Göttinger Predigten

Choose your language:
deutsch English español
português dansk

Startseite

Aktuelle Predigten

Archiv

Besondere Gelegenheiten

Suche

Links

Konzeption

Unsere Autoren weltweit

Kontakt
ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

10º Domingo después de Pentecostés, 05.08.2007

Sermón sobre Lucas 11:1-13, por Felipe Lobo Arranz

 El Padrenuestro: ¿es realmente una oración?

 

Tengo la lógica sospecha que el Padrenuestro no es una oración inocente, no ha de ser una oración repetitiva, no es una oración nueva. Tampoco es simple, y tampoco es una forma piadosa de dirigirnos hacia Dios, sino todo lo contrario: En el Padrenuestro, Dios se esta dirigiendo a nosotros... y le entra una socarrona carcajada al ver y oír a meros seres humanos pensar que pueden, con repetir esa oración conseguir algo de Él.

Para aquellos que empiezan a pensar que éste que se dirige a vosotros está poco cuerdo y que rompe la tradicional idea de una forma nueva de orar a Dios y de dirigirnos a nuestro Padre celestial, dada por el mismo Señor, he de salirles al paso para confirmarles que la intención alevosa de Dios es decirnos algo especial de la oración, que pasa por ser una forma de vida y no solo un momento de piedad o si quiera de espiritualidad a placer cuando nos apetezca hacerlo o cuando tengamos una egoísta necesidad.

El Padrenuestro es lo que desea Dios que sean nuestras vidas y es más, es tan inteligente su propuesta de que oremos con Jesucristo esta oración, que lo que hace en realidad con nosotros es que Cristo nos acompañe paso a paso en la intención de lo que deseó que el hombre fuese e hiciese desde el principio. No es sólo una oración es un llamado a la acción responsable de todo aquél que invoca el nombre del Señor.

 

Padre nuestro que estás en los cielos...

Dios responde así a los que dudan... Dios existe, y quiere con esta oración que los hombres sean conscientes plenamente de ello, no hay excusas, hay una realidad inevitable, una realidad absoluta, Dios al que nos dirigimos desde nuestros interior lo encontramos en el cielo, en el paraíso deseado de nuestra mente y de nuestra necesidad de él. Nos convoca y a la vez se presenta a la cita... ¿Cuántos seres humanos pueden decir lo mismo? Nos pide que oremos, porque sabe que va a contestarnos, como el fiel amigo al que podemos pedir pan para atender una visita inesperada en un apuro de la vida, como vemos en el ejemplo de abajo en nuestra perícopa de hoy.

Los discípulos se dirigen a Jesús, los profetas y maestros de la época, cada cual con su tendencia profética y su oferta de verdades bíblicas ofrecían a sus discípulos nuevas vías de relación con Yahvé, el uno. Y claro, cada escuela tenía su especial manera de orar y de practicar la vida de fe. Jesús era uno más entre ellos y pensaban que tendría que enseñarles a orar de una forma nueva, original, para que Dios les pudiera escuchar usando atajos espirituales, de la misma manera que buscamos que se nos haga algún tipo de justicia en la vida, usando de influencias.

Jesús pensó que era el momento de demostrarles a los discípulos congregados que Dios conocía las necesidades de ellos y estaba interesado en ellas, pero que ellos no sabían qué deseaba Dios de ellos en realidad y la manera de descubrirlo, era la oración, los que querían santificar a Dios se daban de frente a una realidad, ellos buscaban atajos y preeminencia, Jesús les presentaría un reto de obediencia y de práctica del Evangelio. ¿Cómo?

 

Venga a nosotros tu Reino...

 

En primer lugar amar a Dios y querer ser uno con Él, implica que hemos de abandonar toda intención de que vengan nuestros reinos al éxito y al protagonismo principal, por otro lado, muestra que el camino del cristiano, me refiero a un cristianismo heroico, pasa por desear más que se imponga el Reino de Dios y se realice en este mundo antes que los nuestros propios deseos.

Alguno pensará que soy cruel o que Jesús era cruel, con esas personas piadosas que deseaban aprender a orar de verdad, Jesús nos esta diciendo que la mejor de nuestras oraciones son los deseos auténticos de hacer la voluntad de Dios, lo que a Dios le agrada de verdad en el cielo y en la tierra, de hacer grande su obra y su reino, es decir, pasar a la acción más que encerrarnos en la Iglesia o en nuestro a orar, buscando una simple experiencia mística, que por otro lado es bueno tenerlas, pero de vez en cuando.

