Göttinger Predigten
Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach
18° domingo después de Pentecostés, 30.09.2007
Sermón sobre Lucas 16:1-13, por Julio Strauch
Dios, el otro.
-¿Este domingo nos encontramos en el culto?
-No creo que pueda ir, tengo que trabajar horas extras.
-¿Nos vemos en la reunión del miércoles? vamos a hacer un estudio Bíblico.
-Tengo que viajar por cuestiones de negocio, pero de todas formas les deseo bendiciones.
-Este jueves tenemos clases de confirmación, ¿nos vemos?
-No puedo porque tengo que ir a clases de inglés y voley.
-El ensayo del coro es el viernes ¿vas a ir?
-No creo estoy muy cansando de tanto trabajar y los viernes a esa hora me gusta descansar.
Estas son algunas de las cosas que escuchamos, cada vez más, en nuestras comunidades. Se participa muy poco de las actividades de la iglesia porque hay otras demandas, demandas del mundo actual. La falta de tiempo, los compromisos, la preparación para un futuro en un mercado de trabajo cada vez más exigente, el cansancio, hacen de nuestra vida de fe algo secundario y superficial. Lo tomamos con total naturalidad, decimos: ¡así son las cosas! ¡es lo que hay! ¡la vida está dura! y nos conformamos.
Pero.... me pregunto y les pregunto: ¿de dónde vienen estas exigencias y porqué las aceptamos sin más y las hacemos nuestras? ¿No será que detrás de todo esto se oculta el verdadero dios de nuestro tiempo? Se dice que, allí donde está tu corazón, allí está tu dios. Pero... ¿que dios es este que nos tiene tan dedicados? Un dios muy exigente, que te saca todo y te da muy poco. Un dios que se apodera de nuestras vidas y nos da unas cuantas monedas o billetes para que pretendamos tener poder, prestigio y quien sabe que otras cosas. Un dios que va cambiando las costumbres y las mejores cosas de la vida en superficialidad y fanatismo. Un dios que exige mucha dedicación. Un dios que somete a Dios hasta hacerlo útil a sus propósitos. Un dios que crea iglesias y fieles que piden a Dios prosperidad y bienestar para si mismos. Un dios que ha transformado todo en valores de cambio. Un dios que ha reemplazado a Dios y no nos hemos dado cuenta. Estamos sirviendo a dios en lugar de servir a Dios. Jesucristo ya sabia de esto y lo predicaba: versículo 13: Ningún sirviente puede servir a dos amos; porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir al dinero y a Dios.
¿Cual es la diferencia entre servir a dios y servir a Dios? Uno te exprime y te saca lo mejor que tienes te tira atrás y te pide más y más y llega un punto en que no quieres. El otro te ofrece la libertad, esa libertad que todavía tienes y que siempre llevarás dentro del corazón. Uno te quita la vida el otro la da y en abundancia. Uno te exige entrega y devoción el otro te ofrece perdón, amor y compasión. Uno te hace creer que eres poderoso, que tienes prestigio, el otro te dice que todo eso no sirve de nada si no tienes amor. Uno te pide que pienses sólo en ti mismo, el otro te ofrece la posibilidad de ayudarte y ayudar los demás. Uno te promete la Gloria, el otro te ofrece la Cruz. La lista puede ser y es larga. Pero hermano y hermana la cuestión de la elección parece que siempre depende de nosotros. Y a pesar de que parece tan obvio, seguimos eligiendo al primero, es decir a dios. O será que ya nos ha seducido tanto, que ni siquiera queremos escuchar sobre el otro. Como puede ser que estemos hablando de Dios como el otro cuando debería ser el único y verdadero. ¡Que lamentable! ¿Cuál es la Buena Nueva frente a esta situación? ¡Sólo Dios lo sabe!....... o será que: ¡solo dios lo sabe!
Dice la canción del grupo Caleb de Venezuela: "Que no caiga la fe que no caiga la esperanza. Si se cae la esperanza de tu pecho, si se acaba el deseo de luchar, no te olvides del rostro de tu pueblo y confía que el Señor te sostendrá. Aunque el tiempo se presente muy difícil y se aumente entre nosotros la aflicción, que no caiga la esperanza, hermana mía, ni se apague la luz del Reino de Dios."
Fe no es convencimiento ciego de algo, Fe es duda. Fe no es aceptar lo penúltimo (dios) como verdadero sino preguntarse constantemente por lo último (Dios)
¡Que Dios nos ayude a todos!
Amén.