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ISSN 2195-3171





Göttinger Predigten im Internet hg. von U. Nembach

3º Domingo de Cuaresma, 11.03.2007

Sermón sobre Lucas 13:1-9, por Rodolfo R. Reinich

¡Gracia y paz de parte de nuestro Señor Jesucristo, el que era, es y será siempre!

 

Hermanas, hermanos

 

La manera que percibimos el tiempo depende de la situación en la que nos encontramos.

Un año más puede significar una pesada carga o una nueva oportunidad. Precisamente de eso se trata en este evangelio: el tiempo y el resultado de las oportunidades.

Una perspectiva es que "dentro de un año" se termina mi trabajo y debo pasar a situación de retiro -con todo lo que implican las magras jubilaciones en nuestro país. Otra es la de poder "contar con un año más" de oportunidades para resolver problemas y quizás crear nuevas posibilidades que permitan seguir la vida con sentido.

 

En la actualidad existen diferentes "grupos de ayuda mutua" que tienen como uno de sus propósitos el de entregar las cosas en mejores condiciones de lo que las recibieron.

 

El biblicista, William Barclay, comenta que "Una vez un estudiante estaba observando bacterias bajo el microscopio. En realidad podía ver cómo una generación de estos seres vivientes nacía, moría y otra generación ocupaba su lugar. Vio como nunca antes la sucesión de las generaciones. Dijo entonces: `Después de lo que he visto, me prometo no ser nunca un eslabón débil." - Luego sigue diciendo el comentarista: "Si cumplimos con esta promesa realizaremos la obligación de poner en la vida al menos tanto como lo que obtenemos. Pues, nada de lo que sólo extrae puede sobrevivir."

 

En el Evangelio de hoy se habla de dos violentos e  impresionantes "hechos de sangre".

La masacre de Pilatos y el derrumbe de Torre de Siloé son noticia y motivo de comentarios en la boca de todos.

 

Pilatos, el poderoso representante del imperio romano, infiltra sus agentes en la manifestación de los Galileos, que protestan contra su decisión de apropiarse de los dineros del Templo. Aunque sea con el buen propósito de construir un acueducto, necesario para la población,  ellos consideran que es una "malversación" de los fondos ofrendados a Dios.

 

Esto nos recuerda a gobiernos de nuestros países que en distintas épocas echan mano a los Fondos de Seguridad Social, quizás con "los mejores propósitos" políticos, dejan sin embargo en una vergonzosa situación a las prestaciones de salud y a las miserables jubilaciones a millones de personas en su vejez. ¡En esa "disuasión",  a los garrotazos, de la manifestación de protesta se derrama la sangre de muchísimos galileos!

 

En programas e informativos televisivos y radiales actuales seguramente se verían y escucharían relatos sobre escenas desgarrantes, grupos de rescate corriendo de un lado para otro, familiares y amigos llorando, gritando su dolor... Personas haciendo siempre las mismas preguntas que entonces, buscando al ó los culpables: ¿por qué Dios permite que sucedan desgracias como estas? ¿Por qué una persona como Pilatos puede tener tanto poder como para decidir sobre la vida la muerte de las personas? ¿Qué habrán hecho los afectados para que les pase eso? ¿Es un castigo de Dios porque ellos tuvieron que trabajar para el "imperio", tal vez por un sueldo insuficiente sostén de sus familia, en el proyecto de construcción del acueducto, las torres y otros anexos?

 

En esas circunstancias, la gente necesita hablar, desahogarse, buscar respuestas. Según el Evangelio en aquél entonces recurre a Jesús.  Y como siempre El Señor y maestro responde:

 

Esto no solamente se refiere a las víctimas que sufren las desgracias,  sino a todos. ¡También a ti y a mí!

Enseña que es necesario descubrir las señales, prestarles atención y aprender a leer el mensaje de esos signos, a veces visibles y otras no, a fin de poder cambiar la manera pensar y de actuar para producir nuevos y mejores resultados.

