La Palabra de Dios como…

La Palabra de Dios como agente que libera, restaura y ordena todos los ámbitos de nuestra vida | Sermón sobre Mateo 4:1-11, por Giullermo Pais Costa |

Señor Jesús, gracias por el don de la vida, tu presencia le da un grato sentido a ella, te pedimos que tu Palabra santa, ministre y guíe nuestro caminar por ella y que esta historia también llegue a ser nuestra historia. Te pedimos Espíritu Santo un despertar a tú palabra, de tal manera que nos libere, restaure y ordene en todos los ámbitos de nuestra vida. Amen.

Queridos hermanos y hermanas:

cada vez que visitamos una biblioteca pública, o de algún seminario en busca de un libro, encontraremos un orden riguroso que establece la clasificación de los distintos géneros y temáticas, catalogados de tal forma que nos libra de una búsqueda asfixiante, basta tener el nombre del autor o del libro para dar inicio a la búsqueda.

Ahora bien, si comparamos nuestras bibliotecas personales con aquellas que llevan un orden establecido, como las públicas o de seminarios, veremos rápidamente varios puntos:

1. Las que están ordenadas, nos garantizan facilidades de búsqueda, en cambio por lo general nuestras bibliotecas nos mantiene prisioneros en la búsqueda de un libro.
2. Cuando sacamos un libro para leerlo y nos lleva un tiempo devolverlo, por lo general en nuestras bibliotecas personales lo terminamos devolviendo en cualquier lugar vacío, complicando a un más la búsqueda posterior, ya que nuestra memoria falla y lo perdemos de vista. En cambio, aquellas que tienen un régimen establecido de orden, ya que tienen personal especializado en devolver los libros a sus respectivos lugares y evitar así el desorden

Podríamos seguir con los ejemplos, pero este simple modelo de ordenar algo tan simple como una biblioteca, nos puede mostrar lo importante que es contar con un patrón o un marco de referencia que establezca conductas para nuestras vidas.

Jesús, cuando estuvo en el desierto estableció a las sagradas escrituras como norma de conducta para su vida y aun para aquellos que son contrarios a los designios de Dios.

La palabra de Dios es como aquella plomada (Amós. 7:7-9) la plomada solo muestra aquello que esta fuera de orden, aquello que está corrido, con la intención de advertir sobre el error en la construcción.

Jesús establece como patrón las palabras del libro de Deuteronomio para evitar las tentaciones y aun mayor, para establecer el verdadero orden para todas las cosas de la vida.

La tentación sobre Jesús tenía el propósito de romper las normas establecidas, de quien era Dios y de quien era su adversario:

Y él respondió y dijo: Está escrito (Deuteronomio 8: 3): „El hombre no vive solo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios“. Entonces Jesús le dijo: De nuevo está escrito (Deuteronomio 6:16): „No tentarás al Señor tu Dios“.Entonces Jesús le dijo: ¡Aléjate de ti, Satanás! Porque está escrito (Deuteronomio 6:13): „Adorarás al Señor tu Dios y lo servirás solo a él“. El diablo lo dejó. Y he aquí, vinieron ángeles y lo sirvieron.

Cada palabra de Dios, está destinada a nuestras vidas con el anhelo de vivir la vida abundante de Cristo, pero también su santa palabra establece a Dios como el Señor que todo lo pesa y establece. Si aceptamos su palabra como agente liberador, ordenador y restaurador del orden de nuestras vidas, todo nuestro ser terminará Adorando y sirviéndole a Él. No seamos sus adversarios, seamos en este tiempo siervos de su palabra.