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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

Domingo de Pascua de Resurrección, 23.03.2008

Sermón sobre Mateo 28:1-10, por Enzo Pellini

 

Domingo de Pascua, seguramente hoy los cristianos celebran una fiesta en sus hogares. Seguramente, alguna comida especial adornará la mesa del almuerzo. Y es posible que para muchos cristianos este domingo no sea sólo un domingo más. ¿Pero es este domingo distinto porque es una fiesta, tal como puede ser la Navidad o es diferente y estamos alegres porque comprendemos que significa la Pascua? La mayoría de los cristianos sabe que la Pascua cristiana es la fiesta que conmemora la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Muchos quizás recuerden a la resurrección de Jesucristo como un hecho histórico más, como un milagro más de Jesucristo o de Dios, pero verdaderamente sabemos qué significa que Jesús haya resucitado?. Jesús está vivo, resucitó aquel domingo de Pascua en aquella tierra lejana de Jerusalén y aún sigue vivo entre nosotros, pero en verdad comprendemos qué es eso de que Jesús está vivo?

En aquella mañana del domingo, bien temprano, María y Marta, llenas de desesperación tienen un encuentro con un ángel, un ser extraordinario que les asegura que Jesús resucitó. Y luego tienen un encuentro directo con Jesús, hasta incluso físico, por medio de su abrazo. Hoy, por lo menos registrados, no hemos sabido de encuentros directos así de Dios con la gente. Ellas tuvieron la bendición de poder tener una prueba evidente de la resurrección de Cristo. Hoy, en muchos hay más dudas que pruebas sobre la resurrección de Cristo. Nos gustaría tener un encuentro directo con Cristo para fortalecer o generar la fe en nosotros. Pero no es así. En otro evangelio el mismo Tomás, su discípulo tiene dudas a lo que Jesús afirma "Bienaventurados los que no vieron y creyeron". Las pruebas comienzan a manifestarse cuando decidimos creer en Cristo, darle un lugar en nuestras vidas.

Si se quisiera hacer un estudio científico para probar la resurrección de Jesús fracasaría porque no hay pruebas fehacientes para probarlo. No hay ningún testigo fidedigno para probarlo. Sólo tenemos una prueba, esa prueba es la palabra de Dios, la Biblia, y algo muy importante: nuestra vivencia o experiencia con Jesús que puede demostrarnos que Dios existe. Para quien no crea en la Biblia, todo esta terminado, no hay ninguna otra prueba que demuestre que Jesús resucitó. Y para nosotros los cristianos la resurrección de Cristo es la base de nuestra fe cristiana. ¿Qué hubiese pasado si Jesús no hubiese resucitado creeríamos ciertamente en él? Si Jesús no hubiese resucitado, no hubiese sido nada más que un buen profeta, o un gran maestro. Pero resucitó, por eso creemos que el es el Cristo, el escogido por Dios, el Hijo de Dios. ¿ Y qué hubiese pasado si Jesucristo hubiese descendido de la cruz y no hubiese muerto, como murió? Si se hubiese bajado, se hubiese desclavado; tirado la corona de espinas; hubiese ido a arreglar cuentas con Pilato; hubiese ido a destituir a los sumos sacerdotes de sus cargos; hubiese reunido a sus apóstoles otra vez, les hubiera dado valor y nuevas instrucciones; hubiera forzado a abdicar a Herodes, y el hubiese ocupado el trono, y hubiese recibido ovaciones de parte de aquella multitud que el día anterior le gritaba crucifícale. Hubiera sido realmente una sensación, las noticias hubiesen llegado en poco tiempo a las grandes ciudades del mediterráneo, incluso a Roma, y con el tiempo se hubiesen organizado viajes para ir a visitar al rey crucificado, y poder verle en vivo..., ya de viejo hubiese sido una personalidad bendecida por el tiempo, pero nunca hubiese sido el Hijo de Dios. Su destino era morir en la cruz para mostrar a todos en qué radica el amor de Dios. Dios no se muestra con los poderosos, Dios se muestra con el humilde, con aquel que pasa sufrimientos, la gracia de Dios es para los más pequeños. Dios quería mostrar hasta que punto el cristiano debe humillarse hasta qué punto hay que amar, en que él, nada menos, Hijo de Dios, se humillo a morir en una cruz para darnos una lección de cómo hay que amar.

