Göttinger Predigten

Choose your language:
deutsch English español
português dansk

Startseite

Aktuelle Predigten

Archiv

Besondere Gelegenheiten

Suche

Links

Konzeption

Unsere Autoren weltweit

Kontakt
ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

14. Domingo después de la Trinidad , 22.09.2019

Regreso a una vida abierta a la Amistad
Sermón sobre Lukas 16:1-13, por Yaheli Vargas

El pasaje a consideración es uno de esos que no escuchamos a menudo. En realidad, no recuerdo haber escuchado un sermón de este pasaje en los muchos años que llevo asistiendo a un templo cristiano. A la verdad es que la parábola que Jesús nos narra en los versos del 1 al 13 no es fácil de comprender si no nos detenemos pausadamente sobre ella. Esta parábola no contiene el glamur de algún milagro espectacular, al contrario, nos confunde el escuchar acerca de un “gerente” (mayordomo) que, aunque es negligente, termina siendo alabado por su astucia. 

Ahora bien, no pretendo esbozar en este escrito una exégesis rebuscada del pasaje, sino hacer una lectura sencilla pero que nos pueda hablar a nuestro “aquí” y a nuestro “ahora”. Por tanto, me quiero enfocar en el acto del mayordomo cuando perdona (v. 5-7) una parte de las deudas que dos campesinos tenían con su amo. Este “perdón” tenía como intención recibir la benevolencia de estos campesinos una vez el mayordomo fuera despedido de su posición administrativa. Pero ¿cómo logró bajar las deudas de estos deudores?  ¿Falsificó unos recibos para engañar a su amo?  El texto bíblico no es tan específico con respecto a esto, pero lo que me parece importante es que a través de ese gesto logró ganarse dos amigos. 

Ciertamente el acto bondadoso del mayordomo tenía una intención muy personal e individualista. Buscaba congraciarse para luego poder ser recibido en “las casas” de estos campesinos y gozar de su pan y su hospitalidad. Pero, aunque esta actitud “interesada” es muy cuestionable, no cabe duda de que el hecho de hacer amigos es digno de alabanza, y entiendo que esto es lo que se resalta en el verso 9.  

Tomemos una pausa y preguntémonos: 

¿Cuándo fue la última vez que hice un nuevo/a amigo/a? 

Cuando observamos nuestros patrones de vida, las cuales son sumamente ajetreadas, nos damos cuenta de que nuestro sistema económico y la ideología individualista del siglo XXI nos empuja cada vez más a encerrarnos en nuestros autos, en nuestras casas, en nuestras oficinas. Si de casualidad tomamos el metro, nunca olvidamos llevar con nosotros nuestros audífonos para ir escuchando nuestra música favorita y así olvidarnos de las personas que nos rodean. Nuestro objetivo diario es hacer otro tipo de amigo. Muchos de nosotros, incluyéndome, queremos conocer y hacer amistad con George Washington (billete de 1 dólar), con Abraham Lincoln (billete de 5

dólares), y preferiblemente con Benjamín Franklin (billete de 100 dólares). Para ellos si estamos disponibles y prestos, pero nos cuesta entablar conversación con el vecino que tenemos a dos minutos de nuestras puertas. 

Al fin y al cabo, nos puede pasar al igual que a este mayordomo. Nos podemos quedar sin empleo, la desgracia nos puede visitar, y las personas que estarán cerca para socorrernos, será ese vecino o esa vecina que ignoramos todos los días. Seamos sagaces e invirtamos en amistades. Los puertorriqueños vivimos esa dinámica hace dos años atrás cuando el Huracán María destrozó nuestra Isla. Justo después del evento atmosférico, nuestro vecino/a más cercano se convirtió en nuestra amistad más importante. 

“Les aconsejo que usen las falsas riquezas de este mundo para ganarse amigos, para que cuando las riquezas se acaben, haya quien los reciba a ustedes en las viviendas eternas” (v.9). Usemos ese dinero que tenemos en el bolsillo para invitar a almorzar a ese compañero de trabajo con el cual trabajamos todos los días; llamemos a ese amigo que hace tiempo no contactamos y salgamos a dar una caminata por el parque; olvídate de tu serie favorita y haz una videollamada a esa amistad que tantos meses no contactas. Que nuestras riquezas sean invertidas en lo que importa: ¡hacer comunión con nuestro prójimo, tal como Jesús soñó el Reino de Dios!  

Recordemos que cada vez que nos acercamos a uno de los “pequeñitos del Reino de Dios” nos estamos acercando a Jesús (Mat. 25). El volvernos amigos y amigas de la gente es hacer amistad con Jesús. Reconozco que la maldad hace que el amor se enfríe (Mat. 24:12) pero esto no justifica nuestro individualismo. Si queremos seguir el discipulado de Jesús, aquel nazareno que optó por los que viven en opresión y en pobreza, necesitamos volver a abrirnos a la gente. Sí, eso nos pondrá en una situación vulnerable, pero ¿quién dijo que seguir al Hijo de Dios era autocomplacencia?  

Dios de la vida, nos acercamos a ti en este día para que tu gracia nos inunde de tu amor. Te pedimos un bautismo de amor, el cual abra nuestros corazones para acercarnos a nuestro prójimo.  Sabemos que por nosotros mismos no podemos, pero confiamos en que tu Espíritu tiene el poder para hacerlo. Por esto nos abandonamos en tus manos. Amen.



MA en Religión Yaheli Vargas
San Juan, Puerto Rico
E-Mail:

(zurück zum Seitenanfang)