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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

9º Domingo después de Trinidad, 21.07.2013

Sermón sobre Lucas 10:38-42, por Alfredo Abad Heras


 

¿Afanada y turbada?

"40Marta, en cambio, se preocupaba con muchos quehaceres y, acercándose, dijo: -Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
41
Respondiendo Jesús, le dijo:
-Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
42Pero solo una cosa es necesaria, y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada."

 

 

Cuando leo algunos textos bíblicos, en particular en aquellos en los que Jesús toma opciones por las actitudes de uno u otro personaje, no puedo dejar de sentir una cierta compasión por los que quedan a un lado, corregidos, relegados, cuestionados en sus comportamientos Este es el caso de Marta. No logro distinguir si se trata de una identificación con sus actitudes, un intento de salvar a los personajes, o quizá un esfuerzo por entender mejor mis actuaciones equivocadas, cuando no de justificarlas. No obstante en ese episodio Jesús no rechaza a Marta, la corrige con una palabra cariñosa, es quizás más duro con Marta en el Evangelio de Juan al hablar de la resurrección de su hermano Lázaro (Juan 11, 40).

Vamos a intentar entender en este texto que es lo que Jesús Evangelio de Lucas y por su relación con el Sermón del Monte (Mateo 5, 25-34 y Lucas 12, 22-31) con dos finales muy diferentes: para Mateo, "A cada día le basta con sus propios problemas" y para Lucas, "Buscad más bien el Reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas". El episodio de Marta y María toma así un valor muy trascendente, no olvidemos tampoco que viene unido al relato del buen samaritano, en los primeros capítulos del inicio de Jesús de su camino a Jerusalén, y precede a la enseñanza de Jesús en Lucas del Padrenuestro.

También es muy importante señalar que el tiempo que estamos viviendo se caracteriza por la incertidumbre que viven muchas familias, la ausencia de signos de crecimiento en nuestra economía y la complejidad de la globalización son un componente importante de nuestras preocupaciones, cuando estas incluyen incluso que vamos a comer o con que nos vamos a vestir. No solo físicamente, sino simbólicamente, y de manera muy contundente, sobre el futuro del Estado del bienestar, de los logros sociales, de los derechos fundamentales o de la dignidad y el respeto de las personas en condiciones de igualdad, ¿Qué va a ser de todo esto?

Una lectura simplista podría llevarnos a la conclusión de que evidentemente tenemos que ser Maria: a los pies de Jesús y dedicándonos a lo importante. Entendiendo esta forma de ir a Jesús como una despreocupación por la actualidad y la prensa, como un dejar de lado la información y el análisis, la toma de posiciones y de opciones y como si ir a los pies de Jesús no fuese un gesto político. Algunos hablan incluso de que la actitud de Marta es una referencia a la vida contemplativa. Solo que en ese caso deberíamos borrar la mitad del Evangelio y en particular sacar este texto de todos los que lo rodean y de todos los que están relacionados.

Es difícil vivir sin preocupaciones, aunque una fe profunda nos acompañe y nos permita descansar sin recelo en la voluntad de Dios y su providencia, es difícil no sentir ante el sufrimiento humano, la injusticia, las soledades a las que se ven sometidas las personas. Es difícil dejar de lado a las personas que amamos cuando las vemos angustiadas o sin salida: "De tal manera amo Dios al mundo..."Juan 3, 16.

También vienen a nuestro encuentro aquellos textos en los que Jesús se refiere a su familia como "quienes hacen la voluntad de Dios" (Mateo 10, 37 y 12, 47-50) o la enseñanza de que tenemos que vivir nuestras relaciones interpersonales como si no las tuviésemos (1ª Corintios 7, 29). Todo el Evangelio es contrario a la indiferencia.

Vamos a ver lo que dice el texto y entonces creo que podremos entender el modo en que nos enfrentamos a las preocupaciones, con qué recursos contamos para no caer en la ansiedad y que significa para el texto que tenemos delante la decisión de Maria.

