Göttinger Predigten
Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach
Tercer domingo de Pascua, 19.04.2015
Sermón sobre Lucas 24:35-48, por Alicia Woelflin
Jesús resucitado se presenta ante sus discípulos, que respondiendo a la creencia popular de que el alma de un muerto podía vagar como un fantasma, los hace confundir al que vive, en el alma vagabunda de un muerto con apariencia fantasmática.
Romano Guardini escribe: "El Señor ha cambiado. No vive ya como antes. Su existencia... no es comprensible. Sin embargo, es corpórea, incluye... todo lo que vivió; el destino atravesado, su pasión y su muerte. Todo es real. Aunque sea cambiada, pero siempre una tangible realidad".
Los discípulos han reconocido a Jesús en el camino y quieren compartir la alegría que esto significa, como nos pasa en algunos de los momentos de nuestra vida en que la alegría nos llena el corazón y se nos sale el corazón del cuerpo transformado en palabras que a borbotones intentan compartir lo que sentimos: se solucionó el problema que había en el trabajo, el diagnóstico médico dice que estás curado después de una ardua lucha contra la enfermedad , en la familia se anuncia la llegada de un nuevo integrante o simplemente te quedas extasiado/a mirando a tu nieto menor , soplar la velita de su primer cumpleaños y desearías que todo el mundo comparta esa alegría… Eso es lo que les pasó a los discípulos de Emaús. Han reconocido a Cristo resucitado y quieren que todo el mundo se alegre con ellos.
Los fantasmas producen miedo, el Cristo viviente viene para traer paz y echar fuera el temor y quiere ser reconocido como el que está vivo, esperando que sus discípulos puedan constatar su presencia recordando el amor y la confianza compartidos antes de su pasión y muerte. ¿Cómo no reconocer al que por amor, entregó su vida?¿ Cómo es posible que sea el temor el que prevalezca? Acaso no recuerdan con cuanto amor les anunció que debería morir, pero volvería a vivir?…. porque donde hay amor , no hay lugar para el temor. El pasado del temor ha quedado en la cruz y ahora es posible mirar con esperanza el futuro contando con su paz y su presencia fortalecedora.
Pero el maestro reconoce las limitaciones de sus discípulos y para ayudarlos a abrir los ojos, les muestra sus manos con los signos concretos del calvario. Este gesto les muestra la continuidad entre el que fue crucificado y el que está vivo frente a ellos .Pero el crucificado ha resucitado , ese es el anuncio pascual , y esa presencia viva , muestra además que el amor , que lo llevó a la cruz a dar la vida por ellos y por nosotros , permanece siempre disponible y presente en nuestra vida personal y comunitaria y, contando con él, podemos renovar fuerzas y esperanza para comenzar a escribir una historia distinta.
Nuestro futuro no depende de magos o adivinos que mirando los astros nos predigan lo que pasará o lo que debemos hacer para alcanzar la victoria ante las dificultades e imprevistos que pudieran surgir, nuestro futuro depende de los signos de la pasión que nos aseguran el triunfo de la vida sobre la muerte y todos sus signos.
Y el Cristo, que es el Señor de los gestos cotidianos, vuelve a actuar ayudando a sus discípulos a constatar su presencia de resucitado, invitándolos a ser partícipes de una constatación que lo muestra humano y como tal con una necesidad tan humana, como la de la comida. Ellos necesitan ver , para creer y el Señor los hace partícipes, pidiéndoles algo de comer y con este gesto los ayuda a constatar una vez más , que no es un fantasma , queda en evidencia la humanidad del Señor , pero esto no es todo , además les recuerda la importancia de la comunión fraternal con él , para poder dar testimonio de su presencia en el mundo.
Así la vida cotidiana puede hacerse fiesta es esos gestos simples y tan humanos que se transforman en tan significativos, porque nos recuerdan que el Señor se hace presente también en nuestra vida y que comparte nuestra mesa , exorcizando el miedo a los fantasmas , que tantas veces, nosotros mismos creamos.
Por eso el desafío es dejarnos sorprender por el Señor vivo y presente en nuestra realidad, que nos libra del temor, y nos abre la puerta a un futuro distinto, gracias a su amor incondicional y a la comunión fraterna, que intenta día a día hacerse comunión de vida con Él, a través del don de su Santo Espíritu. El Espíritu de verdad, encargado de guiarnos a la verdad, mediante un camino progresivo de descubrimientos y transformaciones personales y comunitarias.
Es que de eso se trata hoy, de dejar que esa realidad invisible y dinámica del Espíritu transforme nuestras vidas desde adentro, dando consuelo y paz, sanando heridas, guiando nuestros pasos temerosos y alejando los fantasmas de la indecisión y la vergüenza que nos impiden salir a compartir que somos llamados a anunciar un nuevo tiempo
La resurrección inaugura una nueva creación, donde somos invitados a descubrir en nuestras vidas la presencia del Resucitado, que sale a nuestro encuentro y nos acompaña en nuestro camino, ya no entendido como esfuerzo personal , sino como respuesta a esa presencia viva y eficaz que nos invita a escribir una historia distinta , dejando atrás el pasado.”LAS COSAS VIEJAS PASARON, TODAS SON HECHAS NUEVAS”. Amén.