Y pensaremos y seguramente nos preguntaremos: nosotros creemos en Cristo, creemos en su resurrección, por nuestra educación y por nuestras experiencias como cristianos a lo largo de toda la vida pero, y una persona qué no conoce a Cristo, cómo puede hacer para creer en él, si en verdad no tiene pruebas de sus milagros, si en verdad, no tiene pruebas de su resurrección, si en verdad no tiene nada que asegure que el es Cristo. Cómo podemos hacer para mostrarles a esas personas que Jesús vive, que Jesús resucitó?

Uno de los grandes líderes cristianos del siglo XX fue el pastor alemán Martín Niemöller, éste sobrevivió a la prisión de Adolf Hitler durante la segunda guerra mundial. Este hombre murió en Alemania en 1984, a la edad de 92 años. Niemöller, se levantó contra Hitler y como resultado fue arrestado y arrojado en la cárcel, solo. La hediondez diaria de la carne humana quemada y la visión de la muerte le perseguían. Al terminar la guerra, en una ocasión fue entrevistado por una emisora de radio, y le preguntaron como había podido soportar tanto tiempo en la prisión sin haber perdido su salud física y mental. A lo que él replicó que nadie sabe la capacidad de sufrimiento de una persona hasta que la ocasión llega. Cada persona puede aguantar más de lo que ella piensa, declaró. "Si Dios mora en su vida", dijo, "usted puede soportar mucho más de lo que usted piensa". Si Dios vive en nosotros, podremos mostrárselo a los demás. Y cómo hacer para que Dios o Jesucristo viva en nosotros, entregándonos en primer lugar a él. Aceptándolo como nuestro Señor. En un acto de fe, de amor. Dejando nuestras vidas bajo su control, comenzando a querer obedecer su Palabra. Comenzando a darle un lugar a él en nuestras vidas. Esa es la experiencia de tener a Cristo en nuestro corazón. Es la experiencia de dejarlo resucitar en nuestro ser. De llegar a verlo vivo en nosotros. De probarlo ver vivir en cada uno de nosotros. De comenzar a experimentar un Dios vivo, resucitado y con poder. No predicamos una religión. Predicamos a un Cristo vivo.

La resurrección de Cristo quiere transmitirnos dos cosas muy importantes: la certeza que Jesús vive, la certeza que él es el Mesías, que el es el Hijo de Dios. El pueblo judío, es decir aquellos que hoy en día profesan la religión judía no creen que Jesús es el Mesías, el Salvador, el enviado de Dios esperado por los hombres. La segunda cosa importante es que tenemos la certeza de que todo lo que predicó y enseñó Jesucristo es verdad, que todas sus palabras nos sirven y por tanto tenemos esperanzas y por tanto sabemos que hay una meta más allá de nuestras vidas, hay una resurrección de los muertos y una vida eterna, como dice el Credo Apostólico también para nosotros.

Hoy domingo de Pascua, celebramos la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Podemos sentir en verdad que el Señor está vivo en nuestras vidas?  Hay una canción para los niños que se canta en la escuelita dominical que dice: "Dios cuida de mí, Dios cuida de ti en sol y en sombra Dios cuida de ti, de día y de noche Dios cuida de ti", si somos capaces de sentir esto que dice la canción en nuestras vidas seremos capaces de afirmar Jesús resucitó y el permanece vivo en mí. Amén 

 



Pr. Enzo Pellini
Parroquia Basavilbaso
Congregación Evangélica de San Antonio
Entre Ríos, Argentina

E-Mail: enzopellini@yahoo.de

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