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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

NAVIDAD, 24.12.2019

MENSAJE DE NAVIDAD 2019
Sermón sobre Lucas 2:1-20, por Stella Maris Frizs

Cada año, en ésta época, cristianos y no cristianos, respiramos otro aire. “Aire de fiesta”, decimos. Las ciudades, las calles, los negocios comienzan a “vestirse” de colores, de brillo, de símbolos. En la iglesia, pastores y catequistas comienzan a buscar viejas y nuevas obritas, relatos, canciones, manualidades.

 

No les parece que la Navidad está mal ubicada en el calendario?

Todo se concentra al finalizar el año: culminan las clases, hay recepciones, colaciones, vacaciones, visitas, cenas, despedidas,…Y en medio de todo: la Navidad!!!

 

Cuando llegamos a esta altura del año estamos tan cansados, tan agobiados, que decimos: ¡Que pase rápido este año! Por favor!

Y todo vuelve a repetirse.

¿Podremos parar alguna vez? Vivir el Adviento con tranquilidad, con serenidad, dispuestos a escuchar mensajes. Esos que quieren ayudarnos a cambiar, a corregir ó mensajes que traigan esperanza en medio de tanto desconcierto.

 

Ni siquiera los medios masivos de comunicación ayudan demasiado. Ellos nos bombardean con noticias horribles de muerte, asesinatos, robos, asaltos, protestas, reclamos, abusos, violencia, disconformidad..

 

¡Qué contradicción con aquel anuncio del ángel a los pastores en el silencio de la noche!

No tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será de gran alegría para todos. Hoy le ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el Señor”

 

Y si a esas misivas tan desafortunadas  le sumamos la lotería de navidad, las recetas de navidad, los regalos de navidad, las ofertas de navidad, estaremos muy lejos de poder vivir con intensidad y profundidad esta fiesta tan cara a nuestros sentimientos.

Ni hablar de la pirotecnia (que por suerte se prohíbe cada vez más) y la música “pachanguera” con altos parlantes que el vecindario nos obliga a escuchar.

 

La Navidad es una fiesta del espíritu, del alma, del corazón, del interior. Ella nos sensibiliza, nos emociona, nos vuelve solidarios y nos lleva a hacer buenas acciones.

La Navidad es la fiesta del amor, del perdón, de la paz, de la fe, de la reconciliación.

 

Por eso duele cuando se especula y se lucra con ella y se la utiliza con fines comerciales.

Duele cuando se la plastifica y se la decora con un brillo artificial para tapar lo que ella verdaderamente significa. Duele porque parece que nos quedamos sin mensaje, sin novedad, sin evangelio.

 

Y la verdad es que necesitamos hacer una pausa en esta sociedad donde prevalece el miedo para volver a escuchar ese mensaje del ángel que infunde valor. Necesitamos escuchar el mensaje de los ángeles cantando Paz en la tierra donde cada día hay más violencia, brutalidad y agresión.

Necesitamos un poco de alegría en medio de tanta angustia, tristeza, dolor.

 

Necesitamos ese encuentro familiar para valorar a la familia, una cena para reunir a los separados, un pesebre hecho a pulmón para mostrar cuán indefenso llegó el salvador al mundo. Necesitamos escuchar otra vez esos villancicos o esos himnos tradicionales  (también en alemán) que nos hacen emocionar; un regalo sencillo, un llamado al que teníamos olvidado, una visita al que habíamos postergado, un mensaje de esperanza al que está dolido. En fin.

 

Lo malo siempre es pensar que la Navidad sea solo eso.

Porque cuando termina la cena, el brindis, los regalos, los buenos deseos, y guardamos el arbolito y sus adornos, ¡Qué queda?

 

Queda la vida. Triunfa la vida. Jesús hubiera podido morir en medio de la noche, de la soledad, de la indiferencia, del rechazo. Hubiera podido morir antes de nacer o después por orden de Herodes. Pero Dios en su infinito amor puso su mano para salvar a quien habría de ser nuestro Salvador.

 

Así cada año la historia vuelve a repetirse. La luz vuelve a encenderse porque el gran protagonista de esta historia, el pequeño, débil, indefenso, inocente niño vuelve a decirnos que los seres humanos somos únicos, valiosos, especiales.

Que merecemos ser felices y que merecemos vivir esa vida abundante que El vino a ofrecer para todos y para todas. Amén



Pastora Stella Maris Frizs
Basavilbaso, Entre Ríos, Argentina
E-Mail: stellafrizs@hotmail.com

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