Después de lo que hemos recorrido, como suele pasar en el Evangelio, la primera conclusión es que no estamos en absoluto ante un texto sencillo. Las complicaciones de la vida de las primeras comunidades y el hecho de que Lucas sea el único en recoger este episodio nos anticipan que esta lección es importante, aunque el texto sea narrativo y muy accesible.

Primera complicación: Desde el capítulo 9 al 19 de Lucas se extiende el camino de Jesús a Jerusalén. Este viaje, como toda la geografía en el ministerio de Jesús, es una referencia a los destinatarios. Si el ministerio Galileo de Jesús es eminentemente público y el ministerio en Jerusalén es más que nada comunitario, en este camino estamos en la intersección entre ambos ministerios. Jesús habla de la relación de los suyos con la sociedad en la que viven. También el camino a Jerusalén encierra otra simbología, Jesús camina hacia su entrega y compromiso por amor, a la realización de su misión, por tanto está hablando también de nuestro compromiso y de nuestra entrega, del modo en que vivimos nuestra militancia. La elección de María debe inscribirse en este marco: la relación entre lo comunitario y lo público como compromiso de redención/ liberación.

Segunda complicación: Un componente muy lucano es el ministerio femenino y el cambio de roles sociales, la preeminencia del ministerio al servicio de Jesús sobre los roles sociales. Es muy conocido y no es necesario insistir en el modo en que Lucas sitúa a las mujeres del entorno de Jesús. En este caso vemos a una Marta que asume su rol de acogida protocolaria sin participar plenamente de la acogida de la persona de Jesús, mientras que María, en contra de las convenciones sociales, se sienta a sus pies como discípula. La elección de María es una alteración del orden social y es una declaración feminista de la igualdad de los seguidores de Jesús para estar aprendiendo de El.

Tercera complicación: Como decía al principio no es fácil descartar a Marta, no solo por compasión, sino por su papel en otros encuentros con Jesús. Por ejemplo el diálogo de Marta con Jesús en torno al episodio de la muerte de Lázaro y su intervención (Juan 11, 17-21) trayendo a María para conmover a Jesús (Juan 11, 28-33), nos muestran una persona formada teológicamente, capaz de debatir con Jesús y de reconocerle y confesarle como Mesías. Este diálogo entre Marta y Jesús tiene la talla del encuentro de Jesús con la samaritana, aunque algo más breve Marta va más lejos al reconocer la resurrección como una doctrina consolidada. La elección de María no se opone totalmente a la actitud de Marta como un contraste sino como un matiz.

Si además leemos este texto en el contexto de los textos que nos propone el año litúrgico con Amos y Colosenses estamos situando el texto en el marco de una actitud trascendental, la elección de María no sería solo una opción doméstica, sino un testimonio sobre el lugar de la Iglesia en el mundo y su papel profético como seguidora de Jesús. Amós nos recuerda que cada instante de nuestra vida y de la vida de nuestra iglesia es una elección fundamental que debe estar sostenida por una perspectiva amplia y esencial: la justicia y nuestro estar ante Dios en todo lo que hacemos. Colosenses nos recuerda que El Absoluto es Dios y que se ha manifestado en Cristo como reconciliador, por lo que debemos de permanecer firmemente fundados en la fe y no apartarnos de la esperanza que hemos oído del Evangelio.

Por otra parte hay una mirada muy curiosa de este texto si relacionamos el episodio de Marta y María con los textos exclusivos de Lucas. Nuestro texto se sitúa entre el envío de los setenta, profundamente vinculado con el texto del buen samaritano y con la oración de Jesús, el padrenuestro, y como preámbulo de una afirmación: ante la mujer que sale de la multitud y exclama "Viva la madre que te pario y que te crio (paráfrasis de Lc 11, 27 al 28)" Jesús afirma que los bienaventurados son los que escuchan la palabra de Dios y la obedecen. El punto de partida de estos relatos es la preocupación de los discípulos por su lugar como seguidores de Jesús (Lucas 9), unos discípulos preocupados por sus seguridades encuentran que la respuesta de Jesús es su misión y su ministerio en plenitud.

