista nos quiere hablar del destino trágico del Hijo de Dios: pasión y muerte en cruz.....pero también esa "subida" es victoria definitiva de la acción salvífica de Dios, en Jesús, con la resurrección. Para que sea glorificado Jesús, ha de pasar antes por el sufrimiento de la cruz. Es una reflexión que nos interpela y se dirige también a nosotros, discípulos de Cristo de todos los tiempos. En nuestra vida, nuestro centro, nuestro existir es Jesucristo. A el entregamos nuestra vida. Sin el, nuestra vida está en tinieblas, sin luz. Así pues, también para nosotros, se vislumbra en el horizonte nuestro sufrimiento. Para ser glorificados en el Hijo, también tenemos que atravesar nuestra cruz.

En los versículos del 13 al 20, del mismo capítulo, el evangelista Mateo, nos habla de la declaración de Pedro sobre Jesús: "¡Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo!" Vemos aquí a Pedro, en esta confesión, no sólo la del apóstol, si no la de toda la Iglesia. Jesús, no obstante, le recuerda que esta declaración ha sido revelación del mismo Padre del cielo. Y es a partir de esta confesión, que Jesús hace el primer anuncio de su muerte y resurrección. ¿Por qué Jesús va revelando progresivamente su destino trágico? Habrá hasta tres anuncios de Jesús revelando lo que Dios tiene preparado para el. El Plan definitivo de la salvación de Dios, no pasa por el reinado de un Mesías triunfante, poderoso, ostentando el poder terrenal. Ese es, precisamente, el mesías que esperaban los discípulos de Jesús. Esperaban un libertador que los liberaría de la opresión romana, como Moisés liberó al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto. Sin embargo, Dios revela a su Hijo, un Mesías-Sufriente, un Mesías-Servidor, que paradójicamente, "reinará" en la debilidad, "reinará" en la cruz. Ante esta expectativa dolorosa, Jesús los va preparando, para que en su día, puedan ir entendiendo cual es la voluntad de Dios. Su Voluntad, su Amor se revela en Jesús, la plenitud de la salvación. San Juan, nos habla, en la escena del lavatorio de los pies, de un amor por los suyos que lo lleva al extremo, "hasta el fin" Este fin, se expresa en la muerte en cruz: "El amor supremo consiste en dar la vida por los amigos.", dirá Jesús más adelante, en el evangelio de San Juan.

Pero Pedro, creyendo que le gustaría a su Maestro, hace otra declaración, pero esta vez, no es conducido por el Padre del cielo, si no por un instinto completamente terrenal. Ante este anuncio de Jesús de su próxima muerte el apóstol "llevándolo aparte comenzó a reprenderlo, diciendo: ¡Que nada de eso te pase, Señor! Pedro recibirá, por parte de Jesús, una recriminación muy dura, posiblemente de las más duras que dijo: "¡Apártate de mi, Satanás!" El apóstol Pedro, se movía frecuentemente en esta actitud. Su pasión por el Señor la hacía envalentonarse demasiado pronto, cuando su fe estaba aún muy poco madura. ¡Que diferencia cuando encontramos a Pedro en el evangelio de Juan, hablando con Jesús, en la escena de la aparición del lago, cuando por tres veces es preguntado por su Señor! "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" Aquí ya encontramos a Pedro viviendo la humildad del amor: "Señor, tu lo sabes todo, tu sabes que te quiero."

El camino por el nos quiere conducir Jesús, es el camino de la humildad, de la entrega, en donde el egoísmo es nuestro máximo enemigo: "Si alguno quiere ser discípulo mío, deberá olvidarse de si mismo, cargar con su cruz y seguirme." El amor por Cristo nos hace olvidarnos de nosotros mismos y ver a nuestro prójimo como hermanos.



Xavier Artigas
Cataluña

E-Mail: xartiga@gmail.com

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