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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

1° Domingo de Adviento, 29.11.2015

Sermón sobre Lucas 21:25-36, por Izani Bruch

 

Gracia y paz de Dios sea con ustedes

Empezamos un nuevo tiempo…Estamos en Adviento, tiempo de espera y de esperanza, que nos invita a renovar nuestra esperanza y confianza en las promesas de Dios de que él hará justicia y establecerá el derecho en la tierra.  El Evangelio que nos acompaña de Lucas nos narra en un discurso escatológico (skaton: tiempo final), también llamado apocalíptico (apocalipsis: revelación de secretos escondidos) lo que estaban viviendo los judíos y los/as cristianos/as en aquel tiempo: guerras, confusiones, grandes desastres y violencias…

Al escuchar el Evangelio pareciera que Lucas estuviera escribiendo para nosotros/as hoy. Pues, al igual que el pueblo de Israel después de la destrucción del templo de Jerusalén (año 70), vivimos momentos políticos, sociales y religiosos de mucha complejidad. Terminamos el año eclesiástico en medio de señales de desesperanza, violencia y muerte en varias partes del mundo. Existe una sensación de mucha confusión/de oscuridad,  se respira desesperanza, hay  una fuerza que insiste en instalar el miedo y la angustia, fuerza  que arranca la esperanza de nuestra vida.

El evangelista Lucas describe varias calamidades, pero nos invita a leer todas estas señales/calamidades  de los tiempos desde la esperanza en lo que Dios hizo, hace y hará por su pueblo. “Cuando comiencen a suceder estas cosas, anímense y levanten la cabeza, porque muy pronto serán libertados” (v. 28).  Lucas nos recuerda que aún en medio de la desolación y desesperanza, que las promesas, que la Palabra de Dios no dejarán de cumplirse. Y llama a que fijemos nuestra atención en los brotes de esperanza que acontecen:  “fíjense en la higuera, o en cualquier otro árbol, cuando vean que brotan las hojas, se dan cuenta que ya está cerca el verano. De la misma manera, cuando vean estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca”. (v.29-31).

Lejos de la intención de producir angustias y temores está la palabra de Dios. Al contrario, en este primero Domingo de Adviento las lecturas bíblicas y el Evangelio nos vienen traer la buena nueva con el fin de sacarnos de nuestra situación de desesperanza, de andar por la vida mirando hacia abajo. Nos invitan a tomar conciencia de nuestros tiempos, de la injusticia y de todo lo que nos hace cautivos, y a recobrar el ánimo, a levantar a cabeza para ver las maravillas de Dios en nuestro cotidiano, de lo que Dios está haciendo de manera contínua en nuestras vidas, mostrándonos por medio de su gracia y misericordia de que Él es un Dios de vida, de justicia y paz.

En este primero Domingo de Adviento a través del profeta Jeremías que anuncia la esperanza al pueblo de Israel de que Dios no los ha abandonado, que establecerá la justicia y la rectitud en el país (Jeremías 33: 15) y del evangelista Lucas que reafirma este mensaje profético de que reinado de Dios está cerca, hemos de levantar nuestra cabeza, abrir nuestros ojos a la vida y  ver estos pequeños milagros/estos brotes de esperanza que nos anuncian que el reino de Dios está cerca de nosotros/as, que este reino se instaló en la historia de la humanidad en un niño envuelto en pañales en un humilde pesebre de la pequeña Belén.

En este tiempo difícil de tanta desesperanza, hacemos nuestra la oración del salmista que ruega: “Señor, muéstranos tus caminos, guíanos en tus senderos; guíanos, encamínanos en tu verdad, pues tu eres nuestro Dios y Salvador. ¡En ti confiamos a todas horas!” (Salmo 25:4).

Esa es nuestra esperanza, de que Dios no abandona su pueblo, que a través de los diferentes momentos de la historia, sean estos malos o buenos, Dios camina junto a su pueblo, camina junto a nosotros/as para guiarnos en sus caminos de justicia y paz, a fin de que nosotros/as seamos también por medio de nuestro testimonio de fe caminos de justicia y paz que hacen acontecer las señales de que el reino de Dios está cerca.

Es Adviento…levantemos nuestra cabeza, fijemos nuestra mirada y renovemos nuestra esperanza en las promesas de liberación que Dios tiene para con su pueblo. Que en este Adviento podamos estar vigilantes, que crezca el amor entre nosotros/as, la solidaridad, el abrazo, la comprensión, la acogida, palabras y gestos de amor e inclusión…Que estos brotes de vida, nos ayuden a tener esperanza que:
“Vendrá una nueva luz sobre la tierra: la luz de la justicia y de la verdad. Vendrá el Libertador de las naciones, vendrá la libertad”. Amén

 



Pastora Izani Bruch
Iglesia Evangélica Luterana en Chile
E-Mail: izani.bruch@gmail.com

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