Göttinger Predigten

Choose your language:
deutsch English español
português dansk

Startseite

Aktuelle Predigten

Archiv

Besondere Gelegenheiten

Suche

Links

Konzeption

Unsere Autoren weltweit

Kontakt
ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

24° domingo después de Pentecostés, 11.11.2007

Sermón sobre Lucas 19:1-10, por Sergio A. Schmidt

 

Apreciada comunidad:

Jesús, como tantas veces, es criticado por juntarse con "esa gente", como los pecadores y la gente de mala fama. Esta vuelta es una persona rica; un cobrador de impuestos. En verdad no solo era considerada una persona pecadora sino que también Zaqueo era una persona odiada.

Zaqueo era odiado  porque, como cobrador de impuestos trabajaba para Roma, capital del imperio que los dominaba y, por sobre todo, como todo Publicano, cobraba de mas. Y se había hecho rico, cobrando demás.

Zaqueo quiere ver a Jesús y para verlo se sube arriba de un árbol. ¡Que sorpresa para Zaqueo cuando escucha que Jesús quiere comer en su casa! Para Zaqueo era una alegría, para todos los demás no. Y surge la pregunta: ¿por que Jesús come con un pecador?

La estadía de Jesús en la casa de Zaqueo rinde sus frutos: "hoy ha llegado la salvación ha esta casa". No sabemos cual fue la charla que tuvieron pero lo cierto es que el cobrador de impuestos tuvo un cambio de ciento ochenta grados: si a alguien  el robo, el lo restituiría por quintuplicado. La ley judía solo pedía devolver 4 veces mas en uno de los casos y Zaqueo lo haría con todos los casos.

No podemos negar que Zaqueo había tenido un cambio de actitud, producto del encuentro que el tuvo con Jesús.  Jesús no presto atención a las críticas. El podía ver mas lejos. Eso me hace acordar a una hermosa historia[1]:

Estaba golpeado y marcado, y el rematador penso que por su escaso valor, no tenia sentido perder demasiado tiempo con el viejo violin, pero lo levanto con una sonrisa.

"?Cuanto dan por mi, senores -grito- quien empezara a apostar por mi?"

- "un dolar, un dolar" despues, dos. ?Solo dos?

- "?dos dólares, y quien da tres? tres dólares a la una, tres dólares a las dos; y van las tres...."

Pero no, desde el fondo de la sala un hombre canoso, se adelanto  y recogió el arco; luego después de quitar el polvo del viejo violín, estiro las cuerdas flojas, toco una melodía pura y dulce como un coro de Ángeles.
 
Ceso la música y el rematador, con una voz silenciosa y baja dijo:"?cuanto me dan por el viejo violín?"  Y lo levanto en alto con el arco. "?mil dólares, y quien da dos?" !dos mil ! ?y quien da tres? tres mil a la una; tres mil a las dos; y ya se fue ",dijo.

La gente aplaudía, pero algunos gritaron, "!no entendemos bien,?que cambio su valor?" la respuesta no se hizo esperar: "!la mano del maestro!"
 
Y más de un hombre con la vida desafinada, golpeada y marcada por el pecado, como el viejo violín, se remata barato a la multitud  incauta. Un "plato de lentejas", una copa de vino, un juego y sigue viaje. "Se va " a la una y "se va", "se va" y casi "se fue". Pero llega el maestro y la tonta multitud no llega a entender por completo el valor del alma y el cambio que elabora la mano del maestro.

 

Meditemos un momento: ¿Somos una comunidad abierta para con los Zaqueos? ¿O ya los damos por perdidos? ¿O nos sentimos demasiados "santos" como para recibirlos"?  Las Iglesias cada vez mas están meditando y hablando sobre el famoso tema de la evangelización: ¿no será que la cosa comienza por abrirnos a los demás, superar nuestros prejuicios para poder llegar a los demás?

Nosotros, como Iglesia no somos Jesús, es claro, pero podemos hablar sobre el. El cambio en las vidas de las personas no lo podemos hacer nosotros, pero testimoniando a Jesucristo podemos ayudar a las personas a que aprendan por donde comenzar a buscar ese cambio que tanto esperan en la vida. Algo es claro: por algo Zaqueo se subió al árbol, era mas que curiosidad.

Amen.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 



Pastor Sergio A. Schmidt

E-Mail:

(zurück zum Seitenanfang)