Göttinger Predigten

Choose your language:
deutsch English español
português dansk

Startseite

Aktuelle Predigten

Archiv

Besondere Gelegenheiten

Suche

Links

Konzeption

Unsere Autoren weltweit

Kontakt
ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

4º domingo de cuaresma, 18.03.2012

Sermón sobre Juan 2:13-22, por Carlos Silva

La Iglesia, nuestra casa

¿Qué dice el texto? El capítulo dos de Juan culmina con tres afirmaciones. En primer lugar, Jesús va al templo de Jerusalén y lo encuentra convertido en un negocio. Entonces dice: "No hagan un mercado de la casa de mi Padre" (v 16). En segundo lugar, refiriéndose a sí mismo, pero haciendo alusión al templo, anuncia: "destruyan este Santuario y en tres días lo reconstruiré" (v 19). Hacía en ese momento alusión a los tres días en que conocería la muerte y a su resurrección. En tercer lugar, afirma que conoce el interior humano.

¿Qué nos dice el texto? Hace casi 30 años sirvo al Señor como ministro. En muchas parroquias y capillas he encontrado, con sorpresa, que hay más personas disponibles para hacer un beneficio que para orar o enseñar el Evangelio.

Su afirmación es clara: "no hagan un mercado de la casa de mi Padre" (v 16). Es sabido que, en aquella época, alrededor del templo y dentro de él, se vendían animales para la ofrenda. También es claro que la Iglesia de hoy necesita ciertos bienes para desempeñar adecuadamente su misión, por ejemplo, una computadora portátil y un "cañón" para pasar un "pawer". La pregunta es: ¿qué es necesario y qué es superfluo? Muchos fieles reclaman hoy pobreza material y austeridad en sus pastores. Otra interrogante es: ¿embellecemos el templo o proponemos un proyecto de promoción humana? Se trata de no convertir su Casa en un mercado.

Su Casa es, ante todo, casa de oración. Su Casa es, especialmente, la "casa de todos". El gran desafío de hoy es despertar y acrecentar el sentido de pertenencia en nuestros fieles. Que cada uno sienta la Iglesia como "casa y escuela", particularmente de oración. Ellos dirán luego qué es lo esencial y qué lo superfluo. Ellos nos ayudarán a dar testimonio y a tener una vida austera.

Hoy, su Cuerpo Glorioso, resucitado es -también- la Iglesia. En efecto, Jesucristo es la Cabeza. La Iglesia es su Cuerpo Místico. Otro gran desafío es lo espiritual.

¿Qué le decimos a Dios? Ante todo, le pedimos al Espíritu la gracia de optar por "ser Iglesia", de optar por una vida de oración. También le pedimos discernir aquello que la convierte en "mercado" de aquello que la hace Casa y escuela de vida. Nos comprometemos a defender y cultivar lo segundo.



P. Carlos Silva
Uruguay
E-Mail: padrecarlos54 (at) gmail.com

(zurück zum Seitenanfang)