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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

3º Domingo después de Epifanía, 24.01.2016

Sermón sobre Lucas 4:14-21, por Luis Hidalgo Ruiz

 

INTRODUCCIÓN:

Una anciana, con grandes problemas en su visión,  tuvo un encuentro personal con el Señor. Se dejó encontrar por el Dios de la vida y su vida fue transformada de manera radical.  Se convirtió en una mujer de oración y acción.  Alguna vez, en su niñez, había escuchado la frase “ora et labora” (Ora y trabaja) e hizo de aquello su nuevo modo de vida. Cierta noche, saliendo de un culto vespertino, se dirigió hacia una persona que estaba afuera de una tienda y comenzó a hablarle de lo que Jesús había hecho en su vida. Atrás de ella venían unos jóvenes que igual venían del templo y riéndose de ella le dijeron: “Hermana, usted le está predicado a un maniquí de madera”.  Ella respondió: “¡Prefiero hablar a todos, incluso a los maniquíes de madera; que ser un maniquí de madera que no le habla a nadie de lo que el Señor ha hecho en nuestras vidas!”.
Una de las debilidades que tenemos muchos creyentes, es separar sus experiencias personales con el Señor y su posterior práctica de fe. El tema es aparentemente sencillo: ¡No podemos separar la espiritualidad de la práctica como evidencia de esa espiritualidad!. Quién tiene una experiencia con Dios, con Jesucristo, con su Espíritu, no puede quedar paralizado, inactivo.  

En este Evangelio vemos en Jesús la comunión existente entre su experiencia de fe y su práctica de fe.

CUERPO DEL SERMÓN
 Veamos en Jesús estas dos partes INSEPARABLES:

SU EXPERIENCIA DE FE: Si prestamos atención a los primeros versos del capítulo cuatro del Evangelio de San Lucas, vemos que Jesús estaba “lleno del Espíritu Santo” (v.1a) y era “…llevado por el Espíritu…” (v.1b).  Esto se repite en el Evangelio de hoy que dice que Jesús “… volvió en el poder del Espíritu…” (v.14).   El estar lleno, llevado, movido con el poder del Espíritu lo llevó a congregarse “… como era su costumbre” (v.16a).  Fue a la sinagoga y leyó la Biblia (v.16b).  Luego inició la lectura bíblica diciendo: “El Espíritu del Señor está sobre mí…” (v.18).

Toda su experiencia de fe está movida por el Espíritu Santo… se congrega movido por el Espíritu Santo… lee la Biblia movido por el Espíritu Santo… predica movido por el Espíritu Santo…porque el Espíritu Santo estaba sobre Él.

Muchos podrían decir hasta aquí ¡¡¡Aleluya!!!

Sin embargo esa experiencia de fe que se hizo vida en Jesús, que además se cumplió en Jesús (v.21), no quedó sólo en una experiencia.  Esa experiencia se hizo práctica de fe.

SU PRÁCTICA DE FE: Lo dijimos… Jesús no se quedó en una espiritualidad aislada de la práctica.  En el texto que leyó del profeta Isaías estaba detallada su misión, la que vivió en plenitud.

El texto de Isaías decía:
“El Espíritu del Señor está sobre mí” (v.18).  Jesús, como ya lo señalamos, estaba lleno, movido por el Espíritu Santo.

“Me ha ungido para dar  buenas nuevas a los pobres” (v.18).  La misión de Jesús fue dirigida precisamente para los pobres, pero no sólo los pobres económicamente. Pobre es aquél que carece de Dios. Y los pobres económicamente y los ricos económicamente carecen de Dios. Jesús vino a los pecadores, a los pobres hombres y mujeres (como tú y yo) que necesitamos de la gracia de Dios para ser salvos. Tú eres ese pobre… yo soy ese pobre que necesito de Jesús para que, por gracia, me alcance la salvación.

“Me ha enviado para sanar los corazones quebrantados” (v.18). ¡¡Cuántos corazones quebrantados hay en nuestra sociedad!!. Hombres y mujeres que su corazón ha sido destrozado una y otra vez. Por el engaño, la mentira, el abuso, la explotación. Jesús es el descanso de quien tiene el corazón quebrantado. “Al corazón contrito (quebrantado) y humillado no despreciarás, tú oh Dios” (Salmo 51:17).

“A pregonar libertad a los cautivos” (v.18)… “Poner en libertad a los cautivos” (v.18). ¡¡Cuántos cautivos hay en medio de nosotros!! Cautivos por la droga, el alcohol, la violencia, el sexo…el pecado… Sólo en Jesús alcanzaremos la libertad.  “Si el Hijo os libertare seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36).

“Dar… vista a los ciegos” (v.18). Indudablemente, la ceguera espiritual es cada día mayor. Cada día las personas se alejan más de Dios y prefieren caminar en dirección de otros dioses. Están ciegos. Además son guías ciegos (Mateo 15:14).  Pero Jesús es la luz del mundo (Juan 8:12) y viene a iluminar nuestra oscuridad, nuestra ceguera.

“A predicar el año agradable del Señor” (v.19). A predicar la gracia que nos viene del Señor, pues Él vino lleno de “gracia y de verdad” (Juan 1:14).  

CONCLUSIÓN

Muchas personas separan sus experiencias de fe de su práctica de fe. Jesús no lo hizo así, son INSEPARABLES PARA ÉL. Quien tiene experiencias de fe tiene prácticas de fe. Podríamos preguntarnos nosotros y nosotras hoy:

¿Hemos aumentado nuestra experiencia de fe? ¿Estamos llenos del Espíritu Santo? ¿Somos movidos, llevados, por el Espíritu Santo? ¿Somos movidos por el poder del Espíritu Santo? ¿Nos congregamos para buscar aquello? ¿Leemos la Biblia y oramos para alcanzar aquello?

Pero además debemos preguntarnos…
¿Pasamos de la experiencia de fe a la práctica de fe? ¿Somos más generosos, hoy que ayer? ¿Amamos, hoy, más que ayer? ¿Estamos buscando soluciones para los necesitados hoy, más que ayer?...

Dejemos de ser “Monos de madera” que no predican a nadie, que no aman a nadie, que no sirven a nadie… Si Jesús se nos manifestó por su Espíritu… NO ES para guardarlo… sino PARA COMPARTIRLO.

Que hoy, más que ayer, Dios nos haga más parecidos/as a Jesús, amén.
                                            



Rev. Luis Hidalgo Ruiz
Chile, Temuco
E-Mail: reverendoluis65@gmail.com

Bemerkung:
textos: Salmo 19,7-9.14; Nehemías 8,1-10; 1Corintios 12,12-31a; Lucas 4,14-21


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