 

¿Qué son, la destrucción de la capa de ozono, el uso indiscriminado de los recursos naturales no renovables, el talado y destrucción  de las selvas, pulmones del mundo; la contaminación de las aguas, el derretimiento de las grandes masas de hielo, el recalentamiento de la atmósfera, los cambios climáticos, las actitudes éticas frente a la acumulación ilimitada de poder, la explotación despiadada de millones de personas, la especulación incontrolada, el individualismo, la falta de piedad, la drogodependencia, etc., etc., sino señales de nuestros tiempos, que deben ser leídos a tiempo e interpretados para generar un cambio que modifique los resultados negativos que vemos?

 

            Por eso para Jesús no es sólo un problema de las pequeñas fallas éticas de los individuos, sino que es un problema que involucra en forma plural las actitudes y formas de vida de todos y por lo tanto nos desafía individual y comunitariamente.  "Si ustedes mismos no se vuelven a Dios, también morirán." (V.3.5)¡Si todos ustedes no quieren tomar conciencia para cambiar de actitud y dejar ciertas práctica dañinas para la propia vida y la de los demás; y si ustedes mismos no quieren involucrarse y participar activamente en la toma de decisiones y en la realización de programas concretos que busquen revertir las consecuencias nefastas que están a la vista y producir nuevos frutos para revalorar la vida en un ámbito que la haga sostenible, también sufrirán las consecuencias.

 

Pero Jesús también enseña, como no podría ser de otra manera, que Dios habla y actúa a través de las señales actuales, los signos de nuestros tiempos, y no lo hace solamente por medio de ejemplos negativos.

También nos dice, a través de la Parábola de la higuera, que el tiempo que todavía queda es muy breve. ¡He escuchado decir días pasados a prestigiosos científicos y exposiciones en la Conferencia Mundial sobre el Recalentamiento Climático global(¿?), que probablemente ya sea demasiado tarde para revertir algunas situaciones creadas por la mano del hombre, aún cuando todas las naciones comenzaran a actuar inmediatamente a favor de la descontaminación del medio ambiente! 

           

Por medio del maravilloso ejemplo, el Jesús "jardinero" pide que se le otorgue un año más a la higuera infructuosa, que sólo saca de la tierra más de lo que pone y no produce frutos. (El Reloj creado a fines de los años 40 para medir los tiempos atómicos, sólo nos otorga en la actualidad 12 minutos (¿cronológicos?, antes de la hecatombe final, si la humanidad no detiene su alocada carrera atómica.) 

 

¡Sabemos por experiencia que un año pasa muy rápidamente!

 

Pero, "un año más", sin embargo, nos muestra la bondad de Dios y la seriedad del tiempo que vivimos.

 

Nuestro "Jardinero" Jesús nos dice que Dios mismo todavía está en actitud de espera, que aún tiene esperanza, que todavía se preocupa por nosotros y que siempre de nuevo sigue dándonos señales de su compasión y amor.

Jesús mismo sobrevivió el horror de la cruz. A través de Él Dios está con nosotros también cuando no comprendemos sus señales y vivimos su lejanía. Espera que tomemos conciencia y cambiemos.

¿Qué esperamos para aprovechar el tiempo que Él nos regala para comenzar aún con las más pequeñas cosas de nuestra vida cotidiana? Por ejemplo: ¡Dando más de lo que sacamos! (Un criterio del Reino de Dios, totalmente opuesto al de la actual economía globalizada!)

 

Gracias, Señor, por tu paciencia. Gracias, Señor, por no abandonarnos.

No permitas que te desilusionemos. Ayúdanos a producir los frutos que esperas de nosotros.  Amen

Rodolfo R. Reinich
Pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP),
en la Parroquia Olivos de la CEABA, Provincia de Buenos Aires.
E-Mail: reinich@ciudad.com.ar

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