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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

II Domingo de Pentecostés , 18.06.2017

Sermón sobre Mateo 9:35-38; 10,1, por Roberto Oscar González

 

35 Jesús recorría todas las ciudades y las aldeas, y enseñaba en las sinagogas de ellos, predicaba el evangelio del reino y sanaba toda enfermedad y toda dolencia del pueblo. 36 Al ver las multitudes, Jesús tuvo compasión de ellas porque estaban desamparadas y dispersas, como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo a sus discípulos: «Ciertamente, es mucha la mies, pero son pocos los segadores. 38 Por tanto, pidan al Señor de la mies que envíe segadores a cosechar la mies.»

 

1Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.

 

Las lecturas de hoy tienen una gran variedad de temas: la elección, la liberación de Dios en Cristo, el sacerdocio universal de las y los creyentes, las penurias y opresiones de la gente, la compasión de Jesús, la vocación o el llamado, la misión, la evangelización, el servicio, la sanación, etc., etc.

 

De manera que sacaremos dos temas que me han llamado la atención el primero es la vocación pastoral y el amor de Jesús por la gente…

 

Pues bien, Jesús recorre pueblos y ciudades: enseñando y anunciando el mensaje de liberación y al mismo tiempo curando. Su fama se extiende por todas partes por eso le traen personas enfermas y oprimidas con todo tipo de dolencias, demuestra su gran vocación pastoral hacia la gente; Jesús los sana, los libera. Ve a la “gente” y se compadece: «son como ovejas sin pastor». También reconoce que necesitan ayuda; de manera que exhorta a pedir obreros para que lo ayuden en su tarea. Lo sigue mucha “gente…” Llama a los Doce y les da poder de expulsar demonios y curar enfermedades.

 

Este es un ejemplo patente del estado anímico del pueblo de Yahveh, es que “andan deshechos” o “rendidos”, como “tirados en el suelo”, pues no tienen guías autorizados ni eficaces (Mt 9,36).

 

Los judíos están como ovejas sin pastor, porque nadie les enseña ni se ocupa de sus dolencias. Como en tiempos del profeta Ezequiel, las ovejas siguen muriendo por la ineptitud y maldad de sus dirigentes (Ez 34). La ignorancia, como el desconocimiento de la Ley divina (Os 4,1-6); además las enfermedades, en tiempos de Jesús, se atribuyen al pecado individual o de los antepasados (Jn 9,2) o también a los demonios o espíritus impuros (Mc 9,14-29)

 

Al parecer la historia se repite… ¿No? Cuantas personas hoy carecen de trabajo o empleo. A mucha gente las aterra pensar; si han perdido o corren el peligro de perder su trabajo. ¿Qué sucederá si no van a tener comida para su familia...? Cuanta inseguridad existe en las personas mayores a causa de la inestabilidad de los medios de la salud… ¿Qué les sucederá en casos de una crisis de enfermedad, si no tienen quien los auxilie o no tienen la facilidad de conseguir medicación necesaria…?

 

Por otro lado, el evangelio dice que Jesús pide obreros que lo ayuden y les da el poder de quitar demonios… (Mt. 10: 1)

 

No importa tanto el lugar que ocupemos en la comunidad, lo importante es tener la convicción profunda de nuestro llamado al ministerio. Este llamado no es exclusivo para aquellas personas que han decidido ser parte del clero ordenado de alguna iglesia sino para todas las personas de fe. Tenemos el derecho de no escuchar este llamado o responder, simplemente, no o esgrimir que no estamos preparados y miles de excusas más…

 

Ahora bien… Si estuviéramos a cargo de una oficina de personal y se presentan los discípulos de Jesús, con las características que tenían, sin duda alguna, no les hubiéramos dado empleo… Pero, Jesús, si los eligió. Y lo maravilloso es que, este llamado que les hizo es que fue y es para siempre.


"Proclamar", no significa ir por ahí dando gritos o realizando acciones espectaculares con poderes divinos, mágicos. Se trata simplemente de ayudar al que tengo cerca en todo lo que pueda. Nuestras actitudes y acciones deben hablar de Jesús sin nombrarlo.

 

El llamado no consiste en predicar y hacer prosélitos, sino en ayudar a las personas a soportar sus penurias, cualesquiera sean; pero dejándoles en libertad para que sigan siendo ellas mismas.

 

Sólo de esa manera les convenceremos de que Dios está cerca. Sólo donde se libera a las personas, se está anunciando al Dios de la Vida.

 

Lo que nos dice el evangelio es que el seguidor de Jesús tiene que considerar a toda persona como perteneciente a la comunidad, porque todos tienen que ser el objeto de su servicio. ¡Qué pocos cristianos hemos tenido esa actitud a través de los veinte siglos que nos separan de Jesús!

 

Sólo la búsqueda del bien de los demás, o por lo menos la disminución de sus carencias y sufrimientos debe ser el motivo de nuestra predicación, sea de palabra o de acciones. Una comunidad, no es cristiana si no está abierta a la gente…

 

A la comunidad cristiana le pertenecen todas las personas. Si dejamos fuera a una sola, se convertirá en un gueto, no en la comunidad de Jesús.

La Iglesia debe estar volcada sobre los demás y no replegada sobre sí misma; debe ser como dijo Juan Wesley “Mi parroquia es el mundo”

 

Por último; nuestro llamado es a combatir los demonios, pero no los «demonios medievales» sino los verdaderos como en la novela de terror El Exorcista de William Peter Blatty donde el Padre Merrin, un experimentado sacerdote conversa con el padre Carras ―sacerdote joven; donde el anciano le asegura que el demonio verdadero, el que destruye personas, familias y la sociedad no es el que crea nuestra imaginación sino el que forja dictaduras, tiranías y el abuso del poder… Agrego; también, discriminaciones, fobias, pobreza y opresiones de todo tipo… De manera que tenemos mucho por hacer… Pues; “de gracia hemos recibido, de gracia también debemos dar.".

 

 

 

Oremos…

 

« Señor, aquí estamos, haz con nosotros como mejor de parezca, como sea conveniente a tus ojos, sólo te suplicamos que nos des un espíritu consagrado y paciente para esperar tu manifestación. Señor, haz que tu llamado a servirte te sean aceptado mientras caminemos por la vida, hasta el día que nos llames a tu presencia; por los méritos Jesucristo, tu Hijo y Salvador. Amén »

Arzobispo Laud (1573-1645)



Pastor Roberto Oscar González
Buenos Aires
E-Mail: roberto_gonzalez.2013@yahoo.com.ar

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