De la elección de María no podemos hacer una contraposición, una dicotomía entre servicio y oración, entre compromiso social y vida espiritual, entre activismo y voluntariedad frente a resignación y sumisión. De la elección de María no podemos hacer una justificación de nuestras contradicciones, sino que tenemos la responsabilidad de escuchar al texto bíblico, en este caso profundamente ligado a la historia del buen samaritano. La elección de María tiene que ver con el sentido profundo de lo que hacemos como iglesia.

Con este marco y complicaciones expresadas, desde mi punto de vista solo puedo leer la elección de María como una opción política, con un cierto aire feminista y que apunta a la Gracia cómo único fundamento de nuestro actuar, sentir y esperar. Creo profundamente que este texto podría concluirse también con el versículo: "Buscad primero el Reino de Dios y lo demás será añadido". (Lucas 12, 31). En el capítulo 12 esta afirmación se sigue de la cuestión de donde está nuestra riqueza y nuestro corazón y de la vigilancia, en Mateo se añade "y su justicia" (Mateo 6, 33) o visto en relación con el Antiguo Testamento en Miqueas encontramos: "Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios". (Miqueas 6, 8)

La elección de Maria es una opción política que pone en primer lugar a las personas, que antes de dejarse llevar por la ansiedad escucha lo que la Palabra de Dios tiene que decir, se pone al servicio "a los pies", por tanto se compromete y milita, lucha.

La elección de María es una opción por la reconciliación y la liberación que viene a traer Jesús y que viene a traer la Palabra de Dios en la reconstrucción de las personas y de sus rupturas y quebrantos. Es también un "matiz" en todos nuestros afanes y actividades para que siempre estén guiados por la confianza de lo que Dios hace en nosotros. Si nosotros sentimos inquietud no podemos derivar en una obsesión por la seguridad y las garantías de que se haga nuestra voluntad, sino que debemos de tomar conciencia de los dones que ha puesto Dios en nosotros para no dejarnos indiferentes, para darnos una libertad de conciencia y de pensamiento y debemos ser capaces de utilizar esas herramientas en un sentido constructivo y no agónico. Debemos dejar la seguridad por el cuidado y la enfermedad de la angustia por la sanidad de la confianza cuando hayamos hecho todo lo que teníamos que hacer. Dios pone en nosotros los medios y los compromisos y debemos de tomarnos el tiempo de la escucha, la reflexión y la meditación, para actuar y no ceder, para resistir y seguir proclamando el Reino y el mensaje de Jesús.

La elección de María no es un gesto de rendición, sino de resistencia, pero una resistencia sólidamente fundada en la escucha de Jesús y su mensaje. Es la exigencia profunda para no perder de vista que vivimos preocupados porque la voluntad de Dios se haga en nosotros y esto es lo específico de la misión y del lugar de la Iglesia: Buscar el Reino.

Tomo como final unas palabras de Dolores Aleixandre:

«No es eso lo que importa», se puso a decirnos, «de lo que se trata es de vivir lo que el Padre quiere en cada momento y eso sólo se consigue escuchándole. Y si vivís agobiados y ansiosos, es porque vuestras acciones no nacen del deseo de hacer su voluntad, sino de vuestra propia necesidad de acumular méritos, o de creer que tenéis que ganaros su aprecio a fuerza de hacer cosas por El.

Y ¿cuántas veces os he dicho que no necesitáis conquistar nada, sino que el amor del Padre es como un tesoro que se encuentra inesperadamente, sin depender del comportamiento del que lo encontró? O como la lluvia y el sol, que no se fijan en si la tierra que los recibe es buena o mala, sino que caen sobre ella gratuitamente, y es eso lo que la hace buena y fecunda...

Marta, la próxima vez que vuelva, bastará con que prepares pan, dátiles y aceitunas, y te sentarás junto a mí como María, porque la mejor parte está a disposición de todos. Y juntos hablaremos del Padre y de cómo realizar juntos lo que El desea...»


 



pastor Alfredo Abad Heras
Madrid
E-Mail: alfredo.abad@iee-es.org

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