Dios no nos quiere muertos. Con el salmista recordamos aquel dicho: "¿Te alabarán los muertos en el Sheol?" Mucho me temo, que aunque lo hagamos, el lugar de lucha y auténtica acción a favor del Reino de Dios se juega en vida, este es el principal lugar de importancia para el Señor. Así digo esto, porque Dios se encargará del Pan nuestro de cada día que vamos a necesitar, y digo NECESITAR, no ATESORAR. Dios obra en nuestras necesidades, cada día, según aparezcan las necesidades, en tanto en cuanto, vives queriendo servir a Dios, si buscamos sólo servir a los hombres nos veremos abocados al desaliento y a la necesidad, porque no son fieles como lo es Dios. Así que debemos entregar nuestra vida, nuestro tesoro más preciado a Dios, si queremos de verdad ser objetos de la provisión de Cristo.

 

Perdónanos nuestros pecados...

 

Nuevamente Dios se ríe. Nosotros sólo buscamos perdón para nuestros pecados, Dios en Cristo, nos quiere enseñar como debe de vivir un cristiano. El perdón y la obra de redención que Cristo ha hecho posible para nosotros en la cruz, le permite a Dios tener el lujo de relajarse y perdonarnos. A la vez la mente de Dios es puesta a prueba: Si les he perdonado... ¿serán capaces estos de perdonar a su vez a los que les han hecho algún daño?

Dios aprovecha esta oportunidad de la curiosidad humana por conocer sus misterios para marcarnos de por vida con esta máxima: ‘Te perdono, si a su vez eres capaz de perdonar a otros'. Eso es un cristianismo admirable y es para ti no para tu pastor ni para los mártires de la fe.

Cuando escucho a ciertos predicadores decir que si te haces cristiano, si invocas al Señor de verdad y si guardas todos sus mandamientos no te pasará nada... tengo que confesar que me hecho a temblar de la misma manera que cuando veo a alguien resbalándose cuando pisa una cáscara de plátano... ya intuyo con esa sonrisilla... cual es el resultado final: una fatal caída. ¿Cómo se puede ser tan obtuso?

Miles de cristianos sufren persecución, hambre, des-posesión, torturas, aislamiento, padecimientos, problemas, enfermedades, angustias... y no por eso dejan de ser amados por Dios ni dejan de ser auténticos cristianos. Pero podemos decirle a Dios: Señor, si es tu voluntad, líbranos del mal, si no lo es exclamemos: "pase de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya".

Una mala noticia: es que sólo Dios sabe qué tendremos que pasar, como, donde y cuando, finalmente el mal nos llega de una u otra manera a todos. La buena noticia: podemos pedir a Dios que nos libre de la posibilidad de que el mal haga diana en nosotros, tarde o temprano todos lo sufriremos, y que Cristo nos acompañará sanándonos en los más duros reveses. Baste a cada día su propio afán y que su reino se cumpla.

 

Conclusión.

 

Mucho me temo que los que sólo esperan encontrar en el Padrenuestro un modelo de oración o una forma nueva de orar se lleven un gran chasco. Porque encontrarán no solo una oración, sino un reto de Dios a vivir como auténticos cristianos.

Definitivamente la oración es significativa si hay una acción que la acompañe: Dios escucha esa oración eficaz... de que es justo, porque hace justicia.

El Padrenuestro no sólo hemos de leerlo en la Biblia o en nuestros boletines de culto, sino hemos de aprender a leerlo en la vida de otros cristianos, encontrarlo en nuestras propias vidas y en las de otros que nos sirven y los que traen el nombre de Cristo.

Los judíos sabían orar a Dios, aquellos discípulos también, Dios no quiere la oración como un atajo, sino como una consagración de nuestras vidas. Cuando oro el Padrenuestro, sé que después tengo que reconocer a Dios, que he de desear que su reino avance, a pesar de nosotros, que se haga realmente su voluntad, que tengamos pan y refugio, que seamos perdonados y que sepamos perdonar el daño recibido de otros, que seamos librados del mal en lo posible y este se amortigüe.

Dios nos dice orad con Cristo: Padre nuestro... pero lo que quiere conseguir con ello es que nos enteremos de una vez y por todas, que la fe cristiana es el único camino de salvación para nuestro mundo, para nuestra sociedad, para nuestras familias, para nuestros hijos, para nuestros vecinos, para nuestros compañeros de trabajo, para nuestras instituciones ¿Alguien puede poner en duda que si viviéramos así no estaríamos todos mejor? Jesús nos va a acompañar a orarlo y a vivirlo, en su ejemplo, estímulo y fortaleza.

Porque suyo es el Reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos.

Todos: Amén.



Pastor Felipe Lobo Arranz
Arranz, Bilbao
E-Mail: loboarranz@gmail.com

(zurück zum Seitenanfang)