Juan 1:1-14 | Navidad

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Juan 1:1-14 | Navidad

Y la Palabra se hizo carne… | Juan 1:1-14 | Estetla Andersen |

Reciban ustedes bendiciones y paz de parte de Dios, El que era, es y ha de venir. Amén.

El texto de hoy, día de Navidad se encuentra en el evangelio de Juan 1:1-14:

„En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.

Ella estaba en el principio junto a Dios.

Todo se hizo por ella

y sin ella no se hizo nada.

Lo que se hizo en ella era la vida y la vida era la luz de los hombres,

y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.

Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan.

Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él.

No era él la luz,

sino quien debía dar testimonio de la luz.

La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre, viniendo a este mundo.

En el mundo estaba,

y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció.

Vino a los suyos,

mas los suyos no la recibieron.

Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre;

éstos no nacieron de sangre,

ni de deseo de carne,

ni de deseo de hombre

sino que nacieron de Dios.

Y la Palabra se hizo carne,

y puso su Morada entre nosotros;

y hemos contemplado su gloria,

gloria que recibe del Padre como Unigénito,

lleno de gracia y de verdad.“ Amén.

Dios creó al mundo a través de su Palabra, cada cosa creada no fue por acaso, ni tampoco el momento en el que fue creado. Así es que podemos leer en el libro del Génesis, cómo primero Dios dice y luego sucede: los cielos, la tierra y todos los seres vivientes, incluso nosotros, la humanidad.

También dice el texto en cada momento: “Y vio Dios que era bueno”. No sólo Dios va creando, sino que está conforme con el resultado de su creación. Dios habla y crea. Dios se comunica porque está en su esencia divina.

De esa manera entabla una relación con la humanidad, comunicándose con nosotros a través del diálogo. Habla con Adán y Eva para hacerles saber las reglas del lugar en donde los puso, y de esa misma manera lo hizo a través de los tiempos, testimonio que nos ha quedado en los textos del Antiguo Testamento.

Dios se comunica con nosotros, se expresa a través de palabras. Dios es comunicativo, positivo y amoroso.

El texto de hoy dice: “La Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros”. Por el amor que Dios nos tiene y su necesidad de comunicarse con nosotros y que podamos entender qué es lo que nos dice y espera también, lo lleva a enviar a su Hijo al mundo. Ese Hijo, que es la Palabra encarnada, que estaba con él desde el principio de la creación, es Jesús, que nace en Belén, que es Dios mismo que viene a caminar entre nosotros y a hablar con nosotros.

“La palabra de hizo carne y puso su morada entre nosotros”… en Jesús Dios se hace una persona entre nosotros y como nosotros, y hace su morada, su casa entre nosotros. No levanta una carpa, una tienda, para estar aquí por un tiempo, sino que levanta una casa, una construcción sólida para quedarse entre nosotros para siempre.

A través de Jesús Dios viene a nosotros, su Palabra anida aquí en la tierra para siempre, y en Jesús podemos ver la gloria de Dios, lleno de gracia de de verdad.

Por eso es importante entender que si bien Jesús caminó sobre la tierra, entre nosotros, en un momento puntual en la historia de la humanidad, se queda para siempre aquí a partir de su resurrección en el Espíritu Santo, que es su espíritu y el espíritu de Dios mismo. Dios permanece para siempre, pone su morada aquí a través de la Palabra escrita, que son las Sagradas Escrituras, la Biblia, en donde podemos encontrarlo, pero también a través de la Palabra Viva, que es la comunidad de fe, la Iglesia de Cristo, en donde nosotros, los cristianos y cristianas somos sus herramientas adecuadas para que la Palabra siga caminando por el mundo.

Por eso es que la Palabra hecha carne no sólo es Jesús, la luz del mundo, que venció a las tinieblas, que ilumina a toda persona y que sin él no somos nada, sino que también la Iglesia lo es. La Iglesia es la Palabra encarnada como la presencia concreta de Dios en la humanidad. La Iglesia, que somos nosotros, que llevamos la Palabra de Vida, la Palabra viva y que vivimos la Palabra, para dar testimonio de la Luz, de la verdad y la gracia de Dios. Es gracia por la cual nos hace sus hijos e hijas por la muerte y resurrección del Primogénito.

Es Navidad, tiempo de luz y de paz, de recordar que por amor Dios se hace carne en Jesús para quedarse para siempre con nosotros, y nos da la oportunidad de nacer de él, si creemos en su nombre y su Palabra creadora. Que tengan una muy bendecida Navidad. Amén.

Querido Dios, nuestro Dios amoroso y comunicativo, te agradecemos por tu Palabra que nos inspira, por tu Hijo, Palabra hecha carne, por venir al mundo a ser uno de nosotros y darnos la salvación. Te agradecemos porque estás en cada persona que cree en ti y que es utilizada como Palabra Viva para iluminar este mundo en tinieblas. ¡Gracias por estar con cada persona en esta Navidad y traerle la paz que necesita, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Estela Andersen

Pastora de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata

al servicio de la Congregación Evangélica Alemana General Alvear – Distrito Entre Ríos – Argentina

mail: dannevirke63@gmail.com

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