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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

III Domingo de Pentecostés , 25.06.2017

Sermón sobre Mateo 10:26-33, por Roberto Oscar González

26 »Así que, no los teman, porque no hay nada encubierto que no haya de ser manifestado, ni nada oculto que no haya de saberse. 27 Lo que les digo en las tinieblas, díganlo en la luz; y lo que oyen al oído, proclámenlo desde las azoteas. 28 No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Más bien, teman a aquel que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. 29 ¿Acaso no se venden dos pajarillos por unas cuantas monedas? Aun así, ni uno de ellos cae a tierra sin que el Padre de ustedes lo permita, 30 pues aun los cabellos de ustedes están todos contados. 31 Así que no teman, pues ustedes valen más que muchos pajarillos. 32 A cualquiera que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. 33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.

 

El evangelio ha conservado algunos dichos o refranes con los que Jesús exhortaba a la comunidad de discípulos a no dejarse intimidar por las adversidades. Los discípulos, con frecuencia, veían la amenaza evidente que representaban los grupos armados, pero eran incapaces de descubrir el peligro encubierto en muchas personas e instituciones que alienaban y sometían ideológicamente a las personas.

 

Las comunidades cristianas primitivas tuvieron que afrontar la misma amenaza, que provenía de los ‘actores armados’ en conflicto. De una parte, las autoridades romanas con un despliegue enorme de fuerza militar y policial. Por otro lado Jesús sabe que no somos valientes y que el miedo, esa sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario, que sentimos las personas; el miedo existe sí, pero lo importante es que no nos maneje… Una de las cosas que debemos aprender cuando vislumbramos un peligro es aprender a confiar en Dios y en sus promesas porque: “las promesas Dios son ciertas si sólo las creemos”

 

Las Escrituras hablan de temer a Dios; esto no significa tenerle miedo sino respetarlo amarlo y servirlo. Hay que tener en cuenta que cada persona ha sido creada a su propia imagen; de manera que la actitud de temor ante Dios, sólo la determinan las personas libres.

De la otra parte lo que el evangelio trata de decirnos es que si bien existen los fanáticos rebeldes dispuestos a eliminar al que no estuviera de acuerdo con ellos; en medio de este ‘fuego cruzado’ está la comunidad de fe con una propuesta alternativa de paz y justicia que no coincide con los presupuestos de violencia… Tanto la violencia, el afán de poder, el imperialismo como el ritualismo, el legalismo y la alienación son armas ideológicas ocultas que conducen imperceptiblemente a la pequeña comunidad hacia la muerte.

 

Estos son los enemigos que pueden matar no solo el cuerpo, sino también nuestra vida de fe y llevar a la gente a las inaplicables llamas del fanatismo. Si una comunidad de fe no va a fondo en su conocimiento de la palabra de Jesús, si no descubre los peligros ocultos al interior de ella misma, si no es radical en su opción por la vida, es muy probable que termine creyendo que la paz es la ausencia de guerra y que la justicia es un asunto individual, negando así la gracia y la justicia como bien mayor.

 

Oremos…

Padre, te agradecemos por tu santo nombre, que has hecho habitar en nuestros corazones; por la ciencia, la fe y la inmortalidad que tú nos has revelado por medio de Jesús. Acuérdate, Señor, de tu iglesia, líbrala de todo mal y hazla perfecta en tu amor. Reúnela desde los cuatro vientos del cielo teniendo en vista tu reino que le tienes preparado, porque a ti pertenece el poder y la gloria por siglos. Amén.

 

Didaché o Doctrina de los Apóstoles (s. II)



Ministro Roberto Oscar González
Buenos Aires
E-Mail: roberto_gonzalez.2013@yahoo.com